5. Five.

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—Deberías hablarlo con alguien

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—Deberías hablarlo con alguien. Sabes que te hace falta hablar acerca de eso con alguien, te urge hacerlo, y te lo he repetido muchas veces —la castaña bajó la mirada ante tremenda reprendida.

—En verdad lo sé, pero no encuentro un momento exacto para hacerlo.

—Jesse, ésto no se trata de que encontrarás un momento exacto —le dijo el rubio haciendo comillas al repetir sus mismas palabras—. Sólo se dará, porque yo sé, y tú sabes que no vas a poder con esa carga emocional que llevas contigo —se detuvo un momento—; siempre me hablas sobre la confianza que tienes con tu familia, o con tus amigos, pero no veo esa confianza.

—No es un tema que pueda hablar con cualquier persona, ¿entiendes? Es algo complicado para mí.

—Y por lo complicado que es: necesitas hablarlo con alguien, y no es pregunta —el chico tomó las manos de Jesse entre las suyas y la miró a los ojos—. ¿Lo harás pronto, verdad?

—Te prometo que lo haré pronto.

—Bien.

Jesse abrió los ojos de golpe.

Sorprendida.

Ella sabía que había visto a Lukas en algún lugar, y ahora lo aseguraba.

Pero eso no quitaba lo extraño de todo.

—¿Qué demonios? —recargó su cabeza en sus manos y miró la puerta de su habitación, que justo en ese momento era abierta por su madre.

—¿Todo bien, cariño? —le dijo Génesis al verla así—. Me dices que me levante para que te despierte, pero para qué si tú ya estabas levantada —negó con la cabeza y una pequeña sonrisa.

—Sí, todo bien —le sonrió de vuelta—. Soñé con papá —mintió.

—¿Ah, si? —ladeó la cabeza—. ¿Qué fue?

—Pues... —pensó—. Íbamos los tres al campo, como cuando lo hacíamos cuando tenía diez años.

—Pasamos muy buenos momentos ahí —Jesse pudo notar un brillo especial en los ojos de su madre—; en fin, ya levántate y arréglate porque luego por eso te vas corriendo a la escuela.

—Bien —la castaña le lanzó una almohada a su madre y ella se lo devolvió a carcajadas.

—Bien —la castaña le lanzó una almohada a su madre y ella se lo devolvió a carcajadas

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—¡Hey! —Jesse sonrió a sus amigos en cuanto llegó a su escuela—. ¿Cómo va todo?

—Increíble, me tocó con el mejor profesor para la materia de Señales y Sistemas y me hace muy feliz. Eso es mi vida, amiga —le dijo Olivia con algo de sarcasmo.

—Excelente... —cuando iba a preguntarle algo a Axel, Aiden se acercó con su grupo, entre ellos, Lukas.

—¿Cómo están, amigos? —el castaño abrazó a Olivia, en verdad que era algo muy extraño ese comportamiento, pero en parte la mayoría de personas que le hablaban a Aiden lo preferían así.

Pues era mejor, solo alguien enfermo querría que Aiden lo obligue a comprarle sus cosas en la Cafetería o que le lance una sarta de estupideces cada vez que se lo encontraba.

—Hey... —susurró Axel incómodo, y Olivia sólo se removió entre los brazos del castaño.

Jesse se percató de eso último y soltó una leve risita, y al estar lo suficientemente cerca de Lukas, el chico rubio la miró, pero de manera extraña.

Habían pasado algunos días después de su primer encuentro, y, cada vez que Jesse se encontraba con Lukas, sólo se miraban, no era nada, una rápida mirada y volvían a lo que estaba.

Eso había sido hasta el día de hoy, cuando la castaña al fin habría descubierto de donde había visto a Lukas, y es que el tema era tan extraño, que no lograba sacar a aquel rubio de su cabeza. Es que no es normal, se repetía, ¿quién sueña con extraños que le dan consejos?

Y todo se volvió más raro cuando Jesse se dio cuenta de la extraña mirada que le daba Lukas. ¿Era que a él también le habría pasado algo igual de extraño que ella? No, era mucha coincidencia.

—Hola —la castaña se tensó cuando se dio cuenta de que aquel 'hola' no era hacia todos de parte de Lukas, si no a ella, pues la miraba fijamente.

—Hola —se avergonzó al darse cuenta de que esa palabra había parecido más una pregunta que un saludo normal.

Jesse ni siquiera cuenta se dio cuando el grupo de Aiden, el mencionado, y su par de amigos habían partido a sus clases, y se maldijo mentalmente por ser tan distraída.

—¿Tú qué estudias? —le preguntó Lukas, mientras empezaba a caminar hacia su facultad a la vez que la chica hacía lo mismo.

—Administración de Empresas.

—Vaya.

Un silencio incómodo se quedó entre ellos y Jesse se alivió al ver próxima su facultad.

—Yo me voy...

—Bien —dijo con simpleza el castaño, pero parecía que quería decir algo más—. ¿Podemos hablar después? Yo... soñé contigo.

La chica se sorprendió, más no lo demostró. Solamente miró sus manos y asintió. ¿Qué podía hacer? Había soñado con el mismo sujeto desde hace meses y ahora venía y lo conocía. Era algo tan extraño que de repente le hizo sentir náuseas.

—Por supuesto... —sonrió como pudo y se despidió de Lukas al ver que se daba la vuelta, dispuesto a ir a su facultad.

—Hasta pronto —logró escuchar antes de entrar a su salón.

Sleeping at Last | Lukesse | MCSM | #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora