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Los días pasaban y Lukas y Jesse empezaban a pasar menos tiempo juntos que antes.
Trabajos, proyectos, clases, siempre había 'peros' por parte de Lukas cuando planeaban algo para salir.
Pero un soleado día, un miércoles, después de clases, Jesse y Lukas se encontraron. La castaña imaginaba que se despedirían como habían sido los últimos días y que cada uno de iría por su camino, pero no fue así.
—¿Quieres hacer algo? —la chica miró extrañada a su novio.
—¿Qué hoy no debes hacer pesadas tareas o algún proyecto?
—Hoy no.
Jesse lo pensó.
Debía admitir que Lukas actuaba raro últimamente, no salían tanto como antes y, aunque estuvieran juntos, a los ojos de las demás personas aún parecían no ser pareja. Era extraño.
El tema de Aiden había quedado en el pasado, lo único diferente que se podía percibir era que el sujeto no les hablaba a Jesse y mucho menos a Lukas, pero sí a sus amigos, a algunos más que otros.
—¿Qué quieres hacer?
—Sólo quiero pasar tiempo con mi novia —Lukas le sonrió y la chica asintió, no haría mal que al fin pasara un buen rato con su novio—. ¿Te gustaría ir a comer? Dime un lugar, a donde tú quieras.
—Mejor tú escoge.
—¿Qué te parece si compramos algo de comer y vamos a mi casa?
—¿Seguro?
—Claro.
En cuanto estuvo decidido, Lukas tomó la mano de su novia y ambos empezaron a caminar a un local de comida que estaba relativamente cerca de la casa de Lukas, era acogedor, y la comida olía bastante bien.
El rubio pidió un par de comidas y después esperarlas unos minutos, pagó y ambos se fueron.
Él sabía, él sabía que últimamente se estaba alejando de Jesse, pero ni él mis comprendía por qué. Amaba a su novia, la amaba como nunca lo había hecho, pero había días en los que simplemente no tenía ganas de verla, y no entendía por qué.
Simplemente era un tipo de sentimiento que se había empezado a alojar en su pecho, y no lo entendía. Quería pasar todo el tiempo posible con la castaña, en verdad eso lo quería, o eso pensaba, o eso creía.
En fin, todo en la cabeza de Lukas era un lío, y sería una terrible mentira decir que jamás le había pasado algo parecido, porque en realidad pasaba muy seguido con todo el tipo de actividades que se hacían recurrentes en su rutina.
Al llegar a su casa, ambos se percataron de que Joseph no estaba, Lukas se extrañó, pues siempre que el hombre de avanzada edad salía, le avisaba a Lukas, aunque fuera solo para caminar.
El chico sirvió la comida, y miró a su novia, quién también le estaba mirando a él.
—¿Todo bien?
—Todo bien —respondió ella—. ¿Cómo vas con la escuela?
Lukas tartamudeó un poco y Jesse lo notó, pero no dijo nada al respecto.
—A decir verdad, bastante bien... —suspiró—, usualmente me va muy mal en eso de entregar trabajos y en leer, porque me distraigo mucho, pero todo va bien, lo mejor que se puede —se sintió mal, porque todo eso de trabajos y proyectos eran solo mentiras y excusas para no verla, pero evidentemente no le podía decir eso—. ¿Y tú? ¿Cómo vas con Olivia?
—Meh, supongo que mejor —tomó un plato ya servido y lo dejó en la mesa—. Suelo hablarle un poco más, pero Nell siempre está con ella. De todos modos, no me molesta, ahora es una buena amiga mía, y me agrada mucho.
—Me alegra escuchar eso.
La pareja empezó a comer y mantenían cualquier tema de conversación.
Jesse se sentía feliz, en verdad. Hacía tiempo que no pasaba un rato con su novio y le hacía bien, sentía que Lukas era mucho más de lo que siempre había querido y hablar con el chico le llenaba por completo.
Y Lukas como siempre, un lío.
El día pasó algo rápido, ambos estaban viendo una película y de un momento a otro habían comenzado a tomar.
Jesse sabía tomar, se sentía bien y tenía la completa confianza en Lukas.
Pero eso no le garantizaba que no harían nada de lo que se arrepentirían, tan solo eran ellos, el alcohol y risas.
