Vino tinto.
Lukas solía recordar el tan codiciado olor de su padre, y no, no olía a tal esencia porque fuera alcohólico o algo así. El olor era proveniente del viñedo en el que el hombre trabajaba.
Al pequeño rubio le gustaba ese olor, le hacía sentirse en casa.
Porque usualmente solía pasar todo el día solo, esperando el regreso de su padre de su pesado trabajo, y cuando daban las ocho de la noche en punto, Lukas se despedía de su niñera y corría a los brazos de su padre sintiéndose por fin en su verdadero hogar.
El asunto era que, aunque pasaran muy poco tiempo juntos, el infante aprovechaba cada momento y lo atesoraba como nada en el mundo. Había aprendido a valorar las cosas desde que comprendió que la única imagen materna que tendría en su vida no estaba con él, y que no volvería nunca. Y sabía que el hombre que cuidaba y veía por él, en algún momento (lejano, esperaba), también se iría.
Y se quedaría solo.
Eso le recordaba el peculiar olor del vino tinto.
—¡Lukas espera! —una aguda voz lo sacó de sus nostálgicos pensamientos, miró detrás de él, volviendo a su personalidad tan cerrada—. En verdad, necesito pedirte perdón, no era mi intención que escucharas esas cosas y me puse nerviosa porque no le había contado a Olivia lo del sueño ¿sabes? Me sorprendió demasiado. Pero no quiero que te enojes conmigo.
El rubio se detuvo y miró fijamente a la castaña, examinándola.
—Mira, Jesse —susurró—, no me enojé, solo me molesté. En la mañana traté de ser amable y... tu actitud fue horrible.
—Asquerosa.
—Terrible —rieron los dos—. Pero está bien. Te entiendo. He sido indiferente contigo y tus amigos, y en la mañana de la nada vine a decirte que soñé contigo. Yo en tu lugar me habría dejado de hablar por parecer un acosador.
La castaña soltó una carcajada al escuchar eso último. Probablemente eso habría pensado si no hubiera soñado con el rubio también.
—El asunto, Lukas, es que yo también soñé contigo.
El chico solo se detuvo a pensarlo.
—Te invito por un café. Deberíamos hablar de eso. Y no creo que estando aquí en la calle debajo del sol, sea una buena idea.
—Bien —ella aceptó—. Aunque debo admitir que me sentiré un poco señora en una cafetería pidiendo mi cafesito de olla.
Lukas rió.
—¿Desde cuándo conoces Aiden? —preguntó el rubio después de un rato. Los dos compañeros habían empezado a caminar a Roma, una cafetería que estaba en el centro de la ciudad y era de buenas críticas por su excelente mercancía y servicio.
Pero la chica se tensó. Aiden. Era un tema que desde cumplidos los dieciséis le habría gustado olvidar. Le dio tantas vueltas al asunto casi-superado que se había hecho daño a sí misma. Pero no físico, Jesse no era así.
—Desde... hace bastante tiempo —el que le cuente la cantidad de tiempo que conoce a Aiden, no quiere decir que le cuente toda su historia—. Siete años, para ser exactos.
—Vaya —alargó la primera 'a'—; ¿son buenos amigos?
—Sé que no conoces a Aiden, y no te culpo, acabas de entrar a esta Universidad y estás por empezar —le sonrió la castaña—. Pero Aiden nunca había se ha comportado como lo está haciendo ahora. Cuando yo lo conocí, era el típico niño problemas, malas calificaciones, mal comportamiento, una vez lo suspendieron de la escuela tres días porque puso una chinche en la silla de la maestra.
Lukas miró a la chica que caminaba a su lado, hablaba con nostalgia, con cariño, y tenía una sonrisa escondida mientras contaba todo eso.
—¿Estuviste con tus amigos en la secundaria? —indagó.
—¿Olivia y Axel? —el muchacho asintió—. No, con ellos estuve durante la primaria. Por razones económicas me cambiaron a otra secundaria donde conocí a Aiden, después estuvimos juntos en preparatoria.
—Pero Aiden no se ve mal. Digo, pues los trató bien... cuando los conocí.
—Lo sé. Y te juro que ha sido lo más inexplicable que ha pasado éste semestre. Si lo hubieras conocido a los doce años al igual que yo, creerías que estás soñando.
—Ya veo... —terminó su conversación el rubio.
Llegaron a la cafetería y tomaron asiento. Ambos pidieron un café: americano para Lukas y cappuccino para Jesse.
—Y respecto al sueño...
Hola, preciosos.
¡Pues nada! Espero que les guste este capítulo, iba a quedar de 300 palabras pero mi hermana me llamó tacaña y le subí a 700, igual por fin de año.
Mis mejores deseos a todos y todas, mucha prosperidad y pásenla muy bonito con su familia. Y cenen rico.
Un besi.<3
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Sleeping at Last | Lukesse | MCSM | #1
FanfictionSerie de anécdotas que relatan la historia de amor de Jesse y Lukas. De inicio a fin. Universo Alternativo. Personajes pertenecientes a Telltale Games Series: Minecraft Story Mode ©. No se permiten copias ni adaptaciones.