10. Taste.

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Y

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Y

el tiempo siguió pasando, con la misma rapidez.

Parecía como si de un día a otro pasara un mes.

Y es que Jesse lo sentía así. Sentía como los exámenes empezaban y acababan. Como de repente se encontraban en el segundo parcial, y parecía que su círculo social empezaba a crecer.

Lukas había decidido a abrirse con la gente como nunca habría imaginado hacerlo. Pero uno de esos días grises que le suelen recordar a alguno de sus progenitores, su abuelo se acercó.

—Lukas, no puedes seguir así.

El chico bajó la mirada, hacia su cigarro. De alguna manera se quería imaginar a qué de todas sus acciones se refería su abuelo Joseph.

Se podría decir que tenía muchos pensamientos, todo el tiempo. Sobre su familia, su escuela, sus amigos, Jesse.

Jesse.

—¿A qué te refieres?

—No, hijo —le sonrió su abuelo como él solo sabía—. No es lo que piensas —el rubio lo miró extrañado—. Esa chica... Jesse.

El ya adulto deformó más su cara en total confusión. En una de las tantas conversaciones que suele tener el chico con su abuelo, habría mencionado a Jesse, pero estaba seguro de que lo había hecho con el mismo desinterés que usa al hablar sobre todo el mundo.

—Mira —suspiró—. No puedes seguir cerrándote así. Tienes oportunidades delante de tus ojos que no notas —pensó un momento—. ¿Recuerdas cuando suelo perder mis lentes por breves segundos?

—Cuando los tienes puestos, ¿cómo olvidarlo, viejo? —le contestó sonriente al pensar en esos cómicos momentos.

—Estás haciendo lo mismo Lukas, pero de una manera mucho más torpe —el mencionado miró a su abuelo con el ceño fruncido—. Sé bien que me has hablado... ¿qué? ¿Sólo un par de veces sobre Jesse? —Lukas asintió—. Y con ese par de veces me basta para saber que sientes algo por esa muchacha. Y no te preocupes, es normal, y está bien. El amor es una de las cosas intangibles más maravillosas que podemos sentir, y es fantástico cuando es correspondido, ¿me entiendes?

El muchacho inmediatamente meneó su cabeza de un lado a otro, negando las afirmaciones de su abuelo.

—¡Patrañas tuyas, Lukas! —carcajeó su abuelo—. Sólo tú te engañas. Quieres esa chica de la única manera en la que te has estado privando todo este tiempo y créeme, créeme cuando te digo que eres un necio.

—Es un don —se burló.

—Un inservible don —ambos, abuelo y nieto se miraron y empezaron a reír—. Deberíamos entrar ya, hace frío.

Lukas asintió y terminó su cigarro, para tirarlo al suelo y pisarlo.

—Buenas tardes, señor —Jesse saludó amablemente a Joseph, quién sonrió cálidamente a la chica

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—Buenas tardes, señor —Jesse saludó amablemente a Joseph, quién sonrió cálidamente a la chica.

—No me digas señor, me haces sentir más viejo de lo que ya estoy —la castaña sonrió—. Dime Joseph, ya te lo he dicho.

—Saldremos a caminar un rato, abuelo —se despidió Lukas.

—Con cuidado —dijo antes de que ambos amigos salieran de la casa.

—¿Y cómo vas con esa complicadísima tarea? —le hizo burla Jesse al chico a su lado

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—¿Y cómo vas con esa complicadísima tarea? —le hizo burla Jesse al chico a su lado.

El rubio le había estado repitiendo últimamente que le habían dejado una tarea horriblemente larga y que le había arrebatado bastante tiempo libre.

—Acabada, como mi vida social.

La muchacha río y miró al frente, estaban sentados en un banco delante de un pequeño prado cercano a la casa de Lukas. El rubio vivía un poco alejado de la ciudad, pero no lo suficiente, aquel era un bonito espacio público al que varias personas solían ir. Y el ambiente era tranquilo y agradable.

—Últimamente he estado algo alejada de Olivia —susurró Jesse mirando sus manos—. Siento que ella se aleja, pero no entiendo por qué. Hasta Axel lo ha notado.

—Sí, me ha dicho algo de eso... —contestó Lukas, mirándola—, ¿se junta con la chica nueva no?

—¿Chica nueva? ¿A mitad de semestre?

Jesse parecía no comprenderlo, ni siquiera se había fijado en que había una chica nueva en el salón de Olivia. Y le parecía extremadamente extraño que a estas alturas del semestre alguien haya cambiado de escuela.

—Me dijo Axel que estaba de intercambio.

—Qué extraño, Olivia no me había dicho nada —pensó Jesse—. Digo, sé qué hablamos muy poco últimamente, pero ni siquiera ha sido uno de sus tantos vagos comentarios.

—Seguramente ya te contará, no lleva mucho en la Universidad —le mintió, pues la chica ya llevaba al menos tres semanas, pero algo que en definitiva no le gustaba a Lukas de Jesse, era verla decaída.

Entendía que se podía sentir así por sus amigos, pero vamos, respecto a ese pensamiento, el rubio difería con su amiga.

Él consideraba que los amigos eran importantes, por supuesto que sí. Pero se consideraba más importante a sí mismo, él mismo aceptaba ser algo egoísta y narcisista, pero él pensaba que tenía la razón. Al final del día te tienes a ti y solo a ti.

Pero ni siquiera ese increíble pensamiento que tenía en mente en todo momento, lograba arrebatarle a Jesse. Jesse se había vuelto alguien especial para él, y no era que no quisiera reconocerlo, simplemente, como había dicho su abuelo, era un sentimiento que se había negado totalmente a sentir, pues las pérdidas le hacían sentir muy débil, le hacían sentir mal. Y odiaba ese sentimiento. Ese sentimiento de culpa que a veces llegaba a ser enfermo y que le conllevaba a 'relajarse' con cigarros. Uno tras otro como si de simple agua se tratara.

Pero sabía que tenía que decirlo. Era un sentimiento. Y antes de seguir con ello, quería estar seguro de si era bueno o no alimentarlo. Jesse le gustaba, era claro. Pero no iba a dejar que ese sentimiento creciera sin asegurarse de ser correspondido.

—Jesse —la chica lo miró—. Sabes que no soy alguien de palabras.

—Hablas menos que un recién nacido.

Lukas sonrió.

—Así que simplemente lo diré, ¿bien? —la chica asintió, esperando a que su amigo prosiguiera—. Me gustas. Mucho.

Y no pudo evitar sentirse terriblemente halagada. Conocía a Lukas, más que nadie. Había comprendido su personalidad y sería mentira decir que esto no la sorprendió.

—Lukas...

—No espero ser correspondido, ¿sabes? —la miró el chico a los ojos—. Solamente quiero saber si es bueno que esto que siento sea más... intenso. No sé cómo explicarlo. Sabes como soy.

Y Jesse sólo lo besó. ¿Y por qué no? Lukas estaba esperando una respuesta ante sus sentimientos y ahí estaba, una respuesta afirmativa.

—También me gustas.

Correspondido. ¿Había algo mejor?

Sleeping at Last | Lukesse | MCSM | #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora