❀ O13

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-Mi papá no estará esta noche. Estaré bien
-¡Pero yo quiero que te quedes!
Alce la voz como una jodida cria aferrandome a su cuerpo. Algo en mi lo necesitaba. Soltó un suspiro y volvió a llevar el cigarrillo a sus labios
-No puedo negarme a lo que me pida mi reina
Se giró para verme y me besó suavemente, sujetandome por la cintura para no irme contra el suelo. Si bien ni estábamos tan alto me daría un buen golpe contra el piso y me niego a escuchar sus carcajadas mientras yo gimo de dolor en el suelo.

Cuando nos separamos me sonrió con ternura y volvió su atención al cigarro. Honestamente detestaba el olor a cigarrillo pero necesitaba estar a su lado ese día. Odiaba ser un chicle pero ese maldito me tenía detrás de él como la propia estúpida. Fue un logro no desmayarme por aquel olor tan desagradable.
-Si te parece pasare por mi casa para buscar unas cosas. Después iré contigo
-Bien, como quieras
Murmuré con mi cabeza en su hombro. Era cierto que no había nadie cerca y tal vez por esa razón me dejaba estar tan unida a él.

Cuando el timbre sonó me ayudó a bajar del árbol y ambos caminamos de vuelta al salón, tomó asiento a mi lado y puso una mano en mi pierna repartiendo caricias con su pulgar.

~•~

El timbre sonó repetidas veces mientras gritaba que si no le abría la puerta me iba a ir mal, a su vez, golpeaba esta misma. Fui a abrir, con el ceño fruncido y unas ganas de reventarle la nariz, pero antes de poder soltarle una cachetada, me sujeto de la cintura y me besó con brusquedad. Dejó caer su bolso al lado de la puerta y cerró detrás de si sin separarse de mis labios. ¿Este maldito sabía cómo amaba sus besos?
-Lamento entrar así pero...
-Es una bonita forma de meterte sin haberte invitado a pasar
Entrelace mis dedos en su nuca y le sonreí.
-Elizabeth me hizo un interrogatorio
-¿Ah si?- Deslice mis manos hasta su pecho y comencé a desabotonar su camisa lentamente
-¿A donde vas con ese bolso, Emerson? ¿Cuando vuelve Natalie, Emerson? ¿Emerson, por que te juntas tanto con la vecina, Emerson?
Rodó los ojos, yo sonreí. Me gustaba ese chico sin ninguna duda. Era simplemente perfecto de pies a cabeza y me tenía por los suelos.
-Si tu mamá se llega a enterar de esto...
-Ni siquiera sabe que estoy aquí. Me estoy jugando un regaño solo por ti
-Lo siento, Em- Le quite su característico sombrero y me lo coloqué, él rió con ternura y acabo por quitármelo. Colgó su abrigo en el perchero junto al sombrero y fue a sentarse en el sofá de dos cuerpos.
-Ven aquí
H

izo un ademán para que me acercará y así lo hice, acabe por sentarme a horcajadas en sus piernas.
-¿Que quieres hacer?
Pregunte atrapando su labio inferior entre mis dientes
-¿Que quieres que te haga?
Sonrió con malicia
-¿Repetimos lo de ayer?
Emerson no dudo y asintió ensanchando su sonrisa. Levantó mi camiseta y desabrocho mi sujetador.

Volvió a besarme con fuerza mientras pellizcaba mis pezones. Comencé a moverme suavemente sobre él, afirmandome de sus hombros. A los pocos minutos sentí su creciente erección contra mi sexo y caí en cuenta de algo.
-¿Trajiste protección?
Emerson apretó los puños y soltó una maldición baja.
-Tenía uno pero...
Bajo la mirada, yo frunci el ceño.
-¿Pero?
Me cruce de brazos
-R~Remington y yo lo inflamos en el instituto y nos pusimos a jugar con él
Se mordió el labio con fuerza y se me fue imposible aguantar una carcajada.
-Eres idiota, Barrett
Plante un rápido beso sobre sus labios y me aparte.
-¿Piensas dejarme así?
-Pues, si
Dije obvia con una sonrisa burlona. Frunció el ceño y negó. Me sujeto por la cintura y me acomodó encima de sí.
-Danna, por favor
Hizo un puchero, sus ojos verdes se clavaron en los mios llenos de súplica. Me tentaba. Sin embargo negué lentamente y ensanche mi sonrisa
-Lo siento Emerson
Se cruzó de brazos y frunció el ceño. Sin embargo, no iba a ignorar la oportunidad de provocarlo más, y sin ningún aviso inicie un suave vaivén sobre su miembro, ya endurecido. El muchacho hizo su cabeza para atras y abrió la boca, mas ningún sonido salió. Me límite a sonreír y continúe con el suave movimiento.
-¡Danna!
Gimió mordiéndose el labio, no tarde mucho en atacar su cuello, repartiendo varios chupetones. Sentí como apretaba mis nalgas y a la vez guiaba mis movimientos cada vez más bruscos. Subió mi falda y enredo sus dedos en el elástico de mis bragas amenazando con bajarla.
-Venga- Me levante y camine en dirección a mi bolso que se encontraba en el sofá del frente -baja a la farmacia y compra condones
Hable mientras buscaba mi billetera en el bolso
-¡¿Que?! ¡¿No has visto la erección que me dejaste?! ¡¿Esperas que salga así?!.
-¡Ugh!- Me gire sobre mis talones y acomode mi falda. Efectivamente era muy notorio su problema -¡No puedo bajar yo! La señora de la farmacia me conoce desde niña ¿Que voy a decirle? "Hola señora Rogers, vengo por un paquete de condones porque mi amigo-amante me esta esperando con el pene parado en mi departamento"
-¡Pues no suena mal!
Me cubrí el rostro avergonzada. No, bajo ningún termino ¡No!.

art ;; e. barrettDonde viven las historias. Descúbrelo ahora