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Mientras pasaba el pincel por aquel lienzo trazando el cuerpo desnudo de aquella chica se preguntaba si el sentimiento amoroso seria mutuo. Ella dormía y el aprovecho para retratarla de la manera más hermosa posible. Ella era arte, ella era su forma de escape, su cuadro favorito. Ella era aquella obra de arte que nadie se atrevía a apreciar pero para él, cualquier pintura verdaderamente hermosa del mundo no era nada comparada con el arte de su cuerpo y su belleza. El amor hacia ella, hacia aquella mujer tan perfecta había aumentado y se le resultaba imposible mirarla y no suspirar como idiota. ¿Se había enamorado en serio? Emerson era un cabron con las chicas del instituto pero era un cabron con sentimientos. Se había encariñado con alguna de sus chicas pero sus impulsos lo llevaron a perderlas pero con ella era diferente, no quería lastimarla. Y sabía que no lo haría porque a su lado, no había mujer más hermosa que ella.

Y casi cuando acabó los últimos detalles de su hermosa obra la chica abrió lentamente los ojos y sonrió al ver a su amante tras el caballete con uno de sus pinceles entre los dientes, su paleta de colores en la mano izquierda y un pincel más grueso en la mano derecha.
-¿Inspirado?
Preguntó sentándose en la cama y cubriéndose el pecho con la sabana. Emerson la miró y la contempló por unos segundos antes de dejar el cuadro contra una esquina y tomar otro lienzo un tanto más pequeño
-Quedate así- Tomo rápidamente un lápiz y empezó a trazarla con una sonrisa. Danna descubrió uno de sus senos y sonrió pícara, seguidamente desvío la mirada a la ventana y suspiró mientras aquel chico seguía trazando su figura -Eres arte- Murmuró con el pincel entre los dientes y prosiguió a pintarla. Y sabía que podría perfectamente acabar todos los lienzos que tenía Danna solo en pintarla.
-¿Que dijiste?
-Que estoy haciendo arte
Hablo rápidamente y ella asintió sin apartar la mirada de la ventana.
-¿Cuantos cuadros llevas hechos?
Preguntó para no afrontar el horrible silencio que amenazaba con gobernar en la habitación.
-Solo uno- Le lanzó un beso y siguió dando pinceladas y regalandole miradas colmadas de cariño -Anoche me babeaste el pecho
Afirmó sin mirarla. Ella frunció el ceño y levantó su dedo medio.
-Pero si te ensalivo lo que te cuelga entre las piernas no te quejas
Hablo con una pizca de burla y Emerson soltó una carcajada.
-Vamos a comprobarlo
-Jodete, Emerson Barrett
Él sonrió y la miró sobre el lienzo. Ella seguía sin verlo, poso su mirada en el pezon descubierto que tenía y suspiro. Tantos pensamientos maliciosos llegaron a su mente. Tanto deseo de dejar de lado la pintura y follarsela. Pero Danna no accedería, al menos no en la mañana, que es cuando sólo piensa en dormir hasta el atardecer.

•••

Remington

Leith seguía cada día a aquella muchacha por los pasillos, no pretendía parecer un psicópata pero su actitud era inquietante. Ella le interesaba, excesivamente y aprovecharía el momento que su mejor amigo follara con ella y la dejara botada solo para acogerla entre sus brazos y enamorará cómo el se estaba enamorando de ella lentamente. Pero sin que lo supiera lentamente su mejor amigo también iba por el mismo camino de enamorarse y tenia bien en claro que no drogado la iba a dejar por otra mujer.

Sin embargo hoy era el día, hoy iba a hablarle y aprovecho cuando se sentó sola en la cafetería para acercarse.
-Hey- Se apoyo a la mesa y ella levantó la mirada -¿Puedo sentarme?
-Remington Leith ¿Eres tan imbécil como Emerson?
-Soy el mejorcito- Sonrió y la miró a los ojos. Dejando escapar un suspiro. Danna dejo que se sentará y empezaron una conversación. Remington creía que todo iba bien, Danna por otro lado ya quería que aquel intenso se largara.

art ;; e. barrettDonde viven las historias. Descúbrelo ahora