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A la mañana siguiente, Jesse despertó en su habitación, no recordaba nada, se sentía un poco mareada y tenía náuseas. Se maldijo a sí misma al recordar el momento en que Lukas sacó la botella de vodka y ella accedió a tomar.
A tomar como jamás lo habría imaginado.
Tomó su celular por inercia y vio la hora: doce y media.
También notó siete de llamadas de un número desconocido y se extrañó, porque también había llamadas perdidas por parte del contacto de Lukas.
—Señorita, es inconcebible la manera en que llegaste anoche.
Jesse se asustó ante la repentina llegada de su madre en su habitación.
—Perdón mamá —no se le ocurrió otra cosa.
En su mundo, ella imaginaba no haber bebido tanto, recordaba varias cosas, pero no recordaba como había llegado a su casa.
—¿Y Lukas? —era obvio que él la había llevado, ¿quién más? Joseph había hablado con ellos a eso de las ocho de la noche, diciéndoles que no llegaría hasta la mañana siguiente, así que no pudo haber sido él.
—Él te trajo. Le dije que se quedara, pero no me hizo caso y se fue —Génesis suspiró—. Si tu padre hubiera estado en el momento en que llegaste, te habría castigado durante 3 años, Jess.
—Si mamá, está bien, perdón —la chica se sentó en su cama—. Me descontrolé, no sabía lo que estaba haciendo.
—Bien, por favor báñate y come algo, es casi la una y seguramente no cenaste nada ayer.
—Si, mamá —Jesse miró a su madre salir por la puerta y en ese momento su celular empezó a sonar.
—¿Aló?
—¿¡Jesse!? —la castaña casi suelta el celular al recibir tal respuesta.
—¿Quién habla? —contestó.
—Soy Joseph, el abuelo de Lukas —hizo una pausa—. ¿Lukas está contigo?
—Eh... no, ¿por? —Jesse no lo pudo evitar, temió porque la voz del abuelo de Lukas sonaba nerviosa, algo agitada.
—Anoche no llegó a casa, y no contesta las llamadas —contestó—. Por favor, Jesse, si sabes algo avísame, ¿bien?
—Si —la chica colgó la llamada y quedó en shock, sabía que el rubio tomaba más que ella y de maneras descontroladas, ahora nadie le podía asegurar que estaba a salvo, nadie.
Se levantó de inmediato de la cama y bajó las escaleras.
—Mamá ayúdame a buscar a Lukas.
—¿Cómo que a buscarlo?
—Vamos por favor, te explico en el auto.
Génesis tomó las llaves y empezó a conducir hacia casa de Lukas, tuvo que haberle pasado algo del trayecto de su casa a la de su novio, porque dudaba en que a tremendas horas de la madrugada el rubio pensara en ir a algún bar o discoteca.
La castaña le explicó a su madre lo que había ocurrido, y en un momento se dio cuenta de que estaba temblando, no podía controlarse y sentía que en cualquier momento estallaría en llanto si no sabia nada de Lukas ahora mismo.
Y sintió su corazón palpitar demasiado rápido al divisar el auto de su novio entre árboles, algo profundo, en medio de una carretera que no era tan transcurrida.
—Mamá detente —las palabras salieron difícilmente de su boca y en cuanto el auto se detuvo, la chica bajó, corriendo hacía el lugar del accidente.
Génesis llamó de inmediato a la ambulancia y al terminar la llamada fue junto a su hija.
Lukas estaba atrapado, y parecía estar inconsciente, no reaccionaba y Jesse temió que estuviera perdiendo sangre. No sabía a qué hora habría sido el choque y lo que estuviera sufriendo el rubio en éstos momentos.
—Amor despierta —la chica lo movió un poco pero era en vano.
Se le hizo eterno el tiempo hasta que la ambulancia llegó y sacó a Lukas del auto, se tardaron un buen rato y Jesse, junto a su madre, subieron a su auto para seguir a los paramédicos hacia el hospital.
La castaña llamó a Joseph, informándole sobre lo que había ocurrido.
Al llegar entraron de inmediato y tan solo se quedaron fuera, esperando las mejores noticas posibles.
