Capítulo 48: Infinitas eternidades

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Las luces de la discoteca, todas esas personas moviéndose al ritmo de la música y los tragos que llevo encima, aunque no son muchos, hacen que olvide un poco aquellas peleas con papá. Desde que decidí salir del clóset, él ha comenzado a tratarme diferente. Dejó de ser aquel padre dulce y sobreprotector, para convetirse en alguien que criticará cualquier cosa que haga.

Siento como si me odiara, a pesar de que mamá lo niegue. Ella aún luce sorprendida, sin embargo, sabe cómo llevarlo. Nunca he oído algún insulto viniendo de su parte.

—¿Ves? Te dije que te vendría bien distraerte—Daniela estaba conmigo. Decidimos venir a la discoteca a pasar esta larga noche, porque ya era momento de despejar nuestras mentes—. Amor, ¿estás bien?—asentí con rapidez.

—Sí, perdón. Debo olvidar a papá, ¿no?—ella rió asintiendo y besando mi mejilla.

Dany se puso tensa. Sentí, cuando comenzó a abrazarme, que había empezado a asustarse. Pero, ¿por qué? Todo parece estar bien. Estuvimos bailando, bebimos sin excedernos y justo ahora suenan unas canciones que adoramos cantar juntas. No entiendo el porqué de ese tan fuerte abrazo que me da, ¿algo va mal?

—Toma tus cosas y vámonos—susurró, sus manos estaban frías producto del nerviosismo—. Te amo, Juli—añadió asustándome más, ¿estará teniendo otro presentimiento que aterradoramente jamás falla? Quizás deba escucharla, pese a querer quedarme bailando y olvidando mis problemas.

—¿Dany? ¿Qué sucede?—Daniela tiró fuerte de mi brazo. En serio quiere irse, y tampoco es que prefiera quedarme sola así que no le veo otra opción, tendré que irme perdiéndome la mejor parte de esta fiesta.

—Salgamos de aquí, vamos a casa—volteó jalándome consigo, puse resistencia porque desconocía los motivos que parecían asustarla tanto.

Entonces Dany se detuvo, ambas oímos el primer disparo.

Mientras yo demoraba en reaccionar, ella hizo que cayéramos al suelo. Luego intenté protegerme llevándome las manos a la cabeza y abracé a mi novia, quien yacía junto a mí. Sus lágrimas habían comenzado a salir, después fueron mis ojos los que desprendían aquellas gotas, me di cuenta de que ella sangraba del brazo derecho.

Y seguían disparando.

—Vamos a salir de acá, lo prometo—Daniela negó, ¿piensa que voy a dejarla sola? Eso no podría estar en mis planes, ¿qué hago yo sin ella? Necesito que esté viva.

—Discúlpame por traerte...—se lamentó entrecerrando esos ojos café que espero ver abiertos siempre—. Estaré bien, vete—ordenó, ¿será que ha comenzado a delirar? Jamás sería capaz de dejarla?

Sé defensa personal gracias a papá, aunque el psicópata que está disparándole a cualquier cosa que se mueva saldría ganando. Trae un revólver. 

—Voy a sacarte de esta masacre, así muera intentando salir contigoafirmé sin saber bien cómo cumplir mis palabras. Las personas estaban tendida en el suelo, otras gritaban y se desangraban—. Pronto vamos a terminar esta hisroria de terror, sé que tienes miedo y yo también, pero estaremos juntas hasta nuestro final. Cuando sea que nos toque partir—no quería que me viera llorar, a pesar de esto, tengo por seguro que eso hacía.

Todo era perfecto, ¿dónde pudo estar oculto este odio? A vecws, crece dentro de tu propia familia. Y quienes crees que van a apoyarte, te darán la espalda.

Siento calor en alguna parte mía hasta que me veo derramando sangre y comprendo que estoy herida.

¿Tan difícil tiene que ser tener el corazón de arcoiris? Nos están matando, alguien derribó la puerta y dispara a matar. Sé que puede sonar ridículo, pero espero que entre ese individuo que tengo como padre a ponerle fin a esto. Necesito despertar de esta pesadilla.

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