25.12.18 (09:04)
La mañana de navidad se presenta con buena pinta.
Salgo de la habitación, aún es pronto, pero en verdad no puedo esperar ni un segundo más a escuchar algún indicio de que Jimin está despierto.
Pero al parecer es así.
En cuanto cruzo el umbral de la puerta, un leve olor delicioso se va introduciendo por mi nariz, indicándome que el pelinaranja se encuentra en la cocina, haciendo algo para desayunar.
Camino hasta el lugar, topándome con él, está de espaldas, plenamente concentrado en no derramar el líquido que está depositando en una taza de las que ayer compramos.
Sonrío, acercándome lentamente, pero sin tratar de asustarle, pues sé que las cosas podrían acabar mal de ser así, no me apetecería limpiar toda la cocina por la broma.
—Buenos días. —Susurro, mientras veo cómo se da la vuelta rápidamente para enfrentarme.
—Jo, quería que fuera una sorpresa. —Comenta con un leve puchero que se ha formado en su labio inferior de forma inconsciente. —Estoy haciendo chocolate caliente. ¿Te gusta? —No sé cómo decirle que nunca he probado algo así, pues por lo que parece, es algo común para él, así que asiento con efusividad para no extrañarle y le revuelvo el pelo.
—Feliz navidad, Jimin-ssi. —Digo finalmente, viendo cómo se quita el delantal sucio y se lanza sobre mí para propiciarme un largo y cálido abrazo, de esos que quieres que duren para siempre.
—Feliz navidad, Taehyung-ssi. —Murmura junto a mi oído.
Hay un pensamiento que desde ayer corroe mi mente sin cesar, pero puesto a que no me he atrevido a comentarle nada antes, decido que éste es el momento preciso para hacerlo.
—Tú... ¿No celebras la navidad con tu familia, Jimin? —Se aleja un poco, meditando la respuesta.
—En verdad, ellos no estaban muy de acuerdo con que me hiciera policía. —Confiesa, notándose un tono melancólico en sus palabras. —Puesto que, lo hice sin su permiso. Era mi sueño, tarde o temprano lo entenderían. —Suspira. —Eso creí. —Chasquea la lengua con impotencia. —Pero no fue así. Así que, nuestra relación cambió de manera tan brusca que elegí el sitio más alejado donde me destinaron, para no verles en una buena temporada. Aunque parece ser que están mejor sin mí, porque sigo sin saber demasiado de ellos hoy en día.
Le miré unos segundos, buscando las palabras que decirle.
—Supongo que son cosas que pasan. —Trato cambiar mi mirada vacía por una que al menos exprese la mitad del dolor que Jimin guarda en la suya, pero al no obtener resultado, me quedo en blanco, pronto notando cómo éste me vuelve a abrazar.
—Pero esta navidad será diferente, gracias a que estás aquí. —Nunca me he sentido cómodo con el contacto humano, no lo he llegado a soportar de manera completa, pero los esfuerzos que hago por hacer que Jimin vaya confiando en mí poco a poco, cada vez son más pequeños, y eso me alivia altamente.
Podría acostumbrarme a este chico.
Podría hacerle ver que somos almas gemelas.
Los pensamientos recorren mi mente mientras el contrario se va alejando con cuidado.
—Todo irá bien, no te preocupes por nada. —Asiente, limpiando sus mejillas de las que han caído escasas lágrimas con anterioridad.
Desde que vi a Jimin por primera vez, supe que no era cómo aparentaba por su físico.
Un chico fuerte y rudo que es el mejor en lo que hace, pero que esconde una personalidad débil y sensible, y trata de ayudar hasta a una mísera hormiga si está en su mano.
Desde que le divisé, supe que era la persona perfecta para mí.
Y hoy en día sigo pensándolo, porque sé que no será capaz de defraudarme, me encargaré de que las cosas surjan de buena manera y no haya ninguna clase de inconveniente.
—¿Y si nos tomamos lo que has preparado? Ayer dijiste que querías ver las películas que echaban por la mañana. —Sus ojos se abren como platos.
—¡Sí! ¡Voy a preparar las mantas para hacer un fuerte! ¡Espérame aquí! —Le miro sin entender muy bien.
Sin embargo, cuando me dirijo al salón y lo encuentro colocando un montón de cojines y mantas en el suelo para que estemos cómodos frente al televisor, río por su inocencia.
Llevo ambas tazas y el pastel que compramos en el mercadillo navideño la tarde pasada, en una bandeja, dejándola frente a él, que está enrollándose entre las mantas como si de un bollo de crema se tratase.
—Hace tres navidades que vivo solo, así que es mucho mejor hacer esto con compañía. —Sonríe algo avergonzado por sus propias palabras, y me hace un hueco a su lado.
Me coloco entre los cojines, dejando una distancia más que razonable, y estando pendiente del televisor, que acaba de ser encendido por el muchacho.
Y así, empezó nuestra mañana de navidad.
Tuve que consolar a Jimin al menos cinco veces, porque lloró viendo Pretty Woman, Hachiko, Titanic, Forrest Gump y Braveheart.
Miento, fueron seis veces, pero sigo sin entender la razón por la cual lloró al ver el inicio de Up.
Hasta hizo palomitas y las devoraba mientras sus ojos seguían inundados en lágrimas, pero no paraba de decir que lo estaba pasando genial.
El ser humano sí que es un ser masoquista.
Incluso permití que se tumbara sobre mis piernas porque según él, sus almohadas eran menos cómodas y mulliditas que yo. Acepté a duras penas.
También teníamos pensado cocinar algo juntos para comer, pero los fideos se nos han pasado y finalmente hemos tenido que llamar a un servicio online, pero al menos voy a probar el sushi por primera vez en mi vida.
Y por la tarde vamos a jugar a un tal Monopoly, que no sé de qué va, pero Jimin no deja de repetir que me va a dejar sin dinero, pero ya lo estoy, así que no entiendo muy bien lo que pretende con eso.
Ha comprado un montón de regalos y los ha puesto bajo el árbol, ayer no me permitió verlos ni mucho menos saber lo que escondían en su interior, dice que él siempre los abre la noche de navidad y que si lo haces antes de eso, tendrás mala suerte por años.
Así que no me queda otra que hacerle caso.
Al fin y al cabo, se trata de Jimin.
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Monster🔮 [Vmin]
Fanfiction¿Qué crees que ocurriría si el mejor agente de toda la brigada policial se involucrara demasiado en el caso que, inconscientemente, hará peligrar su trabajo, su vida e incluso su estabilidad mental?