Capítulo 65: Conflicto entre sombras

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No se escuchaba ningún ruido, el hotel estaba sumido en un silencio sepulcral que sólo lograba causarme temor

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No se escuchaba ningún ruido, el hotel estaba sumido en un silencio sepulcral que sólo lograba causarme temor. No era normal que estuviese tan solitario, parecía que no haber absolutamente nadie y eso me asustaba. Nunca lo había visto así no sentido tal sentimiento de incertidumbre. Si todo estaba bien, ¿por qué tenía miedo? Quizás haya sido las siluetas que distinguí. Aparecieron dos sombras sin que hubiese alguna otra persona aquí.

Una figura femenina y un cuerpo masculino, yacían pegadas a la pared. Volteé a ambos lados, yo estaba sola aunque de cierta forma sentía que no. Me aterroricé cuando la reconocí, sabía de quién se trataba, esa chica que sostenía una pistola no podría ser alguien más que quien estoy pensando. Él también sacó un arma de fuego y empezaron a apuntarse mutuamente. Parpadeé y luego comencé a arrepentirme, porque essuché que dispararon y ambas siluetas desaparecieron. Pestañeé, fueron milésimas de segundos que impidieron que supiera qué sucedió.

Uno de aquellos dos tuvo que haber disparado. Todo se volvió negro y poco a poco pude ir abriendo mis ojos. Ailín lloraba, nos necesitábamos, debíamos estar juntas ahora.

—No llorés, fue sólo una pesadilla—aseguré sacándola de su cuna, como si hubiera soñado lo mismo pese a que eso no puedo afirmarlo—. Valen está bien, siempre estará bien—afiancé, ya que si de algo podía asegurarme era de su fortaleza.

Daimon entró a vernos, preocupado por encontrarnos así, incluso yo quería llorar después del fatídico sueño.

—¿Qué sucede?—negué sin poder hablar, debía permanecer callada unos minutos hasta reponerme. Jamás había tenido pesadillas tan horribles, Ailín parece comprenderme.

—Tuve una pesadilla, nada del otro mundo—respondí abrazándola, ella empezaba a calmarse. Tenernos cerca ayudaba mucho en momentos así—. Soñé que lastimaban a Valentina, creo que le disparaban—murmuré entre dientes, hablaba despacio y bajo, pues aún seguía consternada.

—Seguro es porque tenés miedo de que le ocurra algo malo después de lo que te contó—manifestó, intentaba calmarme o mejor dicho, tranquilizarnos. Ailín lucía triste y me abrazaba con fuerza.

—Ella nunca se dará por vencida, sé que saldrá de esto y estaré apoyándola—afiancé a pesar del miedo. Confío en mi amiga, no tengo ninguna duda pero Daniel... él hace que tema debido a que no sé qué puede hacerle.

—Por lo que me dijiste, sufrió mucho, ¿cierto?—asentí secándome algunas lágrimas. Daimon no conoce toda la verdad, Valen debe decidir a quién decirle su historia—. Siento haberle ocultado...—suspiré separándome apenas quiso abrazarme. Todavía me enojaba aquel tema.

—No hagas que recuerde esas cosas, no estoy de humor para enojarme con vos—indiqué, odiaría discutir frente a Ailín. Ella no merece ver cómo sus padres pelean.

—Perdón, ya nos hemos diculpado todos por haberle mentido aunque fue necesario—asentí algo molesta, no obstante, continuaba preocupada. Ese sueño puede no significar nada bueno.

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