Dinámica #1: Teorías

240 4 22
                                    

Abrazo a Rocky con todas mis fuerzas porque siento que de lo contrario, voy a derrumbarme. Y no quiero, debo permanecer en pie aunque me sea casi imposible. Aquellos cortes todavía duelen, pero sobre todo, el amor sincero que nunca tuve. Sigue instalada mi duda constante, no lo entiendo, ¿acaso soy tan horrible? Por más que nieguen esa afirmación, sigo sintiéndome menos. Ellos se hacen llamar padres, ¿piensan que los considero así? Son unos desconocidos para mí, extraños quienes no tuvieron otra idea que abandonarme.

Viví, crecí, lloré, dormí y sufrí… en la calle.

¿Saben el infierno que fue estar sola? Sin nadie alrededor. Sólo hay una persona aquí capaz de entender mi sufrimiento, la única en esta podrida familia y razón por que no me he ido. ¿Creen que soy interesada? Ellos decidieron esto, dejarme. Prefiero pasar mis últimos días afuera como indigente a estar acá con ellos. Ahora no quiero, ni es interés mío, su horrendo dinero. Con eso no podrán comprarme.

Mierda, necesito un abrazo suyo.

—Vilu… ¿puedo pasar?—escucho su voz. Seco mis lágrimas inmediatamente, aunque sé que igual sabrá cuánto lloré. Rocky suelta un ladrido cuando lo coloco en el suelo, sonrío echando hacia atrás mi cabello y le abro la puerta.

—Sí, pasa—suspiro, ella ve mis ojos rojos e hinchados. Intento sonreírle, entonces fracaso. No hace falta de ir algo más para que me abrace, justo cuando lo necesito. Por eso la amo.

Lloro sin poder evitarlo, la abrazo como si mi vida dependiera de ello. En parte, es así. Siempre estuvimos juntas pese a que estábamos separadas, raro, ¿no? Han pasado los años, y nuestra conexión jamás se perdió.

—Celes, ¿estás llorando?—asintió, lo sabía. Me separé de ella para observar su estado, igual que yo, lucía muy mal.

—Perdón, no puedo verte así—sonreí sinceramente. Alguien se preocupa por mí, a ella sí le importo—. Sos demasiado importante, ¿qué tengo que hacer para que estés bien? Además de amarte.

—Sólo no te vayas, quédate conmigo, por favor—pedí tomando sus manos. No obstante, estoy segura de que siempre lo hará, aun si jamás le pido eso—. También te quiero mucho, Celes.

—Gracias por volver, necesitaba mi otra mitad—tardé pocos segundos en sentir de nuevo su cuerpo pegado al mío. Sus abrazos abrazos son maravillosos, quizás ahora tenga más autoestima—. Recordá que estamos unidas, desde el vientre de mamá.

—Azul—le corregí. Todavía no puedo llamarla así, nunca tuve una—. Espero que algún día entienda qué tienes tú que no tengo yo.

Vi dolor en sus ojos, ¿por qué? Celeste está recordando algo, siento las mismas punzadas en el corazón. Ella niega sacudiendo la cabeza y me mira, sonriendo. Tampoco soy tan tonta, tuvo un trance que la hizo palidecer y tener un aspecto de estar en una mismísima película terrorífica.

—Violeta, somos iguales—aclaró mi gemela, consiguiendo hacerme sentir mejor. Es ella, puede lograr lo que sea en mí—. ¿Sabés cuánto tardarían en encontrar una diferencia? No me importaría sacarme una foto y hacer el experimento si te hace sonreír.

—Tú haces que me ponga feliz—ladridos se oyeron por parte de Rocky, bajé a verlo y él movía la cola divertido—. Te amo.

—Y yo—rió sintiendo las patitas de mi cachorro sobre su pierna—. Aunque suene lésbico, y a él también.

Definitivamente no pudieron darme una mejor hermana, ¿mayor o menor? Aún no sabemos y ni nos importa. Sólo intenta levantarme, lo cual admiro mucho. Ella tiene un gran corazón.

Aliados 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora