24.12.18 (11:43)
Ambos nos estamos dirigiendo a una de las tiendas que Jimin me ha comentado anteriormente.
Estoy demasiado feliz, a decir verdad, no me esperaba sentirme tan cómodo junto al pelinaranja. Hice bien en elegirle a él.
La habitación en la que ahora duermo, es comodísima, podría pasarme el día tumbado en la cama y no sentiría remordimiento alguno.
Y, aunque yo no fuera consciente de la fecha en la que nos encontrábamos, lo he podido descubrir cuando hemos salido temprano de casa.
Las calles están plenamente decoradas, llenas de luces y de árboles con adornos.
No es que me agrade demasiado, pero Jimin parece muy ilusionado con todo el paripé, así que me ahorraré los comentarios desagradables para estas fechas.
Además, según me ha informado, nadie de la comisaría puede saber que vivo ahora con él, así que se ha esmerado dejándome todo tipo de complementos para esconderme.
De verdad creí que bastaba con el gorro y la bufanda, pero cuando le vi aparecer con las orejeras, supe que ya era demasiado.
—Es aquí Tae, pasa. —Abre la puerta, haciéndome hueco para adentrarme en la tienda.
Miro alucinado de lado a lado, aunque parezca mentira, nunca había ido de compras apropiadamente, y es un hecho bastante genial para mí.
No parece una tienda muy cara ni mucho menos, pero hay un montón de ropa que me llama la atención, así que no lo pienso dos veces antes de abalanzarme sobre cada cosa que me parece apropiada.
Estudio cada prenda con interés, viendo cómo Jimin, que está a mi lado, comienza a rebuscar también.
Trato de dejar a un lado la codicia que ha comenzado a surgir en mi interior, y carraspeo unos segundos para no darle una mala imagen al pelinaranja que se encuentra a escasos centímetros de mí.
—M-me gusta ésta. —Señalo la sudadera que sostengo con la otra mano y éste sonríe.
—A mí también. Guárdala hasta que encontremos unas cuantas cosas y te pruebes todo de una. —Trago saliva.
No respondí ante sus palabras, pero poco a poco, los brazos del muchacho sostenían demasiadas prendas de diferentes tipos.
—¿Jimin? Eso es para ti, ¿cierto? —Se perfectamente que no es así, pero igualmente decido preguntarle.
—No, necesitas mucha ropa. Espero que sean de tu estilo. —Comenta con inocencia, haciendo que una sonrisa ladina luche por salir y mostrarse en mi rostro, pero la reprimo como puedo y humedezco mis labios con humildad.
—Ésto es demasiado dinero Jimin... No quiero que... —Pero mis palabras se ven cortadas por él, que comienza a chistar.
—En verdad quiero hacer esto, ve a probártelo y dime si te convencen o no, ¿vale? No pienses en el dinero, eso no es un problema ahora. —Sonrío, pareciendo no completamente convencido aún. Pero decido hacerle caso y entrar al probador.
El día transcurre más rápido de lo deseado.
Hemos ido a un restaurante genial, dónde servían unos fideos deliciosos, y un postre que no sé muy bien cómo se llama, pero igualmente, estaba delicioso.
Por lo que alcanzo a notar, ahora nos encontramos en el medio de la plaza, dónde los adornos son aún más notorios y recargados. Hasta hay una especie de mercadillo.
A Jimin le hace especial ilusión ir, así que yo también estoy simulando estar igual de contento que él.
Pero mirando a lo lejos, intercepto a alguien que no me hace ni pizca de gracia.
Agarro el brazo de mi acompañante con fuerza controlada, y me acerco a su oreja, haciendo que se sobresalte por unos segundos, recuperando acto seguido la cordura cuando nota que tan sólo quiero susurrarle algo al oído.
—El Agente Kim está ahí. —Digo, en un tono bajo para que nadie alcance a escuchar. —Voy a ir hacia allá. —Señalo uno de los puestos. —Salúdale, luego reúnete conmigo otra vez. ¿De acuerdo?
Parece que lo ha entendido, pues no le doy tiempo a responder y camino lejos de su lado.
No puedo arriesgarme a que ese gilipollas me vea. Precisamente tenía que ser él.
Río con sorna.
Empiezo a husmear en los diferentes adornos que vende la mujer del puesto, chasqueando la lengua tras mirar a mi alrededor y notar lo feliz que se ve todo el mundo por la llegada de la navidad.
Todos con esa cara de imbéciles.
Como si todo cambiara con la llegada de esas fechas, y se convirtiera en perfecto.
Hipócritas.
Aman la navidad porque nunca han estado solos.
Si no tuvieran a alguien con quien celebrar las fiestas, no estarían tan estúpidamente contentos por la llegada de un gordo que se cuela en sus chimeneas y les da regalos.
Esa leyenda sí que es absurda.
Claro está, que yo no la conocía, de hecho, la he descubierto esta mañana, mientras Jimin me contaba sobre los regalos que Santa Claus le había traído de pequeño.
Tampoco podía decirle a Jimin que no tenía ni zorra idea de quién era ese, pero como le gusta tanto hablar, me lo ha dejado claro sin necesidad de preguntar.
En el fondo, desearía haber tenido una navidad así.
Con tan sólo pensar en cómo pasé las fiestas en mi infancia, comienzo a ejercer más y más fuerza sobre la bola de cristal que estoy sujetando, finalmente reventándola entre mis dedos.
Me doy cuenta segundos después, notando un brazo en mi hombro que hace que me gire para enfrentar al muchacho, que ya ha regresado de, cual sea la charla, que ha tenido con el Agente Kim.
Lanzo los pedazos al suelo con rapidez, escondiendo la mano en la chaqueta que llevo puesta y sonriéndole.
—¿Qué tal? —Pregunta, esbozando una gran sonrisa de vuelta, que hace que sus ojos se conviertan en finas líneas. —¿Has visto algo que te guste para decorar la casa? ¡Este año va a ser una navidad genial! —Miro sobre la mesa y tomo un pequeño adorno.
—Éste es bonito. —Digo con ternura, sin sentirlo realmente, porque ni siquiera sé de lo que se trata, a pesar de que algunas de las luces que adornan la ciudad tienen esa forma.
—Oh, tienes razón. Este reno es precioso. —Comenta, y a los minutos ya lo ha pagado y lo lleva en una pequeña bolsa junto a otros muchos artículos.
Cuando ambos caminan en dirección a casa, alzo la vista para cruzarme con la expresión de felicidad de Jimin.
Sí, en verdad este año la navidad va a ser genial.
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Monster🔮 [Vmin]
Fanfiction¿Qué crees que ocurriría si el mejor agente de toda la brigada policial se involucrara demasiado en el caso que, inconscientemente, hará peligrar su trabajo, su vida e incluso su estabilidad mental?