una kirishima // bakugo x lectora

Último Día

Despertaste desorientada, adolorida, sin saber bien que estabas haciendo ahí.

Miraste los alrededores, no era tu litera, de hecho estabas en lo bajo de una, una que no pertenecía a tu cuarto y de no ser por que reconociste la mochila de tu hermano no sabrias decir donde te encontrabas.

El incorporar tu cuerpo para sentarte te produjo dolor, no solamente en la cabeza, si no también entre las piernas, te diste cuenta entonces de que no tenías ropa, y de que a tu lado había alguien, también desnudo.

-bakugo...- susurraste moviéndolo por el hombro.

-déjame mierda- ordenó dándose la vuelta en el sitio.

-oye bakugo... ¿Ayer lo hicimos?

El cenizo abrió la boca para soltar algún insulto, pero entonces recapacitó tus palabras y se dió la vuelta para mirarte.

-oh por all might, si lo hicimos- te tapaste la boca sorprendida. Por tu cabeza empezaban a pasar algunos recuerdos casi nulos de la noche anterior, besos inocentes, mucho alcohol y unas manos recorriendote, aquello era lo principal.

-lo hicimos y te gustó- rectificó katsuki sonriendo con orgullo.

-pero bakugo... ¿Y si estoy embarazada?

Aquello tomó tan de sorpresa al cenizo que lo hizo incorporarse de golpe produciendole dolor de cabeza.

-no estas embarazada- te dijo alborotandose el cabello. Bakugo recordaba algunas cosas, besos, alcohol, tetas y un condon. Aquello era todo- usé condon.

-entonces todo está bien...

Te levantaste y rebuscaste por el suelo hasta encontrar tus bragas y ponertelas.

-pero no te vistas, ven y repetimos.

-el sensei llega pronto y si nos ve así será un problema- alcanzaste sus boxers y se los lanzaste.

-tsk... Como sea...

El dolor de cabeza te impidió pensar demasiado y simplemente te pusiste la camisa de bakugo, que al irte grande te servía de camisón, abriste la puerta y asomaste la mitad del cuerpo por ella, justo cuando unas manos te sostuvieron por las caderas.

-¿bakugo que haces?- le preguntaste confusa.

-¿y mi beso de buenos días?

-¿quieres un beso de buenos días?

-una corrida mejor.

-vamos bakugo, quiero bajar- le dijiste pesadamente.

-baja si quieres.

Pero el chico no se rendiría tan fácil así que movió sus caderas hacia ti de forma lenta para frotarse contra tu trasero.

y es que él tenía un plan.

Si esa basura no tenía ganas de hacerlo, él la calentaría hasta que las tuviera.

-¿como puedes estar duro de tan temprano? - cogiste sus manos y las intentaste separar de ti.

-es tu culpa, tu me pones así.

-v-vamos para.

Pero para él ya estaba todo ganado, por que acababa de conseguir un tartamudeo y para cuando te diste cuenta las yemas de sus dedos ya se deslizaba hacia abajo desde tu vientre.

Pero aquello no impidió que le apartaras las manos y salieras por la puerta.

-vale, está bien- bufó rodando los ojos- ahora me vas a hacer bajar sin camiseta.