Catarsis

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Hoy necesito abrirme los sesos, una catarsis emocional.

La única salida de emergencia se encuentra tras mis pasos. Asustados, cansados, con los pies doloridos... Hablando de infiernos con la sonrisa en llamas.

La debilidad de haberse mantenido fuerte demasiado tiempo, construyendo castillos con mis ruinas. Pasando de largo al pasado con el dedo corazón señalando lo acabado.

Lo opaco de mi corazón es de cristal, y se ve reflejado todo lo que un día era pecado, tengo a todos mis demonios y angelitos manteniendo una orgía.

En mi cama, entre mis piernas acostados.
Sigo apuntando maneras con el gatillo apretado, pues en mi palacio reina el gris para que lo derrames todo  de colores a tus anchas  y puedas distinguir el arcoíris de la tormenta.

Y la vida es tan incierta que cuando acierta ni te lo crees y preguntas en tu interior y todas las respuestas son cerrojos cuya llave se encuentra en el fondo de mi estómago dónde las mariposas han hecho nido para pasar este gélido invierno.

Y se me pasará el arroz pero no el vino, y le daré un trago al amargor de este sin sentido embriagándome de mi misma, para amarme hasta perder la cabeza, esa que un día pusiste en su lugar para luego pisar.

No tengo tiempo para perderlo e igual que "nunca llueve eternamente" nunca nos rompemos del todo, aunque nos doblemos y nos guardemos en un bolsillo pequeño a la espera de que alguien nos sepa leer.

Y yo ya solo pido que todas mis caídas sean libres, para que mi alma deje de volverse cínica y pueda besarte en arte.

Ven que te regalo mi espacio, entre lunas y estrellas, galaxias, agujeros negros, vía láctea y Marte.

Que todavía tengo grietas por las cual respirar y todo se ha vuelto raro.

Y sin doble sentido a ti que me lees decirte que...

Ojalá te quieran con todas tus cicatrices, abiertas, en carne viva. Ojalá le hagan el amor a todos tus demonios. Que te acepten y te respeten tal y como eres.

Ojalá valoren lo que es tu alma y la cuiden y protejan como si fuese un tesoro que pocos merecieran.

Ojalá que la vida te quiera bonito, te mime y te folle como el cielo a las estrellas, como mi luna a tu ombligo,  como la pena a la tristeza.

Rebeka V.



La octava luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora