3. Son.

377 36 6
                                    

Lukas vivía con su abuelo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Lukas vivía con su abuelo.

Su madre había muerto al darlo a luz. Y su padre había muerto cinco años más tarde, de leucemia.

A pesar de estas tragedias, Lukas siempre supo bien lo que le tocó vivir. Al perder a sus progenitores, el rubio quedó al cuidado de su abuelo, Joseph.

Joseph procuraba a Lukas. Lo amaba porque trataba de hacerle sentir como si viviera con sus padres, quería que sintiera ser un niño normal con una gran familia, que al llegar a casa la comida estuviera lista y que pasaran mucho tiempo juntos.

Y Lukas sabía esas cosas. Se percataba de todo lo que su abuelo hacía por él y le agradecía internamente. El muchacho de ya quince años amaba a Joseph. Y se tenían una gran confianza.

Solo había algo de lo que Joseph estaba decepcionado.

Aquel rubio fumaba. Y fumaba mucho. Al inicio, su abuelo pensó que sería sólo una etapa, pues cuando fechas determinadas al año se acercaban, como el 7 de Febrero (día de su cumpleaños, fallecimiento de su madre); o 1 de Agosto (fallecimiento de su padre); Lukas solía ponerse sensible, y un día empezó a fumar para calmar esos nervios y ansiedad.

Pero poco a poco aumentó esa calma. Hasta que se convirtió en adicción, y aunque estuviera bien, su abuelo estaba en contra de esos inservibles tubos llenos de toxicidad.

—Sabes lo que pienso, Lukas, apaga eso —le dijo mirando el cigarro entre los dedos de su nieto.

—Bien —lo tiró al suelo y lo apagó, porque aunque aquellos fuera una adicción, Lukas respetaba a su abuelo, y no podía desobederle después del cariño que ese viejo le había brindado durante toda su vida—. Mañana es siete.

Joseph posicionó su mano derecha en el hombro del rubio y sonrió triste.

—Iré a ver a mamá mañana.

Joseph sabía lo que su nieto sentía. Sabía que aquel pobre rubio se sentía culpable.

—Mira hijo —se sentó junto a él—. La vida siempre nos tendrá algo preparado, muchas veces, lo que sucede es. impensable, e inevitable, y todos vamos a morir en algún momento. Lo que le pasó a tu madre, estaba escrito, y ni tu padre, ni yo, ni nadie en el mundo podría haberlo evitado. Ni siquiera tú, hijo, tú debías nacer en ese momento y lugar, ¿entiendes? Debes dejar esa culpa.

Lukas asintió y miró a su abuelo con una sonrisa.

—Ahora mismo necesito un cigarrillo. —el rubio soltó una pequeña risa y su abuelo sólo sonrió.

Odiaba la adicción de su nieto, pero había cosas que quería que Lukas aprendiera por sí mismo, había cosas que el adolescente debía entender, y si no era por las buenas, tendría que ser por las malas.

Sleeping at Last | Lukesse | MCSM | #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora