Capítulo 7: Sueño indescifrable

873 19 13
                                    

—Hola, ¿vos sos?—me pregunta con ligera extrañeza y confusión, lo cual entiendo ya que ese debe de ser Matías, el hermano de Franco a quien no conocí debido a que Inti estuvo dentro de su cuerpo durante toda nuestra misión pasada.

—Soy Luz—le sonreí amablemente y extendí mi mano para saludarlo como debía, cuando esta tocó la suya, se apoderó de mi estómago una extraña sensación que recuerdo haber sentido en algunas de mis vidas anteriores. Es extraño, raro y te deja el erróneo presentimiento de que algo anda mal con vis, pero no es así—. Vos tenés que ser Matías, los chicos me han hablado mucho sobre vos.

—A mí también—me contestó después de un rato en el que permaneció en silencio, analizándome mentalmente.

—¿Te han hablado de vos mismo?—bromeé divertida tras oír su reciente afirmación. Terminé de bajar los últimos escalones agarrándome de la baranda y me quedé parada allí con la duda de si seguiría su camino o bajaría para seguir hablando conmigo.

—No, no—se retractó negando con la cabeza y, como no esperé, volvió por donde vino y bajó al living del hotel para continuar con nuestra plática—, quiero decir que los chicos también me han hablado de vos.

—¿Y te dieron buenas o malas referencias? —inquirí a pesar de no desconfiar de mis amigos. Ellos nunca hablarían mal de mí ni les sienta bien la palabra hipocresía.

—Me contaron que estabas dentro del cuerpo de Azul, la novia de mi hermano—me recordó, haciendo que sonría al recordar aquellos tiempos aunque ahora estoy aquí y tengo un cuerpo propio.

Puedo caminar, hablar, bailar y cantar cuando yo quiera; porque en ese momento Azul era bien difícil de tratar. Sin embargo, Franco y yo pudimos, y no nos arrepentimos, de eso estoy segura. Noté tristeza en ella el otro día que hablamos, no sé exactamente a qué se deba pero tengo más o menos una idea.

—Me gustaron esos tiempos…—suspiré nostálgica abrumándome por esas memorias de hace un año—. Y no me equivoco vos eras el mejor amigo de Noah que se acostaba con tantas chicas como pudiera, ¿cierto?—asintió avergonzado, seguro sintiendo el calor de rostro teñirse de rojo frente a mí.

—Eso ya pasó, ¿sabes? El amor cambia a las personas o eso dice mi amigo—respondió restándole importancia y de ese modo me dio a entender que sus palabras no eran del todo ciertas. Porque, vamos, un mujeriego no cambia de la noche a la mañana—. ¿Te vas a quedar almorzar con nosotros?

—¿A qué otro lugar iría?—cuestioné soltando una leve risa que se prolongó un rato más.

—Perfecto, vamos a la cocina antes de que se agarren mi sitio—empezó a caminar en dirección a la cocina, sitio a donde lo seguí sin mucha prisa ya que no me perdería porque conozco este hotel bastante bien. Saludé a Mary y Taylor al verlos preparando la cena, quienes me sonrieron de igual manera que yo.

Todo esto, sólo hizo fortalecer mi deseo de quedarme, sea como sea. Este ambiente de hogar y calidez es mucho mejor que la soledad abundante en mi planeta, quiero vivir aquí y ser poseedora de una vida otra vez. Este lugar se ha convertido en el sinónimo de casa para mí, siento que lo amo aunque no sea necesariamente una persona.

 Este lugar se ha convertido en el sinónimo de casa para mí, siento que lo amo aunque no sea necesariamente una persona

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Aliados 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora