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Danna.

—Usted gana, amo a Danna
       Aquello se repetía una y otra y otra vez en mi cabeza, colmando mis ojos de lágrimas. No, no me vengas con esto Emerson, no ahorita. ¡Te odio maldito estúpido por volver a mi vida!. Me vino a complicar todo, todo era muy sencillo sin él ahí jodiendome. No quise escuchar más, me coloqué mis audífonos y puse Def Leppard a todo volumen, no quería seguir en esa tortura.

Emerson

—No me queda mucho, Emerson-— Suspiró y aquello honestamente me entristeció en cierta parte. Aunque algo en mi me aseguraba que esa mujer llegaría a los noventa y siete por lo menos, lejos de sus dolores y sus pocos problemas de salud estaba bastante bien, incluso parecía de menos edad. -—Y si voy a irme, quiero hacerlo sabiendo que entregue a la muchacha que me ha cuidado por este tiempo con el hombre indicado, y se que tú eres ese, no me defraudes y ve a por mi niña, se merece el universo después de todo lo que está haciendo por mi
Asenti con una sonrisa. Estaba convencido de que esa mujer volvería a ser mía.

Minutos más tarde, Danna salió del cuarto y los tres comimos el pastel que hizo la señora, pasamos una tarde dentro de lo que cabe agradable, la señora Margaret tenia un don para hacer reír a cualquiera con sus anécdotas, a esa mujer le pasó de todo en su vida y encontraba interesante oírla hablar de todo aquello.

~•~

Danna.

Deje las llaves sobre el mueble de la entrada y el bolso sobre mi sofá cama. Aquella noche me fue bastante bien y quería celebrarlo dándome un gusto de salir a tomar algo con mi abuela por la tarde antes de volver al trabajo. Camine al cuarto para comprobar que estuviera bien y la vi tendida sobre la cama cómo era costumbre.
—Abuela, ya llegue.
      Sonreí tocando su mejilla, estaba helada. Baje mi mirada a su pecho y note que no se movía, no estaba respiraba. Grité horrorizada y encendí la luz, con las lágrimas corriendo por mis mejillas, no ahora, no ahora maldita sea.

      Temblorosa metí la la mano en mi bolsillo y saque el teléfono. Me costó marcar el número de emergencias pues mi vista estaba totalmente nublada y mis manos temblando, fue casi imposible.

~•~

—Danna, por favor calmate
     Escuche a Emerson decir. Alce la mirada y estaba con un café frente a mi, me relajo verlo
—Gracias por venir
     Solloce tomando el pequeño vaso entre mis manos.
—¿Como no iba a hacerlo? No puedo dejar al amor de mi vida sola en estos momentos
—No estaba respirando
     Me cubrí el rostro. Sabía perfectamente que era muy tarde y que las noticias que me darían de ella no serían las mejores.
—Ven acá, preciosa
     Abrió sus brazos y de inmediato me refugie entre ellos, llenandome de una calma absoluta que hacía tanto no sentía. Estaba rota, estaba rota desde hacía años, ambos lo estábamos y en ese momento descubrí que lo único que necesitábamos para arreglarnos era a nosotros mismos
—No vayas a irte, Emerson, no quiero estar sola
—No digas tonterías, mi flor de loto, jamás te dejaría y mucho menos ahora
    Ambos tomamos asiento, me negué a soltarlo, solo llore por más de veinte minutos en su pecho.
—¿Familiares de Margaret Olson?
     Escuche a un hombre decir a pocos pasos detras de mi. Me levante de inmediato y dirigí mi mirada a él. Era un doctor joven, bastante joven, con el rostro cansado y una mirada de pena en el al verme levantarme. Emerson se paró detrás de mi y me tomo por los hombros, dándome fuerza para lo que me tocaría escuchar
—La señora Margaret sufrió un paro cardíaco, hicimos lo que pudimos pero para cuando usted la encontró ya era demasiado tarde
        El mundo inmediatamente se me vino encima. Emerson me dio la vuelta para rodearme con sus brazos. Sentí la mano del doctor sobre mi hombro, queriendo darme apoyo, no sirvió de nada.

—Amor— Escuche a Emerson decir —Danna— Se corrigió —Querida, falleció durmiendo, tuvo la muerte más tranquila de todas y debes agradecer eso. Ahora ella esta por acá cuidandote, no creo que después de todo lo que hiciste por ella vaya a irse y a dejar a la mujer más maravillosa sola. Fuiste muy valiente al aceptar cuidarla y creo que ella eternamente te agradecerá eso cuando nadie quiso hacerlo. Hiciste demasiado sacrificio por ella y le diste los últimos mejores años de su vida— Asenti entre lágrimas —Ella no va a dejarte nunca después de todo eso. Y aquello que hiciste, esa decisión que tomaste de cuidarla pese a todo y no abandonarla en un asilo fue la decisión más hermosa y noble que has tomado.

~•~

       Apreté la mano de Remington, viendo como Narcissa hacia presencia en el lugar, quería matarla, pero ese no era el momento de discutir.
—Danna— Escuche a Alexis decir con una falsa lastima —Como lo siento
      Asenti y ella me abrazo casi al instante. Mire sobre su hombro a Emerson y cuando me soltó, corrí a refugiarme nuevamente entre sus brazos. Era el único que me hacía sentir verdaderamente bien en ese momento.

      Me volví hacia el ataúd, no tuve el valor de abrir la tapa, no quería verla así. Me deje caer al suelo y puse mis manos sobre la fría madera de este
—Espero haberte dado los últimos cinco mejores años de tu vida porque tú me los diste, hiciste que todo ese sacrificio valiera la pena
Sonreí limpiandome las lágrimas.

       En ese momento, la vida no seguía para mi, solo pasaban los minutos, yo seguía respirando con aquella presión en el pecho, me negaba a aceptar que se había ido y no pude disfrutarla lo suficiente, me negaba por completo a aceptar que tendría que volver a casa y ella no estaría más ahí. El mundo se me había caído encima; mire cómo la bajaban en aquel aparato mientras apretaba con fuerza la mano de Emerson.

        El muchacho saco dos rosas de una de las coronas y me entregó una, dejando caer la suya por aquel hueco, hice lo mismo, para volver a llorar sobre su pecho.
—Alexis— Habló acariciando mi espalda —Anda a casa, por favor. Creo que Danna necesita compañía
      La muchacha frunció el ceño y me regaló una mirada de desprecio, pero no dijo más y abandono el lugar. Narcissa se acercó a mi y trató de abrazarme, me negué.
—No me toques— Me aparte inmediatamente. Ella siguió llorando —¡Y no me vengas con tus malditas lágrimas porque no la quisiste lo suficiente para cuidar de ella! ¡Fuiste una mierda de hija para mi abuela, ni siquiera deberías estar acá! ¡Vete!
—Hija...
—Narcissa— Interrumpió Emerson, con un tono de voz enojado —Haga el maldito favor de poner su culo en su auto y largarse de aquí. Danna no necesita su falsa lastima en estos momentos, váyase, se lo pido de la mejor manera.

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Acá puse bastante mi corazón porque trate de describir como fue cada segundo en el velorio y en el funeral de mi mejor amiga, partió hace unos meses y encontré cómo escapatoria reflejar mis sentimientos en ese momento en algo que me gusta hacer. ♡

art ;; e. barrettDonde viven las historias. Descúbrelo ahora