Capítulo 10

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- Repitelo hijo de puta! - El rizado sujetaba a un joven ensangrentado contra la pared mientras con su mano lo agarraba del cuello con fuerza.

El resto de compañeros miraba la escena aterrorizados mientras que de los ojos de Pimentel salía furia en fogonazos.

- Sueltame Pimentel! - El joven acorralado intentaba huir con las pocas fuerzas que le quedaban - Sólo estaba bromeando joder!

- Joel! - Erick no sabía cómo ni por qué había gritado su nombre pero ahora todas las miradas estaban clavadas en él, incluida la del furioso chico - Sueltalo!

Pimentel hizo un gesto que el ojiverde no supo identificar, pero vio como poco a poco iba soltando su agarre.

- La próxima vez que te escuche hablar así de él te mato hijo de puta, y créeme cuando te lo digo porque yo no bromeo - Se dirigió al chico que minutos antes tenía sujeto mientras pasaba  las manos por su camisa para limpiarse la sangre que salía de sus nudillos - Y ésta advertencia va para todos! - Levantó la voz dirigiéndose  a la clase que continuaba mirándolo sin pestañear.

Pegó un último empujón al rubio malherido y salió de la clase sin dirigir su mirada a nadie por el camino.

Erick salió de su trance y se acercó a donde estaba el joven intentando recuperar el aire mientras gotas de sangre bajaban por su rostro - Vamos, te acompañare a enfermería - El joven  posó su brazo alrededor del cuello del ojiverde mientras comenzaba a andar con su ayuda - Por favor podéis no armar mucho jaleo en mi ausencia?

Todos los alumnos asintieron con empatía mientras Erick buscaba con la mirada al joven dominicano que solía causarle problemas. Sintió alivio cuando vio que el moreno no se encontraba en el aula.

Mientras caminaban por los pasillos los dos habían permanecido en silencio, pero una vez llegaron a la puerta de la sala de curas, Erick decidió que había llegado el momento de romperlo - Qué ha pasado?

El chico pareció dudarlo durante unos segundos pero finalmente habló con voz débil  - Nada.

- Enserio? Y por nada estas así? - Erick pensó que el joven no quería hablar porque temia las represalias de Pimentel - No voy a decir nada si es lo que te preocupa, sólo quiero saber que ha pasado ahí dentro.

El rubio lo miro de nuevo y volvió a repetir esta vez con más seguridad en su voz - He dicho que no ha pasado nada.

- Está bien - El ojiverde golpeó varias veces la puerta y esperó a que la enfermera recogiera al chico para poder hacerle las oportunas curas.

No quiso insistir más con el joven, parecía que tenía una actitud defensiva ante él y eso lo descolocaba.

Cuando regresaba a clase, escuchó ruidos provenientes del baño de los chicos. Iba a ignorarlos y continuar con su camino cuando volvió a escuchar un sonido del mismo lugar.

Abrió la puerta con cautela y pudo ver como había numerosos rastros de sangre en el suelo y en las paredes, lo cual hizo que retrocediese inconscientemente.

- Que haces aquí? - Una voz ronca a sus espaldas lo asustó e hizo que se golpease con la puerta.

Cuando se giró se encontró con el rizado que lo miraba fijamente - Yo... - No pudo evitar clavar su mirada en esos ojos marrones, ahora no irradiaban furia como lo habian hecho minutos antes.

- Tu... - El ojimiel continuaba con su expresión neutra.

- Yo sólo he escuchado ruidos, y quería saber que pasaba - Se sentía totalmente intimidado, esos ojos clavados en el lo ponían realmente nervioso.

- Vale me alegro haberte sacado de dudas, ahora lárgate! - Pimentel dio un paso hacia él provocando que Erick retrocediese, lo cual provocó una mueca de disgusto en el rizado.

El ojiverde bajo su mirada avergonzado por la actitud ridícula que estaba teniendo y no pudo evitar posar sus ojos en las manos de Joel - Estas sangrando... Tienes que ir a enfermería.

Joel sonrió de medio lado mientras negaba con la cabeza - Esto no es nada que no haya visto antes, parece más de lo que es.

Erick se vio sujentando las manos del rizado inspeccionando las heridas en ellas. Cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo, las soltó con brusquedad apartandose de él de inmediato - Lo siento.

- Lárgate Colón! - El tono de Pimentel ahora sonaba enfadado y el gesto de su rostro lo confirmaba.

- Pero... - Erick señaló de nuevo sus manos en señal de que debía ir a curarselas si no quería que la herida se infectara.

- Pero nada! Lárgate joder! O quieres acabar como el imbécil ese? - El rizado dio un paso hacia adelante con los puños apretados.

El ojiverde abrió la puerta y salió a paso ligero de allí dando un portazo en su huida. No entendía porque Joel había tenido ese cambio de actitud tan repentino y qué había hecho para que se enfureciese con él de esa forma cuando sólo había querido ayudarlo.

- Disculpa - Erick se dirigió a un cincuentón que se encontraba en la sala de profesores - Soy Erick, el nuevo psicólogo- No dejo que el hombre respondiera- Sabe si tenemos  botiquín de primeros auxilios?

- Si, en la primera estantería en el cajón de en medio, ha pasado algo? Necesitas ayuda? - Ni siquiera Erick sabía que estaba haciendo ni por qué  estaba ignorando las advertencias del rizado.

- Todo está bien, gracias. Una alumna se ha hecho un pequeño corte y no me ha parecido necesario que fuera a enfermería teniendo aquí tiritas - Se felicitó por lo rápido que había sabido  reaccionar.

El ojiverde salió de la habitación ignorando la cara incrédula del hombre cuando vio que se llevaba el botiquín entero de manera apresurada en vez de una simple tirita como había dicho.

Cuando se encontró enfrente de la puerta de los aseos, sus temores volvieron a surgir. El rizado le había dicho claramente que se marchase y tenía claro que desobederle no era una buena opción, sin embargo, entró  sin detenerse a pensar las consecuencias.

El Orfanato - Joerick [Libro 1] {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora