9. Three.

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Your ghost

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Your ghost.

De Greg Laswell.

Lukas conocía la canción que le recordaba una época dolorosa.

—Hola mi amor —le saludó su madre, sonriente, como siempre, al verla llegar—. ¿Cómo te fue hoy?

—Bastante bien, a decir verdad —le sonrió Jesse—. Lukas vendrá más tarde.

—Está bien —dijo Génesis con una pequeña risita de por medio, risita que hizo que su hija la mirara mal.

—No es nada.

—Eso dices ahora, hermosa —la miró de reojo, mientras terminaba de preparar la comida de ese día—. Oh, cierto, llegó algo para ti.

—¿De papá? —preguntó emocionada.

—De papá —le contestó mientras secaba sus manos con una servilleta—. Toma —sacó un sobre de un tono azulado y se lo extendió a Jesse—, llegó en la mañana, creo que tiene buenas noticias.

"Buenas noticias" se refería principalmente a que su padre escribía en esos sobres que las visitaría pronto, y eso siempre lograba subirle el ánimo a la castaña, estuviera como estuviera.

Corrió a su cuarto, y abrió la carta.

Hola, cariño.

Gerardo me ha dado una semana completa de vacaciones. La he solicitado desde hace un tiempo para estar contigo y tu madre en su cumpleaños, y me lo ha dado.

Aún tenemos tiempo para organizar todas las ideas brillantes para pasar un día increíble, ¿bien? Así que en cuanto llegue debemos poner manos a la obra para hacerle una gran sorpresa a esa hermosa mujer.

Espero que todo esté yendo bien en la escuela, y si no, sabes que cuentas con tu madre y conmigo, nunca lo olvides.

Con amor, papá.

Jesse abrazó la carta unos segundos, emocionada. El cumpleaños número cuarenta y dos de su madre se acercaba y desde hace tiempo había estado ideando cosas para que fuera un día inolvidable. Génesis siempre había estado ahí para ella.

Sacó una pequeña cajita verdosa que estaba bien escondida debajo de su cama, y la abrió para meter la recién carta de su padre. Desde pequeña había dejado de convivir todos los días con ese señor, así que en cuanto empezó a enviarle cartas (muy de vez en cuando, a causa de su ocupado trabajo), Jesse había empezado a guardarlas, en orden.

Pero había una que destacaba. Estaba en una esquina de la caja, bien guardada. Era una carta especial, una que su padre le envió para que la leyera cuando se sintiera mal. Que, sin esperar, abrió un poco después de haber cumplido los dieciséis años,

Miró por unos segundos ese peculiar sobre, hasta que el timbre la sacó de sus pensamientos.

—Ese tarado —susurró para sí misma y volvió a guardar la caja.

Se levantó y corrió a abrir a su rubio amigo.

—Voy a poner música, no molestes —le gritó Lukas a la chica desde la sala—

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—Voy a poner música, no molestes —le gritó Lukas a la chica desde la sala—. El problema aquí es que no capto del todo cómo se usa tu estér... ¡listo! —se interrumpió a sí mismo al lograr la conexión bluetooth del dispositivo con su celular—. Soy todo un ingeniero.

—Estás estudiando derecho —sonrió su amiga.

—Y ahora que se haga la magia —puso la canción.

La canción.

—¿Your ghost? —cuestionó la castaña, un poco distraída.

—Esa canción me encanta. Mi abuelo la escucha al menos tres veces a la semana, y le hace feliz. Le recuerda a la abuela, de algún modo era su canción.

Jesse sonrió algo incómoda, y solo se limitó a sonreír.

Hasta en mis pensamientos más trascendentales, sigo preguntándome qué habrías escogido, si no te hubieran obligado a elegir como lo hicieron.

Sleeping at Last | Lukesse | MCSM | #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora