La presencia de los aliados se ha ido así como el cambio de estación, el tiempo ha pasado y junto con él, los recuerdos que ya debieron ser olvidados siguen ahí, más vivos que nunca. Sin embargo, ¿saldrán así esta vez o es que ahora las fuerzas del...
En ningún lugar en específico donde era inaudible cualquier ruido similar al claxon de los automóviles, bullicio de gente transitando de un sitio a otro y no se oía el sonido del motor de los autos; ella se levantaba con firmeza. Tenía una estatura más alta de lo normal, cabello castaño largo y tez blanca, miró hacia su lado derecho y la vio a su costado. Ada se encontraba allí, sin una sonrisa en su rostro o alguna expresión que pueda permitir develar sus emociones.
—¿Preparada para hacer el llamado?—inquirió la madre creadora, quien era la más serena de las dos. Ada asintió en silencio y alzó la mirada hacia el cielo.
—Seguro ni se lo esperan, pero los vamos a necesitar—reconoció con notable sinceridad. Haciendo uso de sus mano empezó a formar una esfera de luz, la cual no tardó en elevarse y salir de su rango de visión convertido en un haz con dirección a diversos planetas fuera de la galaxia.
—Y no sólo a ellos, también a Valentina—aclaró ella, haciendo mención por primera vez al ser de luz más poderoso de todos—. Valen es nuestra esperanza, ella es capaz de hacerle frente.
—¿De qué crees que él sea capaz?—quiso saber Ada, con temor en sus palabras.
—De asesinar a la humanidad entera para acabar con la existencia del mundo—le respondió. Era realista, pero optimista, porque conservaba la fe de que podrían salvar al mundo de nuevo—. Es por eso que la necesitamos, y yo iré directamente a buscarla.
—Su planeta es el más lejano—informó Ada. Aun así sea la madre creadora no es una misión fácil y libre de riesgos ni peligros.
—Estaré bien, él ya tiene con quien entretenerse—le restó importancia e ignoró la preocupación de Ada por su viaje.
—¿Milo seguirá vivo luego de que salga de su cuerpo?—le preguntó, y ella asintió con una sonrisa.
—Podemos sacarlo de ahí por nuestros propios medios y arriesgarnos a acabar con su vida o dejar que Valentina haga todo el trabajo—sonrió esperanzada en la vuelta de los aliados, aunque técnicamente no todos estarían de regreso pues para Valen, era su primera vez.
—¿Cuándo regresan?—continuó por preguntar Ada, quien ponía mayor interés en el tema.
—Lo más probable es que mañana—contestó echándole una vista al cielo y posición del sol—. Inti, Venecia, Ámbar, Gopal, Devi y Luz volverán más pronto de lo debido. Valentina tardará un poco más.
—No importa cuánto tarde, sino que venga—suspiró Ada intentando descifrar el posible y ahora incierto futuro—. Fermín y Elena también nos serán de ayuda.
—Por supuesto que sí, con él vendrá Daimon—le notificó antes de ser interrumpida por sus nuevas preguntas—. La buena noticia para ellos será que volverán para quedarse, eso debe alegrarlos.
—Ya me imagino—rió Ada después de un largo rato de conversación.
Él, tras la derrota de Justo, reunió y supo de quien aprovecharse. Se unió a Milo, literalmente, porque es dueño de su cuerpo y de sus acciones como no debería. Y la única con la capacidad de poder sacarlo de su cuerpo era Valentina.
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