Capítulo 14

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Erick llegó a su casa acalorado y sin humor. Decidió darse un baño para relajarse y poder despejar un poco la cabeza de todo lo que le rodeaba, su mente necesitaba un poco de tregua.

Se quitó la ropa y llenó la bañera con agua caliente. Cuando por fin sumergió su cuerpo, una corriente de tranquilidad y calma se apoderó de él. Hacía tiempo que no disfrutaba de un rato a solas disfrutando solo del silencio, el cual no duro mucho ya que su teléfono empezó a sonar con insistencia. Sonrió inconscientemente cuando vio el nombre que aparecía en la pantalla.

- Sólo tu podías estropear mi mejor momento del día..  - Erick soltó una pequeña carcajada.

- Si te estás masturbando dímelo directamente y llamo luego, no me apetece escucharte gemir de fondo como una puta, no hay quien luego se saque eso de la cabeza - A pesar de no poder verlo Erick sabía perfectamente el gesto de asco que estaba haciendo su amigo al otro lado del teléfono.

- Que te den Chris! Se puede saber que es lo que quieres?

- Oye tranquilo amigo! Se te está agriando el carácter como a los chavales esos con los que tratas últimamente - Erick bufo sin saber muy bien por qué - Tu hermano me ha dicho que éste fin de semana estabas en casa y he decidido que... Nos vamos de fiesta!!!!

- Es una pregunta o lo has decidido tu solito? - El ojiverde sonreía ya que conocía perfectamente la respuesta.

- Enserio lo preguntas? - Una carcajada se escapó al otro lado de la línea - Lo hago por ti hermano, necesitas desconectar y yo como buen amigo... Voy a sacrificarme por ti.

- Oh vaya gracias Chris, no se que haría sin ti - A pesar de decirlo con sarcasmo era la pura verdad - Eso sí, si acepto tienes que prometerme que no me vas a abandonar por la primera falda que pase! Estoy cansado de tener que hacer amigos en las discotecas  porque me he quedado solo.

- No tengo yo la culpa de que me guste un buen culo Erick... Pero si eso es lo único que pides, trato hecho! Cenamos en tu casa y luego vemos lo que hacemos.

- Está bien, aquí te espero.

- Hasta ahora Colón.

El ojiverde cerró los ojos y volvió a dejar el móvil en su sitio para volver a tumbarse y relajarse con la calidez del agua caliente . La idea de Christopher cada vez le entusiasmaba más, salir y divertirse con su mejor amigo le permitiría desconectar durante un rato de los problemas además de ser una buena ocasión para desahogarse con el castaño.

Después de un buen rato en remojo, Erick se vistió y se preparó para la ocasión. Hacía ya un tiempo que no disfrutaba de una noche para él y no pensaba desaprovechar la oportunidad de pasarlo bien.

El timbre sonó y un alocado Christopher revolucionó el ambiente. Cenaron mientras se ponían al día de sus últimos acontecimientos, especialmente de los que había vivido el ojiverde en sus últimos días. Erick siempre agradecía los consejos del castaño y los ánimos positivos que siempre le transmitía.

- Sinceramente Erick... creo que tienes que tener mucho cuidado  con esos dos - El gesto de su amigo ahora se veía preocupado - No se, no me dan buena espina, y por lo que me cuentas no parece que tengan muchos escrúpulos a la hora de actuar.

- Lo se Chris... pero que puedo hacer? Ellos están ahí, y me guste o no voy a tener que convivir con ellos.

- Sólo ten cuidado vale? - Erick sonrió tímidamente mientras asentía.

Después de charlas y risas durante un par de horas, los chicos decidieron  que había llegado el momento de ir a tomar unas copas. Cogieron sus abrigos y se dirigieron caminando a una discoteca que no quedaba muy lejos de su casa.

Cuando llegaron se apresuraron a entrar en el bar ya que por lo que habían escuchado a los porteros el aforo estaba casi al completo. Cuando atravesaron la puerta, el olor a alcohol inundó las fosas nasales del ojiverde en el acto, el sudor que emanaban los cuerpos a su alrededor y los golpes involuntarios que recibía de la muchedumbre hicieron que se preguntara si había sido una buena idea. El agarre de su amigo en el brazo le hizo reaccionar provocando que aumentará la velocidad de sus pasos.

Ya en la barra se pidieron un par de cervezas para no desentonar con el ambiente y se acomodaron en uno de los sofás que había quedado libre. Al poco rato, tres chicas les hacían compañía mientras coqueteaban descaradamente con los dos. Erick no sabía de donde habían salido ni en que momento una de ellas se había avalanzado sobre su amigo comiéndole la boca de manera desesperada.

- Te apetece bailar un rato? - La rubia que se encontraba a su lado comenzó a acariciar su pelo mientras lo miraba esperando su respuesta con ojos de cachorro - Parece que tu amigo está bastante entretenido y no querrás molestarle verdad?

El ojiverde se levantó de su asiento mientras la chica lo miraba esperanzada - La verdad es que no, creo que voy a fumarme un cigarro fuera y me voy a ir a casa, ya he bebido suficiente por hoy.

Avanzó antes de que la chica respondiera e intentase convencerle de que se quedara, luego le mandaría un mensaje a Chris para avisarle de su marcha.

Cuando llegó a la salida el aire fresco golpeó sobre su rostro haciendo que recobrara el sentido. Se sentó en unos escalones al lado de la puerta y encendió un cigarrillo cuya primera calada le supo a gloria. El frío se iba apoderando de su cuerpo mientras que el aire sobre su cara despejada su mente.

Unas voz conocida a su espalda hizo que sus músculos se  tensaran en el acto.

- Esto lo echas en la bebida de alguna putita y está a tu merced durante toda la noche - Las palabras de Camacho le hicieron estremecer.

- Pero bueno negro, crees que yo necesito eso para que una niñata este rogando por chupar mi polla? Eso es para putos feos como tu! - Varias risas se escucharon de fondo.

- Vete a la mierda hijo de puta! Peor para ti si no quieres probarlo... esta mierda vale oro! Pimentel quieres dejar el móvil y hacernos caso? - El cuerpo de Erick tembló  de sólo escuchar su nombre.

- Que? - Hubo un breve silencio mientras Joel parecía enterarse de la pregunta - La verdad es que no me interesa una mierda lo que estáis hablando.

- Anda vamos para dentro que necesito beber algo urgentemente - Una cuarta voz apareció en la conversación.

Poco después, las voces de los chicos se iban alejando mientras Erick continuaba de espaldas rígido en su posición. Se había puesto nervioso de pensar que lo hubiesen descubierto ahí sólo, no sabía de lo que eran capaces esos chicos.

Sin embargo, a pesar del miedo que le habían provocado, se dirigió de nuevo a la entrada sin saber muy bien por qué quería quedarse después de saber que Pimentel se encontraba allí.

El Orfanato - Joerick [Libro 1] {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora