Capítulo 35

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Ailen

Abro la puerta y salgo al pasillo para tratar de distraerme un poco, estoy aburrida encerrada entre las cuatro paredes de la habitación. Ya no soporto estar aquí.

Me sostengo de la pared al sentir un fuerte mareo que hace que cierre mis ojos con fuerza. Los abro lentamente, mi vista se oscurece, mis piernas tiemblan y siento que voy a caer.

Unos fuertes brazos evitan mi caida. Yo me aferro al extraño por que todavía siento mareos.

—Estas a salvo.—Dice con voz ronca.

Al levantar la vista unos hermosos ojos grises con pequeñas manchas azules me miran con preocupación. El hombre frente a mi, me hace temblar con su toque. Es el doctor Yerik Noska .

—Deberías estar descansando, ¿Que haces fuera de tu habitación?—Dice con preocupación mientras me mira intensamente haciendo que aparte mi mirada de el, estoy un poco nerviosa por estar tan cerca de el.

—No soporto estar encerrada.—Repondo viéndolo directamente a sus hermosos ojos.

El me mira con curiosidad, y toma mi mano haciendo que regrese por el camino contrario a la habitación. Yo lo miro fijamente.

—Te ayudaré a salir afuera, pero no puedes tardar. Tu salud es primero Ailen. —Dice y me dedica una sonrisa.

Mi corazón se acelera un poco al escucharlo decir mi nombre. Miro de reojo como las personas nos miran pero a él no parece importarle. Cuando llegamos afuera el me ayuda a sentarme en una silla.

—Gracias por la ayuda.—Le digo en forma de despedida, pero él permanece a mi lado.

—Te daré tiempo para que te distraigas un poco, pero esperaré por ti. Podrías lastimarte si te caes a causa de los mareos que presentas.—Su mirada es tan intensa, que me pone nerviosa. El parece darse cuenta por que sonríe con diversión mientras yo aparto la mirada.

***

Miro con Aleister forcejea con Amadeus para entrar a la habitación. Una sonrisa divertida aparece en mi rostro.

—Quieren que llame a seguridad. —Bromeo haciendo que ellos sonrían.

—No sera necesario Ailen. El idiota de Aleister ya se va.—Asegura Amadeus haciendo que Aleister lo mire con los ojos entrecerrados.

—Yo soy su mejor amigo.—Dice con molestia Aleister.

—Yo soy como de su familia. —Le devuelve Amadeus.

La puerta se abre, interrumpiendo la pelea tan infantil de mis dos amigos. Otra vez él, su mirada esta fija en mi, haciendo que me ponga nerviosa.

—¿Estas bien?—Me pregunta.

Amadeus lo ve con molestia y Aleister lo miran con una sonrisa divertida.

—¿Por que no lo estaría?—Pregunta Amadeus con molestia, él lo mira seriamente.

—Estoy bien. —Aseguro. Obteniendo su atención.

—Crei que les había quedado claro que, ella necesita reposar, no que la estresen. —Dice con voz ronca.

—No te preocupes no me estresan.—Digo con una sonrisa divertida haciendo que su ceño fruncido desaparezca.

—Tienen que salir necesito hablar con Ailen y sus padres. Ellos están afuera. Solo será unos minutos después podrán volver con ella. —Dice seriamente.

Ellos me miran y salen. Mis padres entran y mi mamá corre a abrazarme fuertemente. Seguida de mi padre.

—Estoy bien, no se preocupen. —Digo.

El cierra la puerta y me mira cauteloso.

—¿Que sucede? —Pregunto al ver a mis padres serios.

—Necesitas descansar más Ailen y ahora más con tu estado.—Dice mi  mamá y me mira con tristeza.

Mi padre se acerca y me abraza fuertemente.

—Hay cosas que no se como explicarte mi cielo. Pero prometo que te protegeré y cuidaré de ti.—Dice mi padre.

—No entiendo, ¿Que sucede?

—Necesitas estar relajada Ailen. —Él toma mi mano y la aprieta un poco. Lo miro fijamente su mirada hermosa no se aparta de la mía y sonríe, eso me hace relajarme un poco.

— Si te sientes mal solo dime. —Dice con voz ronca.

Siento un fuerte dolor de cabeza, él continua hablando y yo no puedo enfocarme en la conversación entre mis padres y él.

—No debe saberlo James, no creo que reaccione bien. Sólo mira como esta. Necesita tiempo, no debe saberlo aún. —Mi madre dice con preocupación.

—Tenemos que decirle Alana, ella tiene que saber.—Dice mi padre.

—¿Que le diras James? ¿Que crees que va hacer cuando se enteré?¿Estas dispuesto hacerla sufrir otra vez?

Mi vista se oscurece un poco y el dolor aumenta, trato de enfocarme en la conversación pero no puedo.

—No me siento bien. —Digo con voz débil.

Obteniendo la atención de ellos, mi madre me mira con tristeza y mi padre me mira con preocupación.

Unas fuertes manos me sujetan.

—No podemos seguir, su memoria es inestable ahora y creo que su esposa tiene razón.—le dice a mi padre el doctor Noska.

—Dejenme a solas con ella necesito revisarla. —Dice con preocupación en su tono de voz.

Veo como mis padres salen y cierran la puerta.

—Necesito que respires inhala y exhala, trata de calmarte Ailen. —Susurra, coloca sus manos en mis hombros.

Hago lo que me dice y poco a poco me siento mejor.

—El estrés no es bueno en tu estado Ailen. Tienes que prometer que tratarás de estar tranquila. —Su voz se vuelve más ronca.

El me mira fijamente haciendo que mi corazón se acelere, su mirada se dirige a mis labios y  luego a mis ojos. No puedo evitar sentirme atraída por su mirada, el acaricia mi mejilla su toque me hace temblar y mi corazón se acelera.

—Lo siento. Yo no debí...—Se disculpa

El se aleja de mi, yo lo miro con sorpresa por su arrebato.

La puerta se abre y Aleister nos mira con curiosidad. Yo aparto la mirada todavía asimilando lo que acaba de pasar.

—¿Inrerrumpo algo?—Dice Aleister y mi mirada se dirige hacia la puerta por donde el salió.

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Corazón Oscuro #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora