03.- Atrapasueños

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Meitantei Conan y sus personajes son propiedad de Aoyama Gosho.

Género: Slice of live.
Ráting: +16
Personajes: Vermouth, Gin.
Palabras: 490.

03.- Atrapasueños

La tira de cuero se retorció sobre sí misma, haciendo que el adorno púrpura girase. Alzó una ceja analizando el cachivache que acababan de regalarle.

—¿Qué coño es esta porquería?

—Mira que eres desagradecida, ¿no has oído nunca eso de "lo que cuenta es la intención"?

Lo miró con mala leche, queriendo estrangularlo lentamente, como tantas veces había soñado que hacía. Borrarlo del mapa para siempre.

—¿Cuántos cumples? ¿Sesenta? ¿Noventa?

Vermouth soltó una risa ácida.

—No soy tan vieja, Gin, ya deberías saberlo.

—Eres una manzana podrida.

—Te recuerdo que te gustaba mucho montártelo con esta "manzana podrida".

Gin no contestó. Él no sabía nada de Vermouth, nada que fuese real, nada personal. Vermouth era un montón de nada dentro de un cuerpo bonito.

—Esas chorradas son las que os gustan a las mujeres.

—"A las mujeres" —repitió ella imitando exactamente la misma voz y tono de él—. No a todas las mujeres, por si aún no te has enterado, no todas somos iguales.

—Tíralo a la basura entonces.

—¿Es este el tipo de chisme que le regalabas a Sherry?

Gin sacó su arma al tiempo que Vermouth se apartaba prediciendo su reacción.

—No es de tu incumbencia.

—Claro, claro.

Vermouth apuró el último trago de su copa con una sonrisa traviesa.

—¿Tal vez quieres atraparme en esta telaraña?

—¿Por qué iba a querer hacerlo?  —le soltó él guardando de nuevo el arma—. No tienes nada que yo pueda querer.

—Mira que eres desagradable, Gin.

—No me pagan para ser agradable.

Vermouth se preguntó si Sherry le debía agradecer aquel tipo de regalo absurdo de alguna manera, o si, como ella, le escupiría que era ridículo.

Gin seguía enganchado a Sherry, por mucho que Vermouth no lo entendiese, por más estúpido que le pareciese. Su obsesión por ella no procedía de una orden dada por el jefe, surgía de la necesidad natural de reencontrar a su amante; sin embargo, cuando la encontrase la mataría, porque eso era lo que le había prometido que haría si un día le traicionaba y se marchaba, a ella también le había prometido lo mismo exactamente.

—¿Qué? —le soltó Gin viendo la sonrisa que se iba dibujando en los labios de ella.

—Es a ella a quien quieres atrapar.

—Cierra la boca de una vez, Vermouth.

No se ofendió, Gin era tóxico y peligroso, lo sabía desde el primer día. Le sonrió burlona.

—¿Quieres que te lo agradezca como en los viejos tiempos?

Gin no le contestó, pero Vermouth leyó la respuesta en la reacción de su cuerpo, en cómo se había tensado, en cómo se había echado, ligeramente, hacia adelante.

—Te tengo atrapado en mi telaraña —dijo ella robándole un beso—, como la piedrecita del centro de este atrapasueños.

—Eres tú la que está atrapada, no lo olvides.

Vermouth se deshizo de su estrecho y negro vestido, por más que no lo quisiese Gin estaba bien atrapado entre Sherry y ella.

Fin

Fictober 2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora