17.El placer de esta locura

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A las dos en punto de tu mirada
me dieron las seis y cuarto y
comprendí que están las agujas
clavadas en la comisura de tus labios.

Anoche acabamos por bebernos hasta los charcos, nos mojamos con las gotas del rocío de las flores que marchitan los años.

Mi destino esta curándose en el barril
del corazón y me bebo en cada párrafo
a mi puta inspiración.

Mi pluma esta llorando, y la ahogan las palabras
pinto las madrugadas con sabor a chocolate y ceniza
en el aire que se escapa por las rendijas
de mi sonrisa.

Asesina la ropa que yo a tu desnudo le daré la vida,
es lo que le dicta el espacio de cada cuadrícula
a mi poesía en cinta.

Que grande y peligroso se ve el mundo
cuando lo miras desde un agujerito,
pero yo salí de ahí convirtiéndome
en valiente y gigante.

Me fui a la guerra de la batalla
de palabras sin ningún arma más
que mis dedos y mis sesos.

Y pensé que no era tan malo sentirse sola
por fin podía contar conmigo.

Decidí meterte poesía hasta la garganta
y firmar una batalla de paz mientras
ganamos la guerra en la cama.

Escuchar como respira la luna, suspira
y jadea, como se pone su mejor liguero
para seducir a las mareas.

Voy a reflexionar sobre la manera más
picante de endulzar tu cama.

Y así más Bequeriana que nunca decirte
que en las caricias que sangraban las
oscuras golondrinas con sangre negra y podrida se leía...

Mi vida, no quiero ser poeta
¿Puedes tú hacerme poesía?

Hasta ahora, me he derramado a poemas
escrito con el coño y me he secado
las lágrimas con el marrón sin gracia
de un otoño.

Me ha cantado el olvido una canción de cuna
para que duerma a ese demonio que se encarga
de robar mi pluma.

Tiene la amistad la cabeza hueca
y las costillas disparejas, por las
contracturas que le hacemos
cuando el tiempo nos aleja.

Ahora toca vivir vomitando
y acostándose con el arte

Pues mi escuela fue la calle de
escritura improvisada entre la rima y la sangre.

Es la hora de aprender y seguir culturizándome
más nadie me va a echar tierra por lo alto
pues vuelvo a repetir lectores y escritores

que las flores mas preciosa florecen
en su asqueroso y repugnante fango.

Mi isnpiración es mi papiro, su olor
y textura, las mañanas cantarinas y este
amor a la locura.

Yo batallo con mi suerte con esta
musicalidad en mis rimas, con el dolor
de poder perderme en mi gran
romanticismo suicida.

Yo, no soy más que una don nadie
que reescribe a deshoras.

Tú, que te empeñas en enterrar los besos
bajo tumbas con llaves de gominola.

Yo, destrozada de profanar tumbas y rescatar
al amor que yacía en coma.

Tú, que entre dientes me repites
que las letras son tu fobia.

Que las sábanas me hablan de esas noches que
follaban con la luna y tú...que ya no
sabes disfrutar de los placeres
no me niegues el placer de esta locura.

Rebeka V.

La octava luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora