Capítulo 7

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- Disculpa te encuentras bien? - Una chica rubia sentada en la primera fila le hizo volver a la realidad - Estas realmente pálido...

Las carcajadas por parte del resto de compañeros no tardaron en llegar mientras sonoros murmuros se escuchaban desde los distintos rincones.

Erick asintió levemente con la cabeza y se sentó en la silla junto a la mesa de profesores. Sabía  que tenía que decir o hacer algo pero se encontraba totalmente bloqueado.

- Quieres que nos vayamos presentando? - La misma chica que se había preocupado por su estado pareció apiadarse de él y comenzó a describirse una vez el ojiverde había asentido.

Los alumnos comenzaron a contar cosas de ellos mientras los demás reían y se burlaban de sus ocurrencias. La clase se había convertido en un jolgorio en el que todos se estaban divirtiendo y gritando con  el resto de sus compañeros, a excepción  de una persona, el cual no había apartado su fría mirada de Erick ni un solo momento.

El ojiverde se cruzó con sus ojos tan sólo unos segundos manteniéndolos hasta que un escalofrío recorrió  su cuerpo. El rizado pareció percatarse, sin embargo, eso no provocó que apartarse su intimidante mirada.

- Por cierto profesor - Una chica de origen asiático llamó su atención - Está muy bien que nos presentemos nosotros, pero no deberías empezar tu? Nosotros nos conocemos de sobra y estoy ya bastante harta de escuchar a estos idiotas - La clase rugio al compás  de un abucheo realmente sonoro - Que pasa imbéciles he dicho algo raro? - Varias bolas de papel se dirigieron a ella desde los diferentes ángulos de la clase.

- Tienes razón - Todos dirigieron su mirada al ojiverde - Me llamo Erick Colón. Hasta hace poco estudiaba en la universidad Complutense la carrera de psicología y aquí estoy, haciendo mis prácticas aquí.

- Y podemos saber porque mierda te han mandado aquí? Tan mal estudiante eras que han querido putearte por ello? - Todos permanecieron  en silencio observando los nervios que comenzaban a aflorar en Erick. El rizado era muy respetado en ese lugar y pocos se atrevían a dirigirle la mirada a él directamente.

- Bueno yo... En realidad... - Froto sus manos contra los pantalones para quitarse el sudor que afloraba  de ellas - Fui el primero de mi promoción,  decidí por voluntad propia venir aquí.

- Pero bueno chico eres imbécil? - Está vez fue el dominicano el que intervino - Por qué ibas a querer hacerlas aquí?

Erick dudó unos segundos y continuó - Esto es un reto para mí, creo que puedo aprender mucho de esta experiencia.

- Entonces... - El gesto malhumorado del rizado le hizo estremecer - Un reto...

- Quizás no me he expresado bien... No era eso lo que quería  decir - El ojiverde comenzó  a temblar cuando vio que el ojimiel se levantaba de su asiento y caminaba hacia él.

En un movimiento rápido, lo agarró del cuello de su jersey y lo estampó contra la pizarra - Dime profesor - Se acercó hasta quedar frente a frente con él mientras sus alientos se mezclaban - Explicame lento y claro que quieres decir con que somos un reto para ti.

El pulso de Erick se aceleró sin control. Tenía miedo y sabía que en sus ojos se reflejaba, haciendo que el rizado se desesperara ante su silencio - Yo... yo no he dicho eso - Quería  explicarse pero sus palabras parecían no querer salir.

- Pimentel eres un acaparador - El moreno apareció justo detrás  del rizado provocando que éste se apartase un poco y recuperase de nuevo el aire - Yo también  quiero jugar con el nuevo juguetito!

La clase permanecía en silencio viendo la escena mientras que a Erick comenzaban a enrojecerse los ojos.

- Cállate Camacho, deja que responda y luego haces con él lo que te de la gana - Su mirada continuaba clavada en los ojos del ojiverde - Explicate.

Erick agachó la mirada mientras lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos - Pero que eres una puta niñita llorona?- El moreno volvió  a intervenir - Nenaza de mierda! - Le pegó un tortazo en la mejilla provocando que más lágrimas bañaran su rostro.

El rizado sujetó la mano del dominicano a modo de advertencia. La soltó bruscamente y volvió a posar su vista en él ojiverde - He dicho que te expliques - Está vez gritó  haciendo que Erick diese un pequeño salto del susto.

- Yo... - Las palabras morían en su garganta - No he dicho que seáis un reto, he dicho que era un reto para mí - Secó las gotas que corrían por su cara con la manga de su camisa - No he venido a haceros daño, no soy vuestro enemigo, no se porque me tratais así.

El rizado pareció dudar durante unos segundos para finalmente soltar una sonrisa chulesca - Vete ahora que estas a tiempo... - Sujetó  su pelo con fuerza y se acercó a su oído haciendo que Erick palideciera - Sólo es un consejo.

Lo soltó bruscamente provocando que la cabeza del ojiverde golpeara con la pizarra. Pimentel hizo un gesto a su amigo y salió del aula con rapidez.

- Vaya bonito parece que vas a tener que esperar - El dominicano acarició su mejilla y soltó una sonora carcajada - Pero bueno ya sabes lo que dicen, lo bueno se hace esperar!

Cogió su chaqueta la cual estaba apoyada en la silla en la que había  estado sentado minutos antes y salió en la misma dirección en la que se había ido el rizado.

El cuerpo de Erick temblaba sin cesar, sus lágrimas ahora caían en cascada y su corazón estaba a punto de estallar. Podía  notar las miradas del resto de jóvenes sobre él pero era incapaz de moverse y recuperar la cordura.

Una chica que estaba sentada al final de la clase se levantó y caminó hacia él con paso seguro. Erick se quiso apartar cuando ésta lo sujetó, pero ella fue más rápida y lo atrapó entre sus brazos. Le costó algunos segundos asimilar lo que estaba ocurriendo, la morena le estaba abrazando y con ella fueron varios los que se unieron.

La campana sono avisando el fin de la clase, poco a poco todos se fueron dispersando y comenzaron a salir del aula con miradas tristes y compasivas hacia el ojiverde.

La morena se separó del abrazo y le dijo en tono bajito - Tú  no eres débil Erick, no dejes que te hagan creer que es así - Le sonrió débilmente y salió de la clase junto al resto de sus compañeros.

Fueron varios los minutos en los que el moreno continuó estático procesando todo lo que acababa de pasar. Finalmente, secó sus lágrimas y siguió el mismo camino que habían hecho poco antes los alumnos.

Recorrió el patio sin mirar a ninguno de los presentes que lo miraban intrigado mientras escapaba de allí  como alma en pena. Necesitaba salir de allí,  necesitaba volver a sentir el aire en sus pulmones.

El Orfanato - Joerick [Libro 1] {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora