Capítulo 15.

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—Entonces, Se Hun y tú están saliendo.

—¡Que no! —Lu Han le lanzó a su mejor amigo lo primero que tuvo a su alcance: un oso de peluche—. No estamos saliendo, Xiu Min.

—¡¿Y qué demonios están esperando?! —Preguntó tras atrapar el juguete entre sus manos y regresárselo—. No creo que a tu jefe le guste que avientes la mercancía, por cierto.

—Ya... —Volvió a acomodar el peluche en su lugar.

—No puedo creerlo, Lu, ¡no puedo! Es obvio que algo precioso podría suceder entre Se Hun y tú, pero no lo permites —cruzó sus brazos.

—No me gustaría que otras personas señalen a Se Hun —confesó tras dejar salir un suspiro—. Lo estoy protegiendo tanto como puedo proteger a Xu Bao. ¿Entiendes?

—Le contaste la verdad y se quedó a tu lado, ¿crees que le va a importar si los demás dicen algo? Sólo piénsalo.

—Xiu Min, por favor deja de insistir —se quejó.

Llegó la hora de cerrar la tienda de regalos y volver a casa. El castaño agradecía que Xiu Min lo estuviera acompañando esa noche, pues en verdad necesitaba hablar con alguien acerca de cómo se sentía.

Incluso si Xiu Min no parecía entenderlo del todo y se la pasaba insistiendo en que Se Hun y él harían una linda pareja, le daba gusto tenerlo a un lado en esos momentos, pues era mucho mejor que estar solo con sus pensamientos. Además, si lograba desviar el tema, las conversaciones dejaban de ser incómodas.

—Dijiste que Sandara volverá a Corea la próxima semana, ¿cierto? —Cuestionó de repente.

—Así es —asintió Lu Han—. No puedo creer que han pasado diez meses desde la última vez que estuvo aquí.

—Le dará gusto verte y ver lo mucho que ha crecido Xu Bao —aseguró.

—¡Por supuesto!

—Ella es casi como una segunda madre para ti... ¿Crees que presentarle a Se Hun sea una buena idea? —Lo volteó a ver con una sonrisa un tanto sugerente.

—¡Xiu Min! —Le dio un leve golpecito en el brazo—. Ya te dije que Se Hun y yo no somos novios. Si llegara a presentárselo a Sandara, sería sólo... como un amigo, nada más.

—Claro... Un amigo al que te encanta besar y abrazar —contestó para fastidiarlo.

El rostro de Lu Han se puso tan rojo como un tomate, pero decidió no tratar de defenderse. Simplemente siguió caminando.

Tardaron más o menos treinta minutos en llegar hasta la casa de Se Hun, lugar donde Xu Bao se había quedado por esa tarde. Lu Han tocó el timbre, algo ansioso por ver a su hijo después de un largo día de trabajo y... Bueno, no iba a mentir, también quería ver al atractivo estudiante de Biología.

Lo echaba de menos. Se había acostumbrado tan rápidamente a lo bien que se sentía cuando él estaba cerca, y tal vez eso podía llegar a ser peligroso, pero ya no podía retroceder.

—Buenas noches —saludó Lu Han con cierta timidez.

—¡Lu Han! —Los ojos del más alto se iluminaron al verlo y, sin dudar ni por un segundo, lo abrazó—. Qué bueno que ya llegaste. ¿Cómo te fue en el trabajo? ¿Tuviste un buen día? —Le sonrió al apartarse.

—¿Hola? Yo también estoy aquí —comentó Xiu Min, riendo un poco sin poder evitarlo.

—Pasen —los invitó Se Hun, haciéndose a un lado—. Hagamos todo lo posible por no ser ruidosos, Xu Bao ya está durmiendo.

—Gracias por haberlo cuidado hoy, Se Hun —Lu Han, haciendo a un lado lo tímido que se había sentido al llegar, se acercó a él y dejó un beso en su mejilla.

—Fue un placer —sonrió el más alto.

Lu Han y Xiu Min no se quedaron mucho tiempo ahí, pues prácticamente habían ido sólo para recoger al pequeño pelinegro. El joven de cabello color cobre iba a pasar la noche en el apartamento de su mejor amigo, así que no estaba preocupado por lo tarde que se hacía mientras caminaban por las calles, ya de regreso hacia el hogar de Lu Han.

Xu Bao despertó en medio del camino, algo confundido al ya no encontrarse en la casa de Se Hun, pero tranquilizándose al ver que estaba entre los brazos de su padre, que para él era el lugar más seguro del planeta.

—¿A dónde vamos? —Cuestionó tras soltar un bostezo.

—Vamos a casa, mi niño —Lu Han acarició su cabello suavemente—. Vuelve a dormir, ¿está bien?

—Te extrañé —el menor se abrazó con más fuerza a Lu Han, haciéndolo sonreír.

—Y yo a ti, tesoro —respondió honestamente—. Hoy me tocó ir al trabajo un poco más temprano de lo normal, pero lo recompensaré, te lo prometo —besó la mejilla de su hijo—. ¿Te divertiste hoy en la casa de Se Hun?

—Sí —contestó casi al instante—. Me gusta mucho que me cuide "Papá Hun" —bostezó otra vez y se acomodó mejor contra el mayor para volver a quedarse dormido.

Lu Han detuvo sus pasos súbitamente, igual que Xiu Min.

—Oh... ¿Escuchaste cómo acaba de llamar Xu Bao a Se Hun? —Preguntó algo sorprendido—. No fue mi imaginación, ¿verdad?

—Sí, sí lo escuché —respondió Lu Han—. Pero no sé qué decir, Xiu Min, creo que estoy en estado de shock.

—Te quedaste paralizado, amigo —le dio un toquecito en la mejilla y sonrió de lado—. Xu Bao aceptó a Se Hun antes que tú, ¿no te parece impresionante?

Continuará.

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Perdón por haber "desaparecido", he tenido mucho trabajo y también he estado preparando las cositas para el giveaway.

Aquí les dejo un nuevo capítulo de este fanfic, espero que sea de su agrado. ¡Muchas gracias por su paciencia! Leeré y responderé sus comentarios tan pronto como me sea posible.

¡Hasta luego!

De nosotros [HUNHAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora