look on down from the bridge

9 1 0
                                    

Caminamos largo rato sobre la orilla del río y para volver tuve que tomar un camino distinto, al recorrerlo, me di cuenta de que era mucho mas corto al que acostumbraba. Es probable que los demás también lo hubiesen visto, y comenzron a usarlo para tomar agua del rio, tal vez por esto no he tenido la oportunidad de ver nadie mas por estos rumbos.

Llegue hasta nuestra pequeña comunidad, y busque a mi hermano con la mirada, pero no lo hallaba por ninguna parte. Quería disculparme con el, al pasar con Anghie gran parte del día, tuve tiempo para pensar con calma la situación, me di cuanta de mis errores, y tenia que corregirlos. Comencé a preguntar a las personas, pero nadie lo había visto volver desde que fue a mi encuentro, supuse que nuestra riña lo habría dejado realmente afectado emocionalmente, debía estar vagando por alli, pero volvería mas tarde, al menos para pasar la noche.

Comencé a ayudar con las labores, no pude hacer mucho, pues anochecio pronto puesto que ya era algo tarde, aun así tope miradas con Ashley la cual se alegro al verme, hice un pequeño gesto con mi cabeza para saludarla, ella en respuesta me lanzo una gran sonrisa y agitó su brazo para devolver el saludo. Quería ir a saludarla, sin embargo no tenia mente para otro asunto mas que el de mi hermano. El trabajo finalizo por fin, fui a descansar esperando que saul volviera en breve. El sol callo por completo y el cielo se torno de un color oscuro muy profundo. Mientras que cada persona se disponía a dormir, yo seguía inmóvil, sentado, aguardando por su retorno, mi cabeza se llenaba de pensamientos a cada segundo, haciendo los minutos venideros cada vez mas largos, hasta parecer casi eternos, podía sentir la angustia creciente en mi. Mire a el cielo consternado; aquellas nubes que tiempo atrás me saludaban, hoy cantaban a coro, incitandome a salir de aquí, correr y gritar. Era un ritmo agitado y violento, compuesto por el sonar de los árboles y un fuerte viento, había una clara tensión palpable en el aire, que no alcanzaba a comprender del todo bien porque, moría de cansancio, pero mis párpados no podían juntarse sin sentir un salvaje palpitar en mi corazon.

Paso cerca de una hora, hasta que me fue insoportable y me decidí a salir para buscarlo. Camine entre árboles con una visión casi nula, pues el follaje de estos tapaba la luz de luna que de por si, no era muy brillante esta noche, aun cuando no podía sentirlo, el viento soplaba con fuerza, y le daba a esta noche un aspecto mas aterrador, ese mar de hojas sobre mi cabeza, dejaba pasar uno que otro rayo de luz, creando así, un juego de sombras bastante peculiar. Apenas podía ubicar mi camino, por lo cual la idea de encontrarlo a el parecía cada vez mas escasa. Era una maldita locura, sentía como si perdiera la cordura con cada paso que daba. Una vez que hubiese llegado al río, se acabo, pues no tengo idea de adonde mas pudo haber ido, este fue el último sendero por el cual caminó.

Finalmente vi una luz al final de este gran túnel, aquel capullo de oscuridad en el cual había estado sumergido finalizaba unos metros mas adelante, esto recobró mi animo y camine con ansias hasta mi "meta", una vez allí, me senté a la orilla del río. Este lugar estaba completamente iluminado, pues no había impedimento para el resplandor del cielo nocturno, el agua brillaba con gran fuerza. Todo esto creaba un profundo vacío en mi interior, mi alma me cargaba de un dolor insoportable. Creo que en el fondo, sabia que todo esto era mi culpa, no importa cuanto tratase de excusarme, yo era el único responsable, pues al dejarme llevar por las emociones termine dañando a alguien que había estado siempre allí para mi, era mas que obvio que una simple disculpa no arreglaría las cosas, sin embargo, no podía dejar todo tal y como estaba, cruzarme de brazos y esperar que el asunto se resolviera por si mismo, si no actuaba, con el tiempo, solo podía ir a peor.

Deje mi mente en blanco por algunos minutos, mirando fijamente el río, quería volver, quizá mi hermano estaba alla esperándome, sin embargo, algo dentro de mi, un sentimiento tan pequeño, tan ínfimo y fugaz que nisiquiera podría ser considerado una corazonada, decía que eso no era posible, y aun sabiendo lo diminuto de este, por alguna razón, creía en ello con todo mi ser, tomandolo casi como una verdad, haciendo que me negara a volver. No se cuanto tiempo estuve perdido en los laberintos de mi cabeza, deambulaba por infinidad de pensamientos, llegando a pasillos sin salida, una y otra vez. Finalmente, tras largos minutos, algo ocurrió, ¿una pequeña casualidad? O quizá ¿el destino mostrándome una de las cartas que tenia reservada para mi? No lo se, y cualquiera que sea el caso, me señaló el siguiente camino a seguir, aunque de ser sincero, la idea me aterraba, pues aquello que yacía en el suelo, no era nada grato.

Un profundo silencio se hizo presente, pues el viento paro casi en su totalidad de soplar, esta quietud tan repentina rompió la profundidad de mis pensamientos. Contemple lentamente mi entorno mientras lanzaba un leve suspiro al aire, el tiempo pareció congelarse por unos segundos, unicamente para hacerme contemplar aquello, la pequeña hoja de un árbol, que caía con lentitud ante mis ojos, captando completamente mi atención, se deslizaba de un lado a otro tomando las pocas corrientes de aire que aun estaban presentes, ante mis ojos aquella hoja verde un poco marchita y arrugada, aparentaba estar danzando solo para atrapar mi mirada, cosa que consiguió con excelencia, y una vez hecho esto cambio de dirección de un momento a otro volando hasta caer a un par de metros a mi derecha, entonces lo vi, sentí un escalofrío recorriendo cada parte de mi cuerpo, mientras una sensación completamente nueva invadía mi ser cargandome de una pesadez increible, haciendo que me resultara imposible moverme del lugar, estaba paralizado. Una mancha de un tono café rojizo estaba en el suelo, parecía una gota, era... sangre, una gota de las muchas que estaban esparcidas en el piso, formando un camino que se internaba al bosque, el viento soplo con gran avidez de nuevo, aquel bosque oscuro se alzó ante mi lanzando un rugido compuesto por el coro de sus árboles, por primera vez en todo este tiempo, podía sentir algo muy peculiar, aquello que muchos llaman... miedo.

Después Del Fin: Un Mundo De Recuerdos (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora