La despedida

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NARRA KEYSHA

Sentía un dolor en la espalda que no soportaba creo que fue de hacer tanta fuerza con la pesada de Yenaida.

-Oye, levántate perra-escuché decir a Sammy.

-Déjame, tengo mucho dolor-dije.

Sentí que se me tiró encima me quede sin aire y sentí mi espalda casi romperse de tanto dolor que tenía, no exageraba.

-Si está bien me voy a levantar-dije recuperando el aire.

Me levanté y tome un baño, salgo del baño, había mirado la hora y era muy tarde, me había levantado a las una de la tarde y seguía adormilada.

-¡Avanza para ir a dar un paseo!-gritó Yenaida.

Me dí unas capas de maquillajes y me visto muy sencilla y cómoda. Las chicas se pusieron también comodas solo porque hibamos a caminar mucho para aprovechar y comprar cosas en las Vegas ya que nos quedan pocos días para irnos. Salímos de la habitación y bajamos corriendo solo por jugar. Llegamos a el estacionamiento y nos metímos en el auto deportivo que habíamos cojido cuando nos querían disparar.

-Keysha tu conduces-dijo Sammy.

Asentí y salí del lugar después de meternos por tantas carreteras, no sabía ni que hacía.

-¡Oye, estúpida estamos dando vueltas por el mismo lugar sabes! -dijo Yenaida

-¿Porqué no te callas y buscas tu GPS?-dije enojada.

Lo sacó y me indicó el lugar yo fuí directamente.

-Ya estamos llegando-dijo Yenaida.

Seguímos el viaje calladas cada una metidas en sus propios pensamientos.

-Bueno Keysha aquí es. ¡Estaciona el auto!-dijo Yenaida.

Cuando estacionamos el auto bajamos y nos míramos una a la otra para ver si nos veíamos bien pero algo no andaba bien en Yenaida.

-Ummm. ¿Yenaida no te limpias la nariz?-preguntó Sammy con asco.

-Creo que tienes un moco mas grande que tu cara en la nariz-dije ríendome.

Yenaida se metió el dedo en la nariz para sacarse la cosa esa que tenía. Después caminamos y nos metímos al centro comercial, hasta ahora es el mas grande que e visto, lleno de personas que caminaban rápido llenas de bolsas, nose como pueden tener tanta prisa.

-Mira mujer-gríte a la mujer que estaba llena de bolsas y caminaba apresurada.

-Ve con menos velocidad esto no es una pista-dije.

-¿Que me dijistes? ¿Te crees mujer porque andas con dos perras a tu lado?-me dijo muy descaradamente.

-Con nosotras no te metas estúpida porque... -no dejo terminar a Sammy.

-¡Porqué? ¿Que me vas ladrar? Pues eso es lo único que puedes hacer porque lo que eres es una puta perra -dijo señalandonos con sus dedos.

Sammy, Yenaida y yo no dudamos y nos abalanzamos una le jalaba el cabello, otra la trataba de asfixiar y otra solo le metía puños.

-¡Oye!-gritó un policía.

Nos separamos y el policía se acercó a nosotras y nos preguntó que pasaba.

-Que estas salvajes me querían matar. ¿No las vistes?-dijo la mujer.

-Mejor callate porque vas a empeorar las cosas, el no te va a creer tus mentiras-dijo Yenaida.

-Por mi se matan una a la otra pero si me ven sin hacer nada me votan del trabajo, lo único que les puedo decir es que se vallan cada una por donde venían-dijo el policía.

El diario de las tres chicasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora