My Cute Chubby ♡Yoonmin♡

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Se sentía como un completo fracaso, nada de lo que hacía estaba bien, no pudo hacer que su familia siguiera unida después del accidente y ahora su relación se estaba yendo al carajo. Pero ¿Cómo supo que su novio le estaba poniendo el cuerno descaradamente? Bueno era fácil saberlo puesto que no era la primera vez que pasaba, con esta ya iban tres y esas tres habían sido con la misma persona. No lo conocía solo sabía que se mandaban mensajes seguido y el tierno apodo que le tenía, eso nunca lo olvidaría; cada que se veían y pasaban juntos el rato ese horrible sobrenombre estaba tatuado en la frente de la persona que amaba, como un cruel recordatorio de que nunca sería lo suficientemente bueno para tener a un hombre que le sea realmente fiel.

La primera vez fue la más dolorosa, paso justo antes de que su familia se fuera por la borda, eran jóvenes y aunque llevaban tiempo saliendo entendía que las cosas pasaban, encontró algunos mensajes comprometedores con aquel chico que en ese momento suponía estaba fuera de Corea, no tuvo que revisar su teléfono, SeokJin tomó el de él para mandar el mensaje y la fotografía, tal vez esperaba que las cosas salieran a la luz, puede que mantener su relación estaba siendo cada vez más difícil, pero se negaba a ser el malo y deseaba que el otro lo terminara. Se separaron por un mes antes de que la desgracia cayera en su familia, fue ahí cuando Jin regresó a sus brazos tratando de calmar su dolor y prometiendo que jamás le volvería a fallar.

Pero lo que sucede una vez sin duda pasara de nuevo, esa vez no fueron mensajes sino una llamada, aquel chico que estaba lejos llamó a SeokJin mientras los dos estaban en la cama dormidos, Jin contestó pensando que él aun estaba en el mundo de los sueños, pero no recordaba que tenía el sueño ligero y que tendía a despertarse por el más mínimo ruido. Escuchó sus "Te extraño" y lo mas doloroso un "Te amo", no dijo mucho, sólo se levantó y salio de la casa sin importarle que usaba una ridícula pijama, caminó hasta un parque vacío y llamó a la única persona que sabía le ayudaría, JungKook, quien le abrazó mientras lloraba por algo que jamás supo. ¿Qué más podía esperar? poco a poco las personas que amaba se estaban yendo y por más que corría tras ellas no podía alcanzarlas. Esa noche llego a su casa y subió a la habitación de su hermana, se recostó a su lado y lloró quedito hasta que volvió a dormir.

Sus amigos jamás supieron la verdad de su alejamiento, le daba vergüenza decir en voz alta que a quien le había entregado todo lo estaba cambiado por alguien que sospechaba era mejor. Pasaron dos semanas hasta que SeokJin llegó a su casa con un pequeño cachorro y un ramo de flores, volvió a caer, pero no estaba ciego sabía que la situación se repetiría, pero en esos momentos cuando los gritos en su hogar llegaron a incrementarse lo último que deseaba era estar solo.

Esta vez las cosas llegaron a ser diferentes, él realmente pensaba que su novio había cambiado, era mucho más atento y cariñoso, se preocupaba por sus comidas, iba por él a su casa por las mañanas y le ayudaba con sus deberes, estaban llevando una extraña estabilidad en su relación que realmente los satisfacía a ambos. SeookJin nunca más hablo de aquel chico y hasta le dio acceso a todas sus redes y teléfono para avivar la confianza, creyó que por fin las cosas podrían ser como lo eran antes, pero estaba equivocado. Esa mañana había recibido una imagen de Jin abrazando a alguien más que estaba de espaldas, ambos en el aeropuerto. Le mostró la fotografía porque en su estúpida mente aun tenia la esperanza de que le dijera que se trataba de un simple montaje, pero sus ojos sorprendidos y su boca moviéndose sin encontrar las palabras para justificar su acción, le apuñalaron miles de veces en el corazón.

Quiso llorar y golpear a quien se le cruzara en frente, pero en lugar de eso se separó de los chicos y buscó a la única persona que creía podía ayudarlo en esos momentos. La vida de Jimin estaba lejos de ser estable, eso todos lo podían ver a través de su misticismo y sus heridas "accidentales" pero nadie diría nada porque la realidad es que tenían miedo de entrometerse, él solo esperaba que el chico confiara lo suficiente como para contarle por sí mismo todo el sufrimiento que guardaban sus ojos, creyó que con paciencia Jimin se abriría primero con él y así harían crecer su relación, pero las cosas sucedían a la inversa y ahora se encontraba en sus brazos llorando por ser traicionado por tercera vez.