quince

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31/12/18 (21:51)

—Venga Jimin déjame terminarlo a mí, porfa. —Digo poniendo un puchero al que sé que el mayor no se va a resistir.

—Está bien, pero con cuidado, que como derrames un poco ya la has cagado. —Asiento, tomando la manga pastelera y echando el chocolate sobre el bizcocho que previamente hemos preparado. 

Me relamo de vez en cuando, al compás que lleva mi brazo, que sigue dibujando círculos sobre la superficie del pastel, una vez que el líquido para el glaseado se ha acabado, tomo un poco del ya esparcido y me llevo el dedo a la boca.

—¡Está riquísimo! —Sentencio finalmente, dándole el visto bueno a nuestra gran obra maestra.

—Perfecto, me fiaré de ti entonces. Al parecer mis habilidades culinarias no están tan mal como pensaba. —Se atribuye el mérito mientras yo río asintiendo, dándole la razón al pelinaranja.

Salgo de la cocina para echar un vistazo a la televisión que adorna el salón, que sigue encendida y reproduciendo los millones de audios de villancicos que el más mayor se ha encabezado en poner para darle un toque navideño al día, por mucho que la navidad ya ha pasado.

Sonrío mirando a mi alrededor, viendo cómo la decoración encaja a la perfección con la felicidad que siento en el instante.

Todo va según lo planeado.

—Es bonito, ¿verdad? —Estaba tan inmerso en mis pensamientos, que no había notado que Jimin me había seguido y estaba en ese instante colocado a mi lado.

—Lo es. —Murmuro, mirando adrede a los grandes labios del muchacho, que lo nota en cuestión de segundos y gira la cabeza debido a la vergüenza, provocando que una risita tímida se escape de mi boca.

—D-deberíamos de preparar la mesa con los aperitivos mientras tanto, ¿no crees? —Sé que ha dicho eso para disimular su vergüenza, pero sus mofletes siguen denotando que le incomoda estar a tan pocos centímetros de mí. 

Asiento ligeramente, acompañándole a la cocina y preparando unos platos que llenaremos de manjares para consumirlos antes de la cena. Aunque como nos pasemos un poco, se nos llenarán las tripas antes incluso del primer plato.

El chico se está esmerando muchísimo para tenerme satisfecho, y me gusta esa sensación de siempre estar atendido que tengo cuando me encuentro junto a él.

Ahora mismo está mordiendo ligeramente su labio inferior porque no atina a clavar en la brocheta una bolita de mango que acaba de hacer.

—¿Necesitas ayuda? —Digo en un tono divertido a medida que me acerco a él, pero niega acaloradamente, pues nunca quiere hacerse de menos.

Los preparativos pasan rápidamente y no tardamos en sentarnos a cenar mientras vemos "Solo en casa" que, según Jimin, es la mejor película navideña de todos los tiempos, pero a mí no me está pareciendo para tanto.

Aunque no es como si fuera a decírselo de todas maneras.

A veces pierdo la noción del tiempo cuando observo a Jimin. Me gusta y a la vez no el sentirme así.

Sé perfectamente que le necesito, pero no quiero depender de él tanto, no al menos aún.

Continúo comiendo parte de la sopa que hemos preparado, aunque la sal se nos ha ido de las manos, más bien, se le ha ido de las manos a Jimin.

"Sólo un poco más" al final no resultó suficiente.

—Si yo tuviera todo ese dinero y ninguna preocupación, me compraría todos los bombones de chocolate que hubiera en el supermercado y los comería arropado con una manta mientras veo dibujos o cosas así. —Comenta el chico, que sigue sin perder de vista un segundo de la película, que está a punto de terminar pues ya van a ser las doce.

—Buen plan, ¿me llamarías para hacerlo contigo? —Los ojos de Jimin se abren como platos. —¡No pienses mal hombre! —Se empieza a reír.

—Perdón perdón, se supone que el adolescente hormonal eres tú, no yo. —Niego con un gesto.

—Tan sólo me sacas unos años, no te pases. —Me quejo haciéndome el ofendido y termino mi plato principal a la vez que cojo más nueces para rellenar mi boca de éstas.

—No te enfades Taehyungie, te seguiré queriendo aunque seas un bebé todavía. —Arqueo ambas cejas expresando mi disconformidad.

—¡No soy un bebé! —Jimin le quita validez a mis palabras con los gestos de su rostro.

—Si lo eres, mírate. —Se acerca a mí y me coge de los mofletes, estirando y jugueteando con mi cara todo lo que puede.

—Para. —Exijo de mal humor, pero el pelinaranja no se detiene. —Más vale que pares ahora o te vas a arrepentir. 

—¿Ah sí? ¿Y por qué debería hacerte caso? —Se escuchan fuegos artificiales fuera, los cuales se pueden observar desde la ventana. Jimin corre a quitar la película, que ya está por la parte de los créditos y pone la cuenta atrás que están televisando en uno de los canales locales, mientras me acomodo en el sofá a su lado para verla con más claridad.

Sin hacerse mucho de esperar, el año nuevo llega una vez más.

Nunca antes se había sentido de esa manera, es como si fuera mi primer fin de año a celebrar.

Y, cuando giro la cabeza, me encuentro con un muchacho al que le brillan los ojos debido a que los fuegos artificiales que se proyectan en el televisor, se reflejan en su mirada.

Pero cuando éstos se encuentran con los míos, no dudo en cerrar la distancia y besarle mientras mis ojos se cierran por la intensidad del momento, pero de forma inesperada.

Es mi primer beso, pero no me siento raro ni siento que me vaya a desmayar, estoy perfectamente.

El chico parece seguir en shock cuando me separo y me encuentro con su rostro, decido abrazarle, sintiendo cómo su corazón palpita a un ritmo frentético contra mi pecho y sonrío, murmurando unas palabras en su oído.

—Feliz año Jimin, no podría haber empezado de nuevo de una forma más maravillosa. —Digo notando cómo el muchacho me abraza también y acaricia mi espalda con parsimonia. 

—Te quiero Taehyung. —Escucho que dice bajito junto a mi oreja.

Sonrío de forma maliciosa, siendo consciente de lo que esas palabras implican.

Y sí, a partir de este momento tengo claro que, he conseguido mi objetivo.

Monster🔮 [Vmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora