Capítulo 8: Ciudades italianas

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Porque la tengo frente a mí. Esa es la razón por la cual he vuelto a sonreír, aquel es el motivo que me hace despertar sintiéndome bien y la causa de mi corazón latiendo acelerado. Venecia, nombre de una ciudad italiana a la cual sería un sueño llevarla, ya que anhelo pasear con ella por los botes propios de los cuadros pintados de aquella hermosa ciudad. Es un buen destino, no lo olvidaría nunca y sería un sitio memorable, allí es a donde quiero llevarla antes de que se vaya y me rompa otra vez el corazón. Aunque voy a luchar junto a ella para que pueda quedarse a mi lado y ser feliz como lo merece; solamente tenemos que hablar con Ada, ser fuertes e insistentes, más que nada esto último.

Venecia no es la única que quiere quedarse, entonces, ¿huelga o no?

—¿Nunca has pensando en ir a Venecia?—le pregunté curioso, fortaleciendo mi deseo de llevarla allá conmigo algún día en el futuro. Sería una bonita experiencia.

—Jamás se me ha pasado por la cabeza esa posibilidad ni lo he pensado, pero supongo que me gustaría viajar—se encogió de hombros restándole importancia dando a entender que no era lo primordial para ella—. Aunque sería muy interesante ir al lugar que tiene mi nombre.

—Me gustan los nombres italianos, ahora que me doy cuenta—reí manifestando agrado, el cual le contagié en seguida.

—Entonces asumiré que te gusta mi nombre—me sonrió acercándose más a mi—. Pase lo que pase, así Ada quiera nuestra partida de este mundo, me voy a quedar.

—¿En serio harías eso?—inquirí entusiasmado por la idea de verla día a día.

—Obvio que sí—colocó una mano alrededor de mi cuello y me atrajo hacia sí para besar cortamente mis labios, cuando nos separamos quise hacerlo yo otra vez; no obstante, Inti llegó a interrumpir el momento.

—Perdón si molesto, pero quiero hablar con vos—me pidió. Lucía algo impaciente, nervioso y sin saber cómo comenzar, lo que hizo aumentar mi interés.

Me quedé extrañado y no pude pegar un ojo en toda la noche luego del incidente con Azul ayer, nunca antes había pasado algo así ni la escuché anteriormente llorar al dormir, porque no se lo dije para dejarla descansar tranquila y olvidar hasta mañ...

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Me quedé extrañado y no pude pegar un ojo en toda la noche luego del incidente con Azul ayer, nunca antes había pasado algo así ni la escuché anteriormente llorar al dormir, porque no se lo dije para dejarla descansar tranquila y olvidar hasta mañana aquel tema pero cuando abrió los ojos observé lágrimas saliendo de sus ojos. Ella tampoco debió dormir muy bien anoche después de la pesadilla o extraño sueño que tuvo, por lo cual decidí levantarme temprano y hacerle el desayuno, aunque suelo hacer esto todos los días ya que Azul no sabe cocinar nada en lo absoluto.

Al terminar de prepararle su primera comida del día, me dispuse a ir a hacia nuestra habitación; sin embargo, se me adelantó y vino a la cocina ella primero.

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