4. El incendiario sin fuego

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Todos lentamente se retiraron de la mesa, en cuanto Yoongi se levantó, Jimin fue tras él.

- Óyeme bien, niñito. -dijo tomándolo del hombro, Suga se volteó con cara de cansancio.

- Y ahora qué quieres, rubio?

Jimin lo tomó del cuello y lo estampó contra la pared, Yoongi llevó una de sus manos a las de él en un intento de soltarse, con la otra intentó sacar su encendedor.

Jimin se lo quitó de las manos rápidamente, se lo puso en frente con una sonrisa, y luego lo lanzó por la ventana.

- Y ahora qué haras? -dijo viendo cómo la vista del mas bajo se perdía junto con su preciado encendedor metálico.

Al instante notó algo, Suga aflojó la presión de su mano sobre las de Jimin, y lo miró con furia. Aún se estaba ahogando, pero parecía no importarle.

- I-i... Dió.. T-ta. -le dijo entrecortadamente, Jimin podía sentir cómo su nuez de Adán subía y bajaba entre sus manos en un intento de llevar aire a sus pulmones.

- Eh, no te oigo, dijiste algo? -Yoongi volvió a llevar sus manos a su garganta. Jimin no lo miró pero sintió sus dedos intentar colarse entre los suyos.

Parecía un cachorrito indefenso, sus manos, no, todo su cuerpo temblaba de manera escandalosa, no con miedo, a Jimin le recordó a un enfermo de Parkinson.

Era ese el mismo tipo que lo había tumbado de un golpe hacía unas horas? Imposible.

Interesante.

Sin embargo, en vez de oír una plagaria, de los labios del mas bajo salió algo que Jimin no pudo evitar comparar con un gemido.

Aflojó el agarre mirándolo fijamente, Yoongi tomó aire y apoyó la cabeza contra la pared, cerró los ojos. Jimin le apretó el cuello, haciendo que abriera los ojos de golpe.

Muy, muy interesante.

Abrió la boca inconscientemente, e intentó empujar a Jimin lejos, pero sus brazos parecían no tener fuerzas, y lo único que sintió el mas alto eran sus dedos temblorosos resbalando contra su hombro.

- Qué pasa? No tienes fuerzas? - Yoongi dejó de forcejear y volvió a intentar tomar aire.- Lo estás disfrutando?

Al no oír una respuesta concreta, Jimin apoyó su otra mano en la pared, y se acercó a su oído de manera intimidante.

- Dime, Suga, lo estás disfrutando? -murmuró contra su oído, sacándole un jadeo al pelinegro. - Me parece que si...

Acaso al incendiario le gustaba que lo ahogaran? Qué irónico. Pero... Le gustaba.

- Esto es divertido, qué mas te gusta? Huh? -sonrió mordiendo el lóbulo de su oreja.

Yoongi volvió a intentar empujarlo, en vano, su respiración era agitada, sus manos quedaron sobre el pecho de Jimin. Este rió al notarlo.

- Vaya, no pierdes tiempo.- murmuró, esta vez, Yoongi lo empujó con mas fuerza, y Jimin se apartó.

Ambos se quedaron mirándose el uno al otro, cuando Jimin volvió a acercarse, Yoongi puso sus manos para detenerlo, aunque fue inútil.

Se podría decir que Jimin lo estaba devorando entero, quién diría que la mente del rubio cambiaría tan rápido? Hace unos momentos quería matarlo, y ahora, solo quería probar su piel.

- No hablas mucho, eh? -le gruñó sobre el cuello, Yoongi alzó sus manos temblorosas y las puso sobre su cabello rubio.

Jimin lo tomó de la cadera y lo empujó dentro de su habitación con facilidad; después de todo, Yoongi se estaba comportando como un niño castigado.

Lo empujó sobre la cama y se subió sobre él, podía sentir las manos temblorosas del pelinegro recorriendo su pecho, acariciandolo como si intentara decirle algo.

- Qué pasa? Eh, anda dime.- paró de toquetearlo un momento para mirarlo fijamente.

- N-no... Qué t-tú me... Querías matar?- balbuceó.

- Bueno, obviamente cambié de opinión.- sonrió.- Porqué tiemblas? Me tienes miedo?

- Miedo? -Yoongi negó con cierta diversión.- N-no...

- Entonces no te molesta que siga, verdad? -Jimin prosiguió a devorar sus labios, lo tomó del mentón para evitar que se alejara mientras que con la otra mano hurgaba bajo su camiseta negra.

Yoongi llevó a su vez, sus manos temblorosas a sus hombros, y simplemente las dejó ahí, acariciando la piel de su cuello. Algo dentro de Jimin hacía que se le revolviera el estómago cada vez que sentía al mas bajo temblar.

Parece tan frágil.

En parte le gustaba, si, le encantaba hacer el papel dominante, pero con Yoongi sentía que lo estaba usando.

- Eres algo tímido, no? Porqué no exploras un poco? -dijo tomando sus manos con suavidad y poniendo las sobre su estómago. Eso nunca fallaba, a todos les gustaban sus abdominales.

Yoongi soltó un pequeña risa vergonzosa que le pareció lo mas tierno del mundo, mientras deslizaba sus manos heladas por encima de la tela de la camiseta.

Jimin lo miró durante un momento, parecía un poco inseguro, así que besó su cuello una vez mas y se pegó a él.

Ni siquiera se dió cuenta cuando la ropa comenzó a faltarle. Pasó sus manos con la intención de quitarle la camiseta al pelinegro.

- No, no, listo. -se apartó con sus manos temblorosas abandonando el cuerpo del contrario.

- Qué? Porqué? -se quejó Jimin apoyándose.

- Porque si, d-debo buscar mi encendedor... -masculló levantándose, Jimin se levantó y lo ayudo, pues se tambaleaba tanto que creyó que caería al suelo.

Yoongi intentó apartarlo, y en vez de eso, terminó aferrado a él.

- Lo digo en serio, necesito mi mechero. - se quejó con un poco mas de autoridad, Jimin asintió.

- Está bien, enano, andando, te ayudo.- dijo ayudándolo a caminar, comenzaron a bajar hacia el jardín.- Estás seguro de que...?

- Estoy bien. -lo cortó Suga, esta vez, parecía el incendiario rudo y misterioso de siempre.

Jimin asintió, y ambos se pusieron a hurgar en el suelo en busca del encendedor metálico.

En la ventana de arriba, Confirmación los observaba. Sacó dos fotografías. Qué hacían Min Yoongi y Park Jimin hurgando en el jardín a altas horas de la noche?

Solo cuando vió una pequeña llama encenderse entre los dedos del pelinegro lo comprendió, buscaban el encendedor.

En cuanto Yoongi lo tuvo en sus manos, su temblor desapareció como por arte de magia, se levantó y se metió en el hotel sin mas.

- Oye, oye, alto, espera. -Jimin lo siguió.- Qué hay contigo y el encendedor?

- Nada, buenas noches.

- Buenas...? Pero nosotros...

- Tal vez otro día, me iré a dormir.- dijo subiendo la escalera, no le dió tiempo a Jimin de objetar ya que se metió en su habitación, antes de eso se volteó a mirarlo.- Si sueñas conmigo recuerda que me gusta que me ahoguen.

Y sin mas cerró la puerta tras él, Jimin se quedó petrificado durante un segundo, se volteó para entrar a su propia habitación, Confirmación lo observaba apoyada en el marco de la puerta.

- Al incendiario le gusta rudo, huh? -comentó antes de meterse a su habitación.

The [Fuck Off] PlanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora