01.- Bruja

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Meitantei Conan y sus personajes son propiedad de Aoyama Gosho.

Género: romance, humor.
Ráting: +13
Personajes: Takagi Wataru, Sato Miwako, Miyamoto Yumi, OC.
Palabras: 1207.

01.- Bruja

—Le digo, señor inspector, que funcionará, confíe en mí.

Takagi miró a la mujer con incredulidad. ¿Por qué demonios le había hecho caso a Yumi? No aprendería nunca.

—Yo no creo en estas cosas.

—Da igual porque la magia sí cree en usted.

No rió, aunque quería hacerlo. La tienda estaba medio a oscuras y llena de trastos raros por todos lados, le provocaba escalofríos pensar en quedarse demasiado rato.

—Este amuleto —soltó mostrándole un colgante pequeño de color rojo—, es infalible para atraer el amor. Si se lo cuelga las mujeres no podrán resistirse a usted.

Sólo había una mujer a la que quería atraer, el resto le daban igual.

—De verdad que no...

—Se lo dejaré a mitad de precio y si falla le devolveré el dinero —continuó la mujer con una mirada tan profunda que, Takagi, deseó salir corriendo y chillando—. No tiene nada que perder, ¿qué me dice, señor inspector?

Tragó saliva, nervioso y algo asustado.

—Vale, pero que quede claro que yo no creo en estas cosas.

La mujer mostró una sonrisa satisfecha y le cobró la mitad del precio tal y como habían acordado. Takagi salió a la calle apresurado, sintiendo que empezaba a faltarle el aire, miró aquel colgante rojo que le había obligado a comprar, qué estúpido, ¿por qué no se había negado?

—¿Cómo sabía que soy inspector? —preguntó a la calle desierta, él no le había dicho que era policía, un escalofrío recorrió su cuerpo.

º º º

La mujer de la tienda se quitó la peluca que llevaba puesta y cogió el teléfono, buscó un nombre en su agenda. El móvil dio un tono, después otro y uno más.

—¿Diga? Soy Miyamoto.

—Yumi, soy Mako.

—¡Ah, Mako! ¿Cómo ha ido? ¿Ha caído en la trampa?

Mako suspiró y se miró las uñas pintadas de negro con desinterés.

—Claro, pero Yumi, ese pobre hombre estaba cagado miedo, ¿qué demonios le has dicho?

Yumi rió con ganas.

—Que eres una bruja de las de verdad y que más le valía no hacerte enfadar o se acordaría para el resto de su vida.

—Venga, va. Sabes que yo no entiendo de estas cosas —farfulló—. La que entendía era mi abuela. Por cierto, Yumi, aquella baratija no sirve para nada, lo sabes, ¿verdad?

—Tranquila, yo me encargo del resto.

º º º

Takagi llegó a la comisaría con aquel chisme en el bolsillo de la americana, no sabía por qué no lo había tirado. Suspiró.

—Inspector Takagi, buenos días —saludó una de las chicas del departamento de tráfico, no recordaba haber hablado antes con ella.

—Bu-buenos días.

Fictober 2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora