Monster🔮 [Vmin]

dieciocho

07.01.19 (12:45)

—Ah... Había olvidado lo molesto que eres en el trabajo. —Se queja el Agente Kim al ver que el pelinaranja ha dejado su mesa regada de papeles que estaban hace unos días archivados.

—No es mi culpa que estemos rodeados de incompetentes. —Recrimina, notando cómo el contrario le manda callar de manera sutil, pero a éste importándole poco y menos ese hecho. —¡Se ha perdido el informe médico de Taehyung, y necesitaba revisar algo! —Suspira lentamente.

—No sabía que recordabas su nombre aún. —Se maldice mentalmente al darse cuenta de que no debe mostrar demasiado lo que sabe, probablemente estaría en problemas si sus compañeros se dieran cuenta de que ha sacado al muchacho del hospital y está conviviendo con él en su casa, más aún si supieran que tienen algo así como una relación sentimental.

—Ya sabes, tengo buena memoria. —Comenta, tratando de disipar el tema que acaba de sacar a la luz.

—Para lo que quieres... —Comenta el mayor de ambos, saliendo de la oficina para seguir presionando a su colega, para poder conseguir la información necesaria en un menor plazo de tiempo.

Se golpea la cabeza instintivamente cuando nota su ida de lengua. 

Toma el móvil entre sus manos, pues ha notado que no ha parado de vibrar en la última media hora, y sonríe cuando descubre los mensajes que el menor le ha ido dejando en WhatsApp. El chico tampoco tenía un teléfono así que por ahora se conforma con uno algo antiguo que Jimin le dejó, en el que sólo le tiene a él de contacto. 

Según había dicho, no le hacía falta nadie más.

Sonríe de forma payasa mientras sus ojos se convierten en dos líneas tremendamente finas, que le llegan a impedir la visión.

Mira la puerta y al notar que Namjoon no está cerca, husmeando en sus quehaceres, marca rápidamente el número que se sabe de memoria, esperando hasta que da tono.

Segundos después la voz ronca que tanto conoce ya, se adueña de cada uno de los rincones de su mente, impregnándole de su esencia aún sin la necesidad de estar en la misma habitación.

—¿Jiminie? ¡Oh, en verdad te estás saltando parte de tu trabajo por hablar conmigo! ¿Es esto acaso un sueño? —Responde con una risita que el contrario escucha perfectamente. —¿Qué tal va tu día?

—Bueno, no demasiado atareado. —En verdad, si lo considera, está hasta arriba de trabajo. Parece ser que todo el mundo se ha puesto de acuerdo para tener accidentes automovilísticos esa semana. También les han llegado ciertos informes de casos que deben investigar, y a parte está el hecho de que Namjoon y él han considerado oportuno estudiar en secreto el archivo del caso de Taehyung pero, por supuesto, él no debe de enterarse de ello. —¿Tú qué tal? —Pregunta cuando deja de darle vueltas al tema.

—Esto... —Carraspea, haciendo que la curiosidad crezca en la piel del pelinaranja. —Intenté hacerte unas galletas para cuando volvieras a casa. —Jimin no puede evitar esbozar una sonrisa.

—Oh, eres adorable. —Confiesa, percatándose después del tono empleado por el azabache. —¿Y cual es el problema? —Silencio durante unos segundos.

—El caso es que, creo que he calcinado media cocina. —Los ojos del mayor se abren como platos.

—¿Qué quieres decir? —Pregunta ya algo más alarmado.

—Sin querer metí un trapo que colgaba de la bandeja donde puse las galletas y, ya puedes imaginar lo que pasó. —El chico se muerde el labio, tratando de recrear la imagen mental.

—Creo que puedo hacerlo, pero prefiero que me cuentes para no asustarme de más. —Escucha el chasquido de la lengua del contrario a través del teléfono.

—Pues... Salió ardiendo. ¡Pero tranquilo, lo he medio arreglado, sólo que también se quemaron las galletas y la cocina apesta a humo, lo raro es que los vecinos no hayan llamado a los bomberos! —Suelta un gran suspiro ante la situación que Taehyung explica fervientemente.

—Espera, si está todo bien... ¿Por qué me has llamado? 

—Es que no encuentro los productos de limpieza, y como apagué el fuego del trapo con el pie, el suelo se llenó de tizne y cenizas. Así que era para preguntarte que dónde guardabas el friegasuelos y cosas por el estilo.

—Ah... este chico... —Murmura para sí. —En el cajón de la cocina, la esquina de la derecha. —Escucha el sonido de los cajones abriéndose y cerrándose, hasta que da con el adecuado.

—Oh, lo encontré, gracias. ¡Espero que el resto de tu día se te haga ameno, y te prometo que, no tendrás galletas, pero sí algo rico para comer! —La preocupación vuelve a inundar los sentidos de Jimin.

—¡No, escucha Tae, pide algo a domici-...! —Alcanza a decir antes de que le corte.

—¡Te quiero, te quiero, te quiero! Adiosito. —Se despide antes de colgar.

El muchacho deja el móvil en su mesa y comienza a reír al volver a imaginar a Taehyung luchando contra el trapo para lograr apagarlo. 

Y todo por hacerle unas galletas.

—Demasiado lindo... —Comenta, antes de que alguien irrumpa en el despacho.

—¿Aún sigues así? ¿Has encontrado algo, o estás todavía en las nubes? —Sin responderle, continúa buscando entre las montañas de papeles el informe del médico que pueda confirmar el estado completo en el que se hallaba Taehyung cuando le localizaron. —Jimin, tenemos algo. —El mencionado alza la cabeza, su mirada conectándose con la del Agente Kim.

—¿Y bien? —El contrario sonríe.

—Hay una casa que cuadra a la perfección con las características que buscábamos. Puede que sepamos de dónde salió ese testigo. —Toma el informe que le brinda el de cabellos violetas, observando la localización indicada y comprobando que el lugar donde se halla la casa es a unas millas escasas de donde encontraron al azabache. —Necesitaré alguien que me acompañe a investigarla en un horario extraoficial.

—Cuenta conmigo. —Sentencia sin despegar la vista del folio que ojea curiosamente.

Por fin tenían algo, no sabían aún si era una pista real o simplemente el fruto de sus divagaciones, pero pretendían aferrarse al máximo a un clavo ardiendo, y éste era el suyo en este caso.

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¡Hola!

¿Qué tal va todo? 

No queda nada para año nuevo y... ¡Qué nervios ay! 

En fin, espero que esteis contentos y tengáis un día genial, bye.