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04.12.18 (00:01 a.m)

Lleva toda la tarde esperando noticias de parte de Namjoon, pero no hay ni rastro de ellas.

No ha podido continuar interrogando a Taehyung, temía que se le escapara que le están investigando y no consta que esté empadronado en ningún lugar cercano a dónde se encuentran. 

Suspira, optando por pasar a verle, pues duda que su compañero vaya a visitarle a esas horas de la noche, probablemente no haya dejado de trabajar en todo el día pero seguro que no tardará en dejar de hacerlo, y le comprende.

Total, él tendría que haber vuelto a casa hace una hora, pero sigue rondando por la estación de policía.

Ya nadie se sorprendía de verle por allí, era costumbre para Jimin revisar documentos que casi habían prescrito, su capacidad de indagar en todo lo que a los demás les parecía indiferente, era lo que le había llevado a ser uno de los mejores policías de la región, y está muy orgulloso de si mismo por eso.

Por eso no le termina de convencer la opción que su amigo ha propuesto.

¿Si no encuentran información pronto sobre él, lo correcto será llevarlo directamente al psiquiátrico?

Duda mucho que eso sea una buena opción, pero no podrá hacer demasiado respecto a ello, y es lo que más le molesta.

—Hola Taehyung. —Dice mientras se acerca a la celda, que acaba de entrar en su campo de visión, pues iba andando mientras las ideas invadían su cabeza.

—Ah, hola Jiminie. —Comenta, incorporándose y acercándose hasta dónde está.

—¿Te apetece algo para cenar? Puedo traer lo que sea que quieras. —El moreno asiente, humedeciendo su labio tan sólo de pensar en comida.

—Cualquier cosa está bien, en serio. —Sonríe, viendo cómo el mayor camina lejos del lugar.

Se sienta en el suelo, esperando a que el policía regrese. Ve cómo el agente pasa al frente suya, pero al alzar la cabeza, no es la persona que desearía.

—¿Tanto te decepciona que no sea el Agente Park? —Namjoon ríe con ironía al escuchar el bufido por parte del chico. Espera unos segundos a que decida hablar, pero sigue sin tener intenciones de hacerlo. El pelivioleta se da la vuelta al observar a Jimin, que camina con una bolsa en la mano, de la que rebosan ciertos alimentos que alcanza a ver. Niega con desesperación antes de acercarse a él. —Ésto no es un hotel y él no merece probar bocado después de no colaborar una mierda. —Mira escuetamente a Taehyung antes de alejarse del lugar y salir por la puerta del pasillo.

—Ese hombre me odia. —Murmura con tristeza el menor, respirando profundamente y agachando la cabeza como un perrito asustado.

—No te odia, es sólo que... Tiene mucho trabajo y se suele agobiar con facilidad. —El pelinaranja saca las llaves y abre la celda, entrando y tomando un asiento junto a él.

—¿Q-qué haces? —Dice un tanto extrañado Tae, que no se esperaba que Jimin fuera capaz de encerrarse junto a él.

—Mis superiores me han avisado esta tarde de que no puedes salir de aquí hasta que te decidas a hablar y se lleve a cabo el interrogatorio, así que, si no puedo sacarte de la celda, me meteré en ella contigo. —Sonríe, sacando dos hamburguesas y extendiéndole una de ellas al muchacho que sigue estático en su lugar.

—¿De verdad...? —Traga saliva antes de seguir hablando. —¿De verdad confías en mí? —Le mira directamente a los ojos, tranquilizándose al ver una expresión afirmativa por parte del contrario. —Gracias... Yo... No sé como agradecértelo. 

—No me agradezcas nada. Sólo come, pronto te sacaré de aquí. Lo único que necesito es que colabores conmigo. —Taehyung no responde, simplemente comienza a comer y pierde la noción del tiempo.

Jimin de vez en cuando se ríe por los gestos que hace el menor, demostrando lo deliciosa que está su cena. Le gusta mucho fijarse en los detalles, pero nunca le habían llamado la atención tanto unas facciones como las del adolescente.

Tiene un perfil casi perfecto, con unos ojos bastante llamativos y oscuros, que parecen esconder muchas cosas.

Su sonrisa es geométrica, y es, sin duda alguna, su parte favorita del muchacho. Le cuesta esbozarla, pero cuando lo hace, siente que es la cosa más bonita que ha visto jamás.

Carraspea la garganta al darse cuenta de los pensamientos que está teniendo sobre el chico.

No se supone que sus sentimientos deban involucrarse de aquella manera en los casos de los que está a cargo.

Pero duda que sea algo que verdaderamente pueda evitar.

—Estaba buenísimo. —Aclara el moreno cuando ya no le queda nada por comer.

Se recoloca en su lugar, observando fijamente al agente que parece que está en las nubes.

—Me gusta tu colgante. —Dice, cuando observa lo que cuelga de su cuello. —¿Es alguna especie de amuleto? —El pelinaranja lo observa desde la lejanía, es un gran colmillo. Parece que está hecho de alguna piedra preciosa color rosado.

—Podría interpretarse como algo así. Me ayuda a recordar quién soy. —Taehyung lo esconde dentro de su camiseta.

A Jimin se le han revuelto las tripas sólo con escuchar esa frase.

Muerde su labio con indecisión, sin saber muy bien cómo debe actuar, pues no quiere que los impulsos que le caracterizan rompan todos los enlaces que se están formando entre ellos, como posible testigo y agente.

—¿Y quién eres? —Se atreve el mayor a preguntar, viendo cómo Tae alza una de las cejas y se ríe de forma leve.

—Eso debes de descubrirlo tú. —Guiña el ojo y juega con sus manos al ver la expresión que se le ha quedado al policía. —Gracias por todo, Jimin. No sé qué haría sin ti. —Confiesa, acercándose a él y abrazándole con fuerza, mientras el muchacho sigue pálido.

Odia que todo su cuerpo reaccione ante el tacto de aquel chico. Y odia demasiado el hecho de que su antiguo amor platónico les esté observando desde lejos, con una mirada fría y recriminatoria y él no pueda sentir algo más que los brazos de Taehyung rodearle con necesidad.

Porque no desea separarse, ni tampoco va a hacerlo.

Tan sólo va a alargar ese momento lo más que pueda, porque teme que ocurra lo que no puede dejar de imaginarse.


Monster🔮 [Vmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora