¿Madurar? ¡No!

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NARRA KEYSHA

Como siempre, no me dejan dormil en paz. Estába Sammy gritándo como una pajara loca.

-¿Que mierdas quieres?-pregunté.

-Idiota, tenemos que ir a donde los viejos-contestó Sammy poniéndose un short.

-¡Verdad!¿Porqué no me levántastes antes?-dije. Ella sabía que teníamos que ir y no me levantó.

-Me levanté casi ahora-dijo terminando de ponerse la camisa. Me levanté corriendo al baño, me lavé la boca rápido y salí. Me puse apresurada la ropa. Busqué mi cartera y unos zapatos cómodos.

-Ya, ¿listas?-preguntó Sammy.

-No preguntes, vamonos-dije y bajé corriendo.

Sin pensarlo entramos al auto y aceleré. Me comí todas las luces hasta llegar al lugar.

-Avanzen-dije.

Las chicas se bajaron del auto y entrámos.  Estában lps viejos sentados.

-Buenos días-dije tomando asiento. No estába mal, llegamos cinco minutos tarde. Gracias a Dios no llegámos mas tarde porque eso le daría mala impresión.

Los viejos nos otorgaron unos papeles de las cosas que teníamos que hacer éste mes. Éran muchas.

-Esas son las cosas que tienen que hacer en el mes. No pueden faltar a ninguna. Me dijeron que ustedes están en un internado por ir a un viaje sin permiso. Les quería decir que si quieren ser artistas de verdad tienen que madurar desde ahora. Con eso vamos a hacer muy exigentes. No quiero que cometan mas cosas de rebeldía ni ninguna payasada-dijo el señor muy serio.

Las chicas y uo nos míramos extrañadas. Eso sería difícil, mucha gente nos dicen que maduremos, pero no tenemos porqué hacerles caso. Pero ésto se trata de algo que queremos, si teníamos que dejar algo lo haríamos por el sueño de nosotras.

-No me quiero enterar que hicieron algo inadecuado, a la vez que lo haga y yo lo sepa olvidensen que no las voy a seguir buscando para ésto. Un artista tiene que ser muy fino y darse a respetar-dijo.

Con lo de darse a respetar se había pasado. Estába calculando lo que le podía decir.

-Señor con todo el respeto, pero nosotras nos damos a respetar. Se a pasado de la raya con eso-dijo Yenaida. El señor se quedó inmóvil, no sabía que decir.

-Okay-continuó -Se pueden ir, las espero en las fechas indicadas-finalizó el viejo.

Salímos del lugar y nos metímos al auto.

-Eso significa que se acabaron las fiestas, los viajes, las bromas, todo absolutamente todo-dijo Sammy.

Sabía que sería un riesgo, pero quiero llenar el diario.

-¿Y el diario?-pregunte.

-Nose, hablaremos de eso en el desayuno-dije. Nos quedamos tranquilas, busqué una cafetería para desayunar y poder hablar mejor del tema.

Llegámos al lugar y tomamos asiento a esperar que el mesero llegue.

-¿Tienes el diario ahí?-le pregunté a Sammy.

-Sí-dijo Sammy. Lo sacó.

Yo lo quería llenar, enrealidad que sí, lo quería llenar. Oye, nada nos va a detener, lo podemos llenar. Sería una buena idea que no le dijeran nada al viejo y lo podemos llenar.

-Lo podemos llenar, nadie a mí me hará cambiar. Yo soy yo-dije en tono autoritario. Que se creé ese viejo.

NARRA YENAIDA

El diario de las tres chicasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora