Capítulo 24

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Erick abrió los ojos con pereza cuando la melodía del despertador comenzó a sonar. La cama revuelta y su cuerpo desnudo hicieron que los recuerdos de la noche anterior lo golpeasen directamente uno tras otro provocando un escalofrío a través de su espina dorsal . No podía recordar una experiencia sexual en su vida tan placentera como la de anoche y eso hacia que su cuerpo ardiese ante tal pensamiento.

Se levantó como pudo y se dirigió a la ducha para intentar calmar la erección matutina que ese día había crecido más de lo habitual gracias a los recientes recuerdos.

El agua fría recorrió su piel haciendo que su cuerpo y mente se calmasen al instante. Enjabonó sus manos y recorrió cada centímetro borrando cada beso, cada caricia, cada recuerdo de esas grandes manos tocando y admirando su bronceada piel.

Quiso centrar sus pensamientos en otra cosa y no pensar más en lo que había ocurrido, sin embargo,  unas manos en sus caderas hicieron que volteara rápidamente para encontrarse con el dueño de sus fantasías.

- Que... que haces aquí Joel? - Quiso agarrrar la toalla que antes de entrar habia colocado  en la barandilla pero un suave empujón hizo que retrocediera.

- He venido a darte los buenos días - Besó a Erick con ansias y sin ningún tipo de control. Se felicitó mentalmente por haber retirado su ropa cuando escuchó el sonido de la ducha desde la habitación del ojiverde y ahora no hubiese ninguna prenda que los separara.

- No puedes entrar aquí cuando te de la gana - Quiso que sus palabras sonaran con autoridad, sin embargo, el ridículo sonido que hizo justo después cuando sintió las manos del rizado sobre su culo hizo que perdiese su propósito.

- Vaya Erick - Acarició levemente el pene del ojiverde el cual se encontraba totalmente empalmado - Tu amiguito parece no pensar lo mismo.

Sin esperar respuesta, volvió a atacar su boca mientras aumentaba el ritmo de su toque en el miembro del contrario haciendo que éste se estremeciese por completo.

- Para Joel - Quería separarse de él pero sus musculosos brazos alrededor de su cintura no se lo permitían -  Enserio, Sueltame!

El rizado se separó de él de inmediato mientras continuaba mirándolo fijamente a sus ahora aguados ojos - Se puede saber que te pasa?

- Yo no soy así Joel! Yo no quiero esto! - Las palabras del ojiverde terminaron de descolocar al más mayor.

- Que no eres como? - El rizado se acercó a él lentamente queriendo reconfortar al moreno, sin embargo, Erick le hizo un gesto con la mano para que no se acercara.

Cogió la toalla del perchero y salió de la ducha ante la atenta mirada de Pimentel que continuaba estático en su sitio mientras el agua continuaba cayendo sobre su cuerpo.

- Erick que pasa? No entiendo por qué te estás comportando así! - Joel continuaba desnudo mojando el suelo por donde pasaba.

El menor sacó una toalla de uno de los cajones de su armario y se la dio sin dirigirle la mirada - Puedes dejarme sólo por favor?

- Noooo! - Esta vez Joel no lo dudó y lo sujetó del brazo para que no continuase huyendo de él - Que mierda te pasa? Ayer parecía que disfrutaste tanto como yo mientras te jodia el puto culo, por qué hoy parece que yo te obligue?

- Claro que no me obligaste a nada! - Erick paso sus manos por la cara con frustración, ni siquiera él sabía por qué estaba tan irritado de repente - Sólo... yo no soy como tu! Yo no tengo sexo por qué sí!

- Que cojones quieres decir con eso? Estas enfadado porque no te he pedido matrimonio antes de acostarme contigo? Pero tu de donde te has escapado?

- Yo no he dicho eso! Solo... No quiero que se vuelva a repetir eso es todo! Así que vete de mi habitación! - Erick sentía como sus lágrimas querían escapar mientras veía como el rizado colocaba su ropa para marcharse.

- Te voy a decir una cosa pedazo de imbécil - Joel se acercó a él quedando a tan sólo unas pulgadas de su rostro -  No quieres que se repita, pues no se va a repetir, pero no te me vuelvas a acercar más de lo debido en tu puta vida para luego hacerme sentir que soy yo el que te ha hecho hacer algo que no querías.

- Yo no he di... - Las palabras murieron en su boca cuando la puerta se cerró de un portazo dejándolo sólo - Sólo quería que te hubieses quedado a dormir.

No fue consciente en qué momento había empezado a llorar pero la culpa tenía mucho que ver en su reacción. Se daba cuenta que no había sido justo con Joel, sin embargo, él tampoco le había dejado explicarse.

Era cierto que lo que había pasado la noche anterior lo había querido y disfrutado como el que más, pero el haberse encontrado sólo por la mañana y que luego el rizado volviese sólo para volver a tener sexo le había hecho sentirse mal, él no se comportaba de esa manera.

El teléfono de su habitación comenzó a sonar insistentemente haciendo que volviese a la realidad. La secretaria le citó junto al resto de sus compañeros a una reunión con el director para terminar de organizar los turnos y funciones de cada uno de los responsables en la fiesta que se celebraría al día siguiente.

Con la cabeza todavía dándole vueltas, se dirigió a la sala de profesores donde se realizaría la charla. La mayoría de profesores ya se encontraban al rededor de la mesa esperando que comenzase. El ojiverde localizó un sitio al lado de Martina y no dudó en dirigirse hasta ella, la cual esa mañana no le recibió con una sonrisa como de costumbre.

Después de aproximadamente una hora de normas y directrices a seguir de los cuales Erick no había escuchado ninguno, el director se despidió para que cada profesor comenzará con las clases correspondientes.

El ojiverde se dirigió a su amiga la cual continuaba ignorandolo - Martina, te pasa algo? Ni siquiera me has saludado.

La chica le miro brevemente para continuar ojeando los apuntes que tenía encima de la mesa - Perdona Erick, estoy algo despistada hoy.

- Puedo ayudarte en algo? - Erick necesitaba a alguien con quien conversar y le hiciese olvidarse de todos los acontecimientos que estaba viviendo.

Martina resoplo y guardo los papeles que había estado leyendo - Erick tienes algo que contarme? - El moreno no sabía a qué se refería y la joven decidió continuar - Puedo saber por qué Pimentel salió de tu habitación ayer por la noche?

Erick trago saliva y desvió su mirada hacia otro punto de la habitación - No se de que me hablas.

- Enserio? Ayer me dirigía a tu cuarto para charlar un rato y me lleve una gran sorpresa... - El ojiverde quería salir corriendo de allí, ni siquiera sabía cómo defender lo que había pasado esa noche.

- Martina yo...

- Erick no te estoy echando la bronca - Decidió aclararlo antes de que el ojiverde le diese ninguna explicación- Pero eres una buena persona y Pimentel no lo es. Ese chico es realmente problemático y mantener las distancias con él es lo mejor que puedes hacer. Yo también tengo ojos y veo que es un chico muy apuesto pero eso no compensa el daño que acabará haciéndote.

- Martina no se que crees que sabes pero no hay nada entre Joel y yo - Los nervios de Erick aumentaban con cada palabra - Y creo que hablar así de él es lo que hace que se comporte como lo hace, no es ningún monstruo como queréis hacer ver.

- Enserio lo estás defendiendo? Alejate de él antes de que sea demasiado tarde, enserio no sabes de lo que ese chico es capaz! No lo conoces Erick!

- Yo creo que quien no lo conoce eres tú - El ojiverde se levantó de la silla totalmente ofuscado - Espero que sea la última vez que vienes a darme consejos de mierda que no te he pedido.

El moreno salió de la sala sin dejar responder a Martina que se encontraba totalmente sorprendida por la reacción que acababa de tener su compañero. Se dirigió a su habitación aprovechando que no tenía ninguna clase esa hora y se tumbó en la cama hecho un ovillo.

No podía evitar pensar que había tratado al rizado de la misma forma injusta que el resto de personas de ese lugar. Sin previo aviso sus lágrimas comenzaron a salir sintiéndose cada vez más miserable y confundido.

El Orfanato - Joerick [Libro 1] {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora