06.- Herido

59 1 0
                                    

Meitantei Conan y sus personajes son propiedad de Aoyama Gosho.

Género: romance.
Ráting: +16
Personajes: Megure Juzo, Midori.
Palabras: 456.

06.- Herido

—¡No seas estúpida! —le gritó—. Ya te he dicho que es peligroso.

—A tomar por culo, poli, pienso hacer lo que quiera, no necesito una niñera.

Le dio la espalda, mientras él se tragaba las ganas de gritar una y otra vez que era una estúpida y una grosera. ¡Cómo podía ser tan tozuda! ¡Cómo podía ser tan grosera!

La siguió bajo la lluvia, porque ese era su trabajo, le habían encargado su protección, y también porque, a pesar de todo, le gustaba, un poco.

—No me sigas, maldito poli.

Podía quejarse tanto como quisiese, protestar tanto como le apeteciese, que Megure Juzo no dejaría su trabajo a medio hacer. La chica se movía entre el gentío, quería despistarlo, pero no se lo permitiría, la mantendría sana y salva hasta que todo aquello acabase.

La chica miró a derecha e izquierda antes de cruzar, Mugure se apresuró a llegar hasta a ella. El chirrido de unos neumáticos le hicieron ponerse en alerta. Un coche oscuro avanzaba a todo gas por la calle, ni se lo pensó, saltó a la carretera, cogiéndola para apartarla, rodaron por el suelo mientras el coche se daba a la fuga.

Le dolía la cabeza, sentía la sangre correrle frente abajo. Estaba herido, pero no era grave, buscó a la chica, tumbada en el suelo sangrando, malherida.

—¡Midori!

º º º

Golpeó la puerta con los nudillos antes de abrirla, se asomó y la vio en la cama.

—¿Puedo pasar?

—Sí.

Tenía la cabeza vendada, un buen morado en la cara y llevaba puesto un collarín, a pesar de todo se le veía bastante bien.

—¿Cómo te encuentras? —preguntó entrando.

—¿Cómo crees que me encuentro después de que me hayan atropellado?

Juzo se aclaró la garganta, había sido una pregunta estúpida. Se sentó en la butaca al lado de la cama, quizá tendría que haber llevado unas flores o algún detallito, pero no había pensado en ello porque no estaba acostumbrado a aquello.

—Estás herido.

—No es nada. —Él también llevaba la cabeza vendada le habían dado bastantes puntos, le quedaría una buena cicatriz, pero le daba igual porque la había salvado—. Sólo han sido unos puntos y dentro de cuatro días como nuevo.

—Parece que tendremos cicatrices a juego —le dijo Midori sonriendo—. Quizás me acabarás cayendo bien, poli.

—Me llamo, Juzo.

—No me caes lo suficientemente bien como para llamarte así.

Pero no era verdad. Se había jugado la vida por ella, estaba herido por haber saltado a la carretera para salvarla, pese a haber sido tan desagradable con él. La había impresionado y, tal vez, le gustaba un poco.

—Escucha poli, ¿por qué no me invitas a tomar algo cuando me dejen salir de aquí?

—Claro.

Fin

Fictober 2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora