Cap:28

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-¿d-donde estoy?

Por unos momentos no reconociste tu dormitorio, solo sabias que tu debías estar en la playa y no tapada hasta el cuello por frazadas.

-¿pero _________ que dices?- preguntó una voz cansada bajo tu litera- estas en tu cuarto.

-pero si yo ayer me dormí en la playa...

-pues alguien te habrá traido, dejanos al resto dormir.

Te incorporaste y bajaste de la litera pensando en que podía haberte pasado, en como habías llegado arriba de la litera. Bajaste al primer piso para darte una ducha y cambiarte, mientras pensarías opcciones.

Lo más lógico era que te hubiera llevado el sensei, pero conociendo a aizawa el tr habría dejado tirada en la playa.

Como segunda opccion estaba tu hermano, por que claro, era tu hermano y él en casa te llevaba contantemente del sofá a tu cama.

Y por otro lado bakugo.

La mejor opción de todas era que él te hubiera llevado. De hecho ¿no estaban hablando antes de que te durmieras? ¿Y si dijo algo importante y se enfadó por que te hubieras dormido?

Sin duda alguna tenias que ir a pedirle perdón.

Terminaste tu baño lo más rápido posible, secaste tu cabello con una toalla y luego usaste un poco el secador, te vestiste con lo primero que encontraste y hechaste a correr hacia los dormitorios de los chicos.

-con permiso...- susurraste abriendo la puerta de la entrada. Todo estaba vacío y oscuro, podías ver a penas por la luz que se colaba por las ventanas. Algo indecisa subiste al segundo piso y entraste en el cuarto de bakugo.

Allí había una oscuridad absoluta, todo estaba muy tranquilo y se podían apreciar tanto las respiraciones pausadas de sero y kaminari como los ronquidos de tu hermano. Ajustaste la puerta a tu espalda y te acercaste a la litera de eijirou, subiendo el primer escalón de la escalerita de mano para llegar a ver a katsuki.

Estaba dormido, con un brazo bajo su cabeza y el otro encogido hacia su pecho. A tus ojos muy tierno, pero lamentablemente debías despertarlo.

-hey baku...- susurraste dándole unos toquecitos en el dorso de la mano.

El cenizo entreabrió uno de sus ojos casi al instante y luego suspiró volviendo a cerrarlo.

-¿que te pasa...?- te preguntó somnoliento.

-¿tu me llevaste a mi litera ayer por la noche?

-hueles muy bien- soltó estirando una mano para acariciar tus cabellos-como a vainilla.

-bakugo no me ignores- le pediste resoplando.

-tan bien que me dan ganas de darte un mordisco.

Sin darte oportunidad para hablar se estiró hasta rozar sus labios con los tuyos. De alguna manera logró bajar de la litera y atraparte entre sus brazos.

-bakugo, estan durmiendo- le reclamaste apartando la cabeza. El cenizo dejó una mano en tu nuca para volver a acercarte, pero tu volviste a echarte hacia atrás- ¡que hay gente bakugo!

-¡pues vayamonos a otro lado!- soltó frunciendo el ceño- hay un cuarto que no se usa. ¡Pero cállate ya!

Algo brusco guió tus labios hacia los suyos y se dirigió hacia la puerta de espaldas.

De manera patosa cruzasteis el pasillo a trompicones hasta estar frente a la puerta del cuarto que katsuki decía, donde intercambió posiciones y te acorraló contra la madera. Algo agresivo mordió tu labio haciendo que abrieras la boca para quejarte, cosa que aprovechó para colar su lengua en busca de la tuya.

una kirishima //  bakugo x lectora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora