❀ O18

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Emerson

Me encontraba relajado sobre aquel manto azul que se extendía hasta perderse de mi vista, flotaba y las olas me movían suavemente cada vez más lejos de mi punto de partida, pero la verdad, no recordaba que existiera uno. Sentía la fría brisa erizado mi piel y el cabello pegado a mi frente que me rehusaba a quitar pues no quería arruinar aquel momento de tal relajación. Abrí lentamente los ojos mirando directamente al cielo grisáceo que se encontraba sobre mi y supe que se aproximaba una tormenta. Murmure su nombre, Danna, oh Danna, mi dulce perdición, la dama más divina que mis ojos hayan podido presenciar, un deleite para mi vista y su simple imagen me aceleraba el corazón. Mi amor por aquella chica era incomparable, aquella sensación de relajación era similar a la de sus caricias y sus besos. Me sentía a salvo entre sus brazos y resultaba algo irónico para mi pues, siempre creí no necesitar de nadie para sentirme bien y de repente apareció esa mujer.
-Danna- volví a murmurar u una sonrisa apareció en mis labios -Querida Danna, eres arte
Susurre para volver a cerrar mis ojos.

Sentí entonces una suave caricia bajo mi pierna. Supuse que seria algún pez moviendose bajo mi cuerpo, pero cada vez fueron más en diferentes zonas. Para cuando abrí los ojos me encontraba completamente alejado de la calma que había abrazado cada centímetro de mi cuerpo. No podía moverme, y fue cuando un sentimiento de pánico se apoderó de mi. Aquellas caricias no tardaron en volverse rasguños. Sentía como sujetaban firmemente mis piernas e intentaban hundirme. No veía nada, no había nada -Al menos visible- sujetandome, pero lo podía sentir.

Cada vez era más fuerte la fuerza que me hundía hasta quedar por debajo del agua, y fue entonces cuando las vi, millones de manos intentando agarrarme, intentando llevarme más profundo y mientras más trataba de alejarme, más lejos parecía estar de la superficie. Comenzaba a quedarme sin aire y la desesperación de morir de aquella manera tan horrible era cada vez más. Poco a poco fui cerrando mis ojos, rindiéndome ante el inevitable final cuando la sentí. Su inigualable tacto, su mano sujetando mi muñeca con fuerza y jalandome lejos de aquella pesadilla. Mire hacia arriba y ahí estaba, me miraba y me halaga hacia ella hasta por fin poder sacarme a la superficie.
-Danna...
Volví a susurrar y la tome de las mejillas con cierta ternura. Me rodeo con sus brazos y una vez más la calma volvió a mi. No podría explicar con simples palabras todo el amor que sentía en ese momento. Me había enamorado pero no como lo hice de ella, de mi verdadera salvación
-¡Emerson! ¡Cabeza de escroto, abre los jodidos ojos o te apuñalo!- Escuche que pronunciaba -¡Eres un maldito vago!- y fue entonces, tras sentir un intenso frio en mi cuerpo que desperté, empapado y temblando. Frente a mi estaba la tan adorable Danna Couffre con una cubeta
-¡¿Que te pasa?!
Chille levantandome. Ella carcajeo y salió de la habitación. Será maldita.

Me senté al borde de la cama y suspire, mirando directo a la pared.
-Ella es la chica- Musite y me cubrí el rostro con una sonrisa -Maldita sea, ella es la chica. Ella es la única que puede salvarme de todo esto
-¡Barrett, deja de murmurar y ven a desayunar!
Aunque más que el amor de mi vida, parecía mi madre. Pero lejos de aquella actitud de superioridad, era divina, era arte. La obra de arte perfecta, la pieza que me faltaba en la vida.

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Muy gei sorry
Ame el nuevo vídeo de esos manes bai

art ;; e. barrettDonde viven las historias. Descúbrelo ahora