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Ser stripper era como una aventura ciertamente desagradable. Nunca sabes cuanto dinero ganarás esa noche, nunca sabes que sorpresas te esperan. Algunas noches te va bien y otras eres manoseada por un montón de cuarentones que buscan gastar su dinero en muchachas que les levanten la verga por un rato.

Danna dejó caer el brillante sujetador al suelo mientras caminaba por la pequeña pasarela en dirección al tubo. Se sentía tan sucia, avergonzada de que tanta gente estuviera viendo sus pechos. Quería huir de ahí, se sentía violada con tantas miradas en ella, era repugnante. Por otro lado podía estar algo tranquila, la gente que le importaba que no se enterara de esto jamás pondría un pie por acá, tales como Remington, Aura o Sarah se enterarian de esto y eso la aliviaba.

Finalmente llego la mejor parte de su noche, el final de ella. Se tomo la libertad de recoger el dinero y el sujetador y volver a los camerinos. Se sentia victoriosa al poder caminar "normalmente" con esos tacones.
-Katelynne
Gritó una de las bailarinas captando su atención.
-¿Pasa algo?
Guardo rápidamente el dinero en su bolso y se sentó frente al brillante espejo con forma de estrella. La muchacha que se hacía llamar Amber se acercó a ella.
-Van a echarte si descubren que te llevaste todo el dinero
-Amb, es solo por esta vez- Respondió quitándose la peluca de color lila y dejándola sobre la peinadora -Y no van a enterarse
-No son idiotas, en serio no quiero que tengas problemas con ellos, Kate
Danna suspiró y tomó una de las toallas humedad que estaban cerca de sus pinta labios para poder quitarse todo ese maquillaje
-Lo necesito y lo sabes
-¿Cuanto necesitas?
-Doscientos
Murmuró. Amber asintió y se volvió hacia su bolso para sacar el fajo de billetes que había ganado esa noche
-Trescientos
Respondió entregandoselos. Danna la miró con los ojos bien abiertos y negó
-Para nada
-Venga, trescientos, por si hace falta. No los necesito, gane bastante hoy. Y no quiero que te echen, eres una perra sexy bailando ¿Sabes?. Aceptalo y ve a dejar lo que toca donde el jefe
Danna ladeo la cabeza y suspiró. Amber tenia razón. Ellos no eran idiotas, sabrían que la zorra principal "Sweet Katelynne" no entrego su porcentaje y podrían echarla. Esta vez no pudo negarse. Por lo que tomó los billetes y los guardo
-Te la debo, Amber
Se levantó y le beso la mejilla.

Se colocó la ropa con la que habia venido, los jeans, la sudadera y los tennis que fueron un alivio para sus pies. Y una vez guardo todas sus cosas, tomó el fajo de billetes y subió a la oficina del jefe. Tocó tres veces la puerta y cuando escucho su ronca voz invitandola a pasar, entro con la mirada baja
-Katie, que gusto tenerte aquí conmigo
Jason sonrió ampliamente, detallando el delgado cuerpo de Danna, era su favorita de todas.
-Solo vengo a dejar lo que toca
Dijo y dejo los billetes sobre la mesa, el pelirrojo se relamio los labios y tras bajar los pies del escritorio empezó a contar los billetes. Algunas veces la miraba con picardia, desnudandola con la mirada.
-Hiciste mucho, esta noche. Si yo digo, ese culo me da bastantes ingresos- Sonrió y dejo una parte del dinero, unos doscientos dolares sobre el escritorio y guardo el resto -Eso es tuyo, tesoro. Nos vemos mañana
Danna Tomo su dinero rápidamente y tras meterlo en su bolso salió corriendo cómo alma que lleva el diablo de aquel local nocturno. Apresuró el paso por el callejón hasta chocar con un hombre. Su respiración se corto por un instante hasta que el sujeto abrió la boca
-Entonces este es tu nuevo trabajo, corazón.

art ;; e. barrettDonde viven las historias. Descúbrelo ahora