12.- Miedos

45 1 0
                                    

Meitantei Conan y sus personajes son propiedad de Aoyama Gosho.

Género: drama.
Ráting: +16
Personajes: Haibara Ai / Miyano Shiho.
Palabras: 362.

12.- Miedos

El goteo del grifo hizo que se pusiera tensa, abrió la puerta del baño poco a poco para encontrarse con la estancia vacía y el grifo mal cerrado. Suspiró y lo cerró bien, el Doctor lo había vuelto a hacer, aquel hombre nunca prestaba suficiente atención a los detalles que la asustaban. El gotear inocente de un grifo le recordaba al de la sangre derramada por la Organización y la asustaba.

Vivir en casa del Doctor Agasa la había hecho ser consciente de todos los pequeños miedos que convivían en su interior. Los goteos, los sonidos cíclicos, los objetos fuera de lugar, las cortinas movidas por la brisa, las sombras... todo lo que se escapaba de su control. No quería tener miedo, no quería estar atrapada en una cárcel construida a base de miedos absurdos.

El teléfono sonó en mitad de la oscuridad de la noche, otro miedo para añadir a su lista.

—Doctor, el teléfono.

Movió la cabeza sintiéndose idiota, el Doctor no estaba, había salido a cenar con unos amigos, estaba sola en casa. Caminó hasta el teléfono, con sigilo, como si pudiese atacarla si hacía ruido, y se detuvo a su lado, en silencio esperando que saltase el contestador automático.

—Este es el contestador del Doctor Agasa —dijo la voz grabada del Doctor—, por favor, deja tu mensaje, nombre y teléfono y contactaré contigo.

El contestador emitió la señal acústica y, Ai, restó en silencio conteniendo la respiración. La persona al otro lado no dijo nada, pero se oía su respiración, ¿quién debía ser y por qué no decía nada? ¿Y si la había descubierto alguien de la organización? ¿Y si era Gin?

—Doctor ¿está en casa? —la voz de una mujer resonó—. Soy Yoshikawa, llámeme urgente, tenemos que hablar.

La mujer colgó, la lucecita roja parpadeando marcaba que el mensaje había quedado grabado. Yoshikawa era una cliente habitual del Doctor, no era nadie por quien hubiese que preocuparse, pero, aún y así, aquellos segundos de silencio en el contestador la habían hecho tener miedo. Ai se preguntó hasta cuándo viviría asustada y, si habría alguien en el mundo que la pudiese hacer segura y a salvo.

Fin

Fictober 2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora