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    Me deje caer en la cama suspirando. Había sido un día sin duda agotador. De mi mente no salía Emerson, el viernes por la tarde fue un muchacho encantador y ahora era el daddy del instituto, habían demasiadas cosas por mi cabeza que me quitaron el sueño.

     Mi teléfono sonó indicando una notificación de WhatsApp de un número desconocido.

"Descansa, mi flor de loto, mañana será un nuevo día"

    Arquee una ceja confundida y suspire.

—¿Quien eres?

¿Quien crees, princesa?


Foto

—No puede ser

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No puede ser.
¡Anda a dormir!

Te veías increíble con esa falda
mi niña. Se me hace imposible
dormir por tu culpa.

Escuchame bien.
No quiero nada contigo, Barrett

Ya lo veremos ;).

     Bloquee el teléfono, era repugnante tratar con alguien así, y era despreciable tener que compartir universidad y edifico con él.

~•~

Buenos días, ;).


—¿Tú no duermes o que?
¡Son las cinco de la mañana!

Desperté temprano, para saludarte

Emerson,
Buscate un oficio
¿quieres?

Tengo varios.
¿Te espero afuera para
ir al instituto?

No.

Te espero afuera ;).

Te golpeare en la cara.

Quiero que lo hagas ;).

Dejame arreglarme tranquila, Emerson.

Ya yo me estoy arreglando
en paz mientras hablo contigo.
No entiendo por qué no puedes
hacerlo tú tranquila mientras
hablamos. Incluso mi mejor
amigo esta aquí. Y sigo hablando con la hermosa y talentosa mujer que eres.

 Y sigo hablando con la hermosa y talentosa mujer que eres

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No me cuentes tu vida.

Ya estoy afuera

¿Y?

¡Sal ya!

    Bloquee el teléfono y lo metí en mi mochila, guarde mis cuadernos y tome mi bolso junto a las llaves para salir, ahí estaba, como un chicle en mi puerta fumando un cigarrillo. Salí corriendo, pero fue ridículo, me alcanzó en menos de un segundo.
—Qué predecible eres
    Gruñó en mi oído dejándome contra la pared cerca de las puertas del ascensor, sus manos acariciando mi piel me ponían tensa, su sonrisa llena de maldad me atormentaba. Me decidí a no dejarme caer en sus juegos y ya lo tenia entre mis piernas.
—Sueltame, joder. Llegaremos tarde
Lo empuje y presione el botón del elevador, pero una vez más me sujetó por la cintura. No le importo un carajo mis palabras, y una vez se abrieron las puertas del ascensor me empujó dentro de este, marque con rapidez el piso, pero lastimosamente consiguió entrar al elevador justo cuando las puertas se cerraron. Me miró con burla y se paró a mi lado. Seguía mirandome, yo trataba de ignorarlo, era ridículo hacerlo.

     Ya cerca del instituto me detuvo y me hizo cambiar de rumbo directo a una cafetería.
—¿Qué hacés?
—Te invito a comer algo, aun faltan como quince minutos para las clases
    Puse los ojos en blanco, él sonrió y fue al mostrador, pidió dos cafés con leche, un croasan y un brownie, sin siquiera preguntar por cual era mi bocadillo, tome el croasan y el café y salí del establecimiento siendo seguida por él. Emerson sin duda era duro de quitarse de encima.
—¿No puedes dejar me en paz?

—No.
 

    Me apresuré a la entrada del instituto, me siguió y cuando creí que otra vez estaría encima de mi, se fue por otro pasillo al lado de una rubia. Me pregunté su seria su novia o simplemente otra chica con la que se acostaba. Fui con Aura, tratando de ignorar lo sucedido.

       Finalmente cuando las clases acabaron, salí corriendo del salón con mis cuadernos en los brazos y mi bolso abierto rezando por no cruzarme con el chicle de Barrett. Entonces lo vi con una chica, pelinegra, labios bastante gruesos y ojos grices, la sonrisa del chico demostraba su falsa atracción hacia ella, pero sus ojos lo delataban, ahí había una pizca de cariño, entonces lo supe, era su novia. Pase rápidamente con la mirada baja, mirándolos de reojo, me estaba viendo. Me detuve, lo observe, mientras la besaba me miraba por pocos segundos para cerrar los ojos y seguir en lo suyo, rápidamente guarde mis cosas, cerré mi bolso y salí corriendo lo más rápido que pude, me sentía perseguida y no importó las miles de veces que mire atrás comprobando que nadie me seguía, aun me seguía sintiendo así. Corrí lo más rápido que pude hasta llegar a mi edificio, corrí por las escaleras hasta mi piso, comprobé una vez más que nadie me seguía y busque las llaves en mi bolsillo.
—No... no, no, no, mil veces no...
     No estaban, maldita sea no estaban mis asquerosas llaves. De repente escuche como alguien las sacudía el manojo de llaves detrás de mi, me gire y le sonreí con fastidio, he de aceptar que esta vez me había salvado.
—Se te cayeron de tu bolso cuando corriste como si te fuera a comer—Le arrebate las llaves y agradecí en un tono bajo, dándole la espalda para poder abrir la puerta —¿No me invitas a cenar? Digo, te invite un café y MI croasan y recogí tus llaves del suelo. Merezco una cena ¿No crees?
Me dio una mirada coqueta, mientras me sujetaba por la cintura juntando su pecho con mi espalda, tentador.
—¡Bien, pasa!.

art ;; e. barrettDonde viven las historias. Descúbrelo ahora