23. Los ojos del amanecer

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Hobi aún estaba semidormido cuando Tae lo arrastró hasta la camioneta con la excusa de que iban a la ciudad, era de noche en ese entonces, pero durante el camino había amanecido.

Era un paisaje digno de admirar, era casi como si el cielo se hubiera despojado de a poco y con sensualidad de su manto negro salpicado de estrellas, dejando su piel salmoneada por el sol al descubierto.

Ver ese hermoso cambio de colores reflejado en los ojos de TaeHyung le había dejado en claro que sólo una persona podía ser mas bonita que el amanecer.

Claro que, una vez hubiera terminado ese hermoso arcoíris matutino, Hoseok se dió cuenta de que no iban a la ciudad; la camioneta se alejaba por una arboleda, para luego salir a un campo, y, mas adelante, estacionar a unos metros de las vías de un tren.

- Dijiste que ibamos a la ciudad.

- Bueno, si. -Tae se encogió de hombros.- Pero no tengo ganas.

- Entonces qué hacemos conduciendo hasta las vías del tren?- dijo incorporándose en su asiento y mirando al peligris con cierto reproche.

- No quería estar en ese hotel mugroso. -dijo apagando el motor, salió del vehículo dejando la puerta abierta.- Aquí se está mejor.

Caminó hasta estar frente a las vías, se sentó junto a Hobi, usando la gran viga de metal como almohada. Se miraron con una sonrisa perezosa.

- En qué piensas, Tae?

- Aquí se está bien. -murmuró alzando la vista al cielo.- Si pudiera, me quedaría para siempre.

- Puedes quedarte para siempre si quieres.- susurró Hobi admirando su perfil.

- Me refiero a así, tirado aquí. Si no fuera por los estúpidos trenes... -se quejó.

Por la mente de Hoseok pasó la escandalosa idea de que por él, sería capaz de hackear todo el sistema de trenes e impedir que volvieran a pasar por esas vías, sólo para que Tae pudiera descansar a gusto con la cabeza sobre las vías.

- Bueno, hackear un viejo sistema de trenes no puede ser muy difícil, no? -comentó.

TaeHyung negó riendo, le sonrió como quien mira a un niño tonto.

- Déjalo, creo que incluso me agrada que pasen los trenes, un poco de peligro no mata a nadie. -rió, aunque sonó mas como una risa amargada y penosa.

- Tae, no quiero sonar como un histérico, pero... Podrías no venir solo aquí? Este lugar me da mala espina.- dijó frunciendo el seño.

Mas bien que tú estés así me da mala espina.

- Porqué? Es bonito.

- Lo se pero... No lo sé, solo... Ten cuidado.- murmuró, y también subió la vista al cielo.- Mañana tendremos el sistema terminado, qué haremos luego?

- Iremos con el sistema de incendios, y el de bomberos. - dijo cruzando las manos detrás de la cabeza. - Nos tomará muy poco comparado con las cámaras.

- Tengo que contarte algo. -dijo incorporándose, el menor lo imitó.

- Si?

- Cuando entré a casa de los Jackson, había un cuarto de revelado de fotos.- dijo mirándolo.- Y había... Había una foto de un hombre con las hermanas de Matthew Jackson.

- Y?

- Te puedo jurar que me era conocido, joder, cómo se llamaba? -murmuró tomándose el puente de la nariz.- Shwo? Show? Wosh...?

Porqué tengo que tener tan mala memoria?

- Ya lo recordarás, Hyung.- sonrió Tae.-  Pero porqué es tan importante?

- Porque... Ugh, no estoy seguro, pero mencionaba un viaje a Seúl, le enviaban saludos.

- Me parece que tal vez no sea relevante, de igual manera hay que investigar.- observó Tae.

A lo lejos oyeron el repiqueteo metálico de un tren, semejante a un gran caballo metálico galopando sobre las vías.

Tae miró al costado con amargura, Hoseok se levantó y le tendió la mano, la cuál aceptó después de un segundo de duda.

- Nos vamos ya?

- Claro.
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Cuando Jimin despertó, no fue porque sintió las caricias de Suga sobre su cuello, mas bien fue por ese estrepitoso ruido semejante a miles de aves siendo asesinadas de manera lenta y dolorosa.

- A VER PERO QUE ESTÁ PASANDO AQUÍ?! -la voz de Jin era lo único que estaba unos decibelios mas arriba que esa bocina del demonio, Jimin se cubrió los oídos mientras salía afuera.

Suga estaba apoyado a un lado de un inmenso camión de bomberos, jugando con su encendedor con una sonrisa satisfecha, como si ese ruido no lo estuviera torturando.

NamJoon corrió hasta el asiento de conductor y apagó la bocina en cuestión de minutos. Los últimos en salir fueron Ímogen y Jungkook.

- Pero quién gritó así? -dijo ella dándose palmadas en el lado derecho de la cabeza en un intento de destaparse los oídos.

- Jin. -dijo Suga.

- Porqué encendiste la sirena de incendios?! Son las ocho de la mañana! -gritó Jin tirando de su cabello, Suga se escurrió de sus manos con una sonrisa.

- Bueno, no podía dormir, así que salí hacia la ciudad. -se encogió de hombros.

- Pero TaeHyung y Hoseok se llevaron la camioneta. -dijo Jimin.

- Y nosotros acabamos de llegar en la moto.

- Caminé.

- QUE?! PERO SON COMO DIEZ KILÓMETROS! -gritó Jimin alterado, ahora que lo notaba, Suga tenía ojeras.

- Pero salí a eso de las doce. -se encogió de hombros mirándolo, sacando una paleta de caramelo.

NamJoon lo miró durante un momento, luego a Jimin, ya que ambos se observaban. Sonrió negando con la cabeza y palmeo el hombro de Suga.

- Anda campeón, vamos a hacerte el desayuno. -dijo empujándolo levemente, Suga lo siguió, sin apartar su vista de Jimin durante el tiempo en el que mordía la paleta de manera provocadora.

Mejor sólo clavame un puñal en el pecho!

Miró a sus camaradas, cerciorandose de que nadie mas hubiera visto ese gesto, mas todos estaba demasiado pendientes del gigantesco camión de bomberos, bueno, todos menos ella.

Ímogen dejó asomar una sonrisa torcida y se volteó a observar el camión, poniendo su dedo índice sobre sus labios con malicia.

No tenía opción, ella sabía, y si se enteraba de lo de su hermana, entonces no sólo estaría en contra de Jimin, sinó que de Yoongi también. Y eso no podía permitírselo.

Tendría que matarla.

The [Fuck Off] PlanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora