una kirishima // bakugo x lectora

Cap:6

Aquello era horrible, no podías aguantarlo, estar alejada de bakugo era lo peor del mundo. Desde que peleaste con él no había pasado ni un día, pero los compañeros ya notaban que algo extraño pasaba, por que en la hora del desayuno su compañera de sonrisa afilada no se sentó con su hermano para molestar a su amigo bakugo, y en la hora de la comida tampoco lo hizo, de la misma forma que no se le acercó en todo el día.

Uraraka y midoriya le preguntaron que le pasaba más de una vez, pero ella solo respondió que tenia sueño y cambiaba el tema. No era la única que actuaba extraño, bakugo estaba mucho más irritado de lo normal y tenía serios ataques de bipolaridad, pasaba de estar deprimido a gritar, golpear y destrozar cualquier cosa cerca suyo en milesimas de segundos y por esa razón la clase A decidió poner un limite de un metro al rededor de bakugo para así no acabar con algún muerto aquel dia.

En esos momentos tu te encontrabas en la playa, haciendo dibujitos sobre la arena, mientras denki, midoriya, uraraka, mina, sero y todoroki estaban en el agua jugando.

—¿de seguro no quieres entrar?— te volvió a preguntar mina.

—si, estoy bien... Solo quiero estar aquí— le respondiste volviendo a tus dibujos.

Sero salió del agua y se sentó a tu lado— te veo deprimida— te dijo con sinceridad.

—si... Supongo que lo estoy...— garabateaste algo sin sentido con el dedo y luego el agua lo borró.

—se que lo estas pasando mal... ¿Quieres que llame a denki?— te miró intentando dar con tus ojos, pero tu no le devolviste la mirada.

—no hace falta, es mi mejor amigo pero no siempre he de estar con el— levantaste la vista hacia el mar— no quiero agobiarlo.

— sabes... Deberías dejar de pensar tanto en los otros y pensar más en ti misma— soltó con facilidad— siempre piensas en todo el mundo menos en ti. Deberías valorarte más.

Suspiraste profundamente— puede ser...—volviste a hacer dibujitos— gracias por apoyarme.

— no tienes por que agradecermelo, soy tu amigo— se quedó un pequeño rato en silencio—si quieres arreglar las cosas con bakugo deberías ir a hablar con el.

Lo miraste desanimada— lo se, él no se acercará a mi... Pero no se como pedirle perdón— te recostaste boca arriba mientras el agua alcanzaba tus pies— no se por que dije aquello...

—solo buscalo y ve a hablar con el— hanta se tumbó también.

—¿y si no me contesta?— giraste la cabeza para verlo.

—solo dile las cosas aún que no te conteste, dile y lo escuchará— dejó de hablar esperando a que procesara su idea.

—¿y que tal te va con mina?— cambiaste de tema sentandote en el sitio.

—supongo que nada mal, conseguí abrazarla mientras dormía— te contó con una pequeña sonrisa— pero ella no se enteró.

— son mejoras, son mejoras— te levántate y te quitaste la arena de las piernas— yo se que lo conseguirás.

—¿entonces si vas a ir?— se levantó también y de la misma forma que tu se quitó la arena de encima.

—sip— cogiste aire— voy a hablar con bakugo— te acercaste a sero y lo abrazaste— gracias por ayudarme.

—de nada, ya me dirás que tal te fué— te dió unas palmaditas en la espalda y os separasteis. Te diste la vuelta,  caminaste hasta los dormitorios y te pusiste una camiseta (más que nada para llevar algo sobre el bañador) y te dispusiste a buscar a bakugo.

Bakugo se encontraba sobre su litera, aprovechando que nadie estaba en los dormitorios para cargar el móvil de __________ mientras lo miraba.

Empezó mirando las aplicaciones. Nada fuera de lo normal, WhatsApp, instagram, Twitter y algo llamado... ¿Wattpad? Se disponía a abrir la aplicación cuando llamaron a la puerta. Todo lo rapido que pudo desconectó el teléfono y lo metió bajo una almohada—¿quien mierda es?— preguntó dandose la vuelta.

—bakugo... ¿Puedo pasar?— preguntó al otro lado le la puerta una voz femenina, una voz que desde hacía un día no se dirija a él. Bakugo no te dió respuesta, con lo cual abriste la puerta viendo como el chico estaba tumbado en la parte de abajo de una litera dandole la cara a la pared—¿podemos hablar?— una vez más katsuki no respondió, limitándose a mirar la pared. Suspiraste algo deprimida— no me vas a contestar ¿verdad...?— pasaste dentro de la habitación, quedandote a los pies de la cama— aún que no me digas nada... Yo solo quería pedirte perdón—  Bajaste la mirada al suelo, negandote a ver a bakugo dandote la espalda.

Bakugo levantó un poco la mirada por sobre su hombro para verte aún que tu no te dieras cuenta.

— no debí haberte dicho eso el otro día... Lo entiendo, entiendo que soy muy pesada, seguro que debes estar más que harto de mi— empezaste a jugar con tus manos con nerviosismo— s-se que soy muy molesta y comprendo que no me hables por que...— te mordiste el interior de la mejilla intentando retener las lágrimas— por que no me merezco a alguien que me aguantes de esta f-forma— sorviste con la nariz pasandote un brazo por la cara para secarte las lágrimas— ¡insultame, gritame, golpeame! ¡P-pero porfavor... No me ignores de esta forma!

Lo único que ocupaba el silencio de la sala eran tus sollozos, pronto siendo acompañados por una voz grabe y aspera que te dijo.

—idiota.

Y todo seguido bakugo te rodeó con sus brazos. Tu solo lloraste más, agarrandote con fuerza de su camiseta. Su calor corporal, su aroma y las pequeñas caricias que dedicaba a tu cabello fueron lo que poco a poco te fueron relajando hasta hacer que sola mente respiraras algo entrecortada. Nadie decía nada, ahora solo había silencio, ambos seguían abrazados y tu ya estabas por quedarte dormida ahí de pie, por que en la noche solo lloraste y el resto del día lo pasaste deprimida, al fin y al cabo solo faltaba la cena, si empezabas a dormir en aquel momento nadie te diría nada, seguramente ni se preocuparan.

Bakugo si estaba algo más incomodo, sentía que llevaba la vida abrazando a aquella pequeña mierda que le había dejado la camisets empapada en lágrimas, ¿ya la podía soltar o que?
Se dispuso a alejarla de él pero al empezar a hacerlo la chica se empezó a tambalear, sus piernas fallaron y en el momento en que se dió cuenta ya no se mantenia de pie por si sols.

"¿se durmió? ¿¡La maldita enana se durmio!?" pensó bakugo com enfado, bajando la mirada para verla y en efecto, estaba putamente dormida. Bufó por lo bajo, agarró bien a la fémina y la arrastró hasta la parte baja de su litera- antes sacando el celular de la chica de debajo de la almohada y guardandolo en un cajon- al fin y al cabo era la litera del bastardo de kirishima, tampoco le importaría que su herman durmiera allí, la dejó sobre el colchón y apagó la luz. Demasiado hizo ya por la maldita, subió a su litera y se tumbó también para dormir.