Capítulo 37: Impaciencia

188 5 0
                                    

Él camina hacia mí sonriendo, por esa sonrisa adivino que quiere decirme algo importante, ¿qué será? Valentín se va dejándonos solo y haciendo aumentar mis nervios

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Él camina hacia mí sonriendo, por esa sonrisa adivino que quiere decirme algo importante, ¿qué será? Valentín se va dejándonos solo y haciendo aumentar mis nervios. Sí, todavía los siento revolver mi estómago cuando estamos cerca, quisiera poder controlarlos o disimularlos de una mejor manera porque presiento que estoy dejándolos ser muy notorios.

—Maia, ¿podemos hablar?—asiento confundida. Su rostro ha cambiado, está serio, ¿será malo? Necesito saber qué sucede, ojalá no esté molesto aunque últimamente nos la pasamos bien juntos—. Mirá, hace tiempo debí decírtelo.

—¿Y? Soltalo, vamos, odio los preámbulos—intenté animarlo, sin embargo, creí estarlo apresurando y tampoco quería eso. Paso a paso, parece tener importancia este asunto—. Hablá, Joaquín, después tenemos ensayo—continué impaciente, tiendo a mostrarme así en situaciones como estas.

—Bien, primero que nada, ¿podés prometer que aun si rechazás esta propiesta seguiremos siendo amigos?—cuestionó temeroso, lucía asustado. Nunca lo había visto de esa manera, al menos no hablando conmigo.

—¿Okey? ¿A dónde querés llegar?—pregunto desentendida, deseando que sea alguna buena noticia y no, lo contrario.

—Quiero que prometas eso primero—pidió, suspiré impaiente y volví a asentir. Tengo miedo, ¿qué querrá decirme?—. Están pasándome cosas con una chica, ella y yo estuvimos juntos hace tiempo—Gala, ¿quién más? Debo rendirme, aceptar que nosotros sólo seremos amigos—. Pero decidí irme para buscar a alguien de quien creí estar enamorado, quiero volver a tenerla conmigo, fue un error irme y ya ni sé si sentirá amor también.

—Perdón por decírtelo tan real pero Gala estuvo embarazada y quiere a Daimon—expuse sonando realista. Las realidades duelen, sé que yo también estoy errada, jamás existiremos como pareja y a pesar de ello, sabiéndolo bien, sigo enamorada.

—¿Gala? No, ella me dijo que te dijera—negó sorprendiéndome—. Maia sos vos, ¿querés estar conmigo?

Quedé muda, helada y desconcertada.

¿Qué digo? Soñé este momento, y justo al llegar, pierde el hablar repentinamente.

—¿Maia?—repitió extrañado, mantuve mis ojos viendo hacia ningún punto en específico.

¿Qué se supone que debo decir o hacer? Nunca pasé por esto y menos había sufrido algún enamoramiento parecido así que soy de experiencia cero respecto a este raro campo.

—¿Qué?—sacudo mi cabeza regresando al mundo terrenal. Este cerebro pudo haberse ido a donde vivía Ámbar durante esto minutos—. Digo... sí—afirmé respondiéndole—. Por supuesto que sí.

No diré que fue nuestro primer beso, porque estaría mientiendo. Pero sí uno muy especial, inolvidable y el primero oficial.

 Pero sí uno muy especial, inolvidable y el primero oficial

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Aliados 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora