Fictober 2018

23.- Niños

Meitantei Conan y sus personajes son propiedad de Aoyama Gosho.

Género: amistad.
Ráting: +16
Personajes: Uehara Yui, Yamato Kansuke.
Palabras: 345.

23.- Niños

—¡Uehara! —La voz de Kansuke resonó en el pasillo—. ¿Dónde demonios estás?

—En la cocina —replicó ella con voz tranquila.

Kansuke fue a encontrarla con el ceño fruncido haciendo escándalo con la muleta, por el sonido Yui sabía que estaba de mal humor, últimamente Kansuke estaba de mal humor a menudo.

—¿Qué te pasa, Kan-chan?

Yui estaba sentada en la mesa de la cocina y le miraba con una sonrisa en los labios.

—¿Cuántas veces te he de decir que no me llames así, Uehara?

—Pero si estamos los dos solos, no estamos en el trabajo, estamos en mi casa.

—Ya no somos niños.

Ella movió la silla al lado de la suya quitando sus propias muletas.

—Ven, siéntate, conmigo —le pidió—, has venido a ver si estaba bien, ¿verdad?

Le habían disparado en el muslo y un poco más y muere desangrada, Kansuke se había preocupado tanto que su cara se había quedado blanca completamente y le había gritado a la telefonista de emergencias que le había atendido.

—Tendrías que estar en la cama, ya oíste al médico.

—Pero me estoy portando bien, mira, tengo la pierna en alto tal y como me dijo. No puedo pasarme el día en la cama.

Kansuke se sentó, Yui nunca había sido obediente, cuando eran pequeños siempre acababa metida en algún lío por ir siguiéndole arriba y abajo a escondidas, aunque él le decía que no lo hiciese.

—Mira, el otro día encontré este álbum de fotos, salimos nosotros cuando éramos unos críos —dijo abriéndolo con energía—. La mitad de estas fotos ni las recuerdo.

—Porque eras una mocosa.

—¡No te pases! Los dos éramos unos niños.

Sólo les separaban seis años, no era tanto tiempo.

—¡Ah, mira! —exclamó señalando una fotografía en la que salía ella de bebé y Kansuke a su lado mirándola como si fuese a romperse—. ¡Qué cara ponías!

—Por si te ponías a chillar, armabas un escándalo increíble cuando llorabas.

—¡Mentira!

—Es la verdad.

Yui puso morros, como hacía cuando eran niños, la misma Yui tantos años después.

Fin