Capítulo 4: Nuestra Culpa

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Ámbar

Bajé las escaleras y vi Simón. La cena ya se había terminado y no vi Benicio por ninguna parte. Fui en la dirección de Simón y lo llamé hasta la cocina.

- ¿Qué pasó? – Simón cuestionó y yo crucé mis brazos.

- Sabés muy bien lo que hiciste. – Contesté y él frunció el ceño. – Ay, por favor, no te hagas.

- No estoy mintiendo. – Él afirmó. – Yo solo no sé de qué estás hablando, Ámbar.

- Estoy hablando de...

- Hola. – Benicio dijo interrumpiéndome. - ¿Qué está pasando aquí, mi amor? – Él pasó su brazo por detrás de mis espaldas.

- Nada. – Respondí y Benicio me encaró.

- Estábamos hablando del tiempo en el baño. – Simón sonrió a su amigo. – Me gusta estar mucho tiempo en el baño y Ámbar me dijo que en las mañanas no puedo hacer eso. – Él estaba pareciendo demasiado convincente. – Porque ella tiene escuela, ¿verdad?

- Sí, escuela. – Asentí. – Era eso, Benicio. ¿Qué querés?

- Vine a despedirme de ti. – Mi 'novio' forzó una sonrisa. – Y de mi amigo también.

- Bueno, te llevo hasta la puerta. – Me ofrecí y miré a Simón. – Mónica debe ayudarte a encontrar tu cuarto y todo eso. Buenas noches.

- Buenas noches. – Simón repitió y yo seguí Benicio hasta la puerta.

- No me gusta que hables con él. – Benicio dijo cuando llegamos en la puerta.

- ¿Y que me importa si te gusta o no? – Lo encaré. – No somos novios de verdad.

- Creo que debería importarte. – Benicio me miró fijamente. – O las cosas de tu padre se van a ir. Creo que no es lo que quieres.

- Cierto, Benicio, te voy a explicar algo. – Suspiré. – Yo tengo que hablar con él porque vivimos en la misma casa, pero es solo eso. No te preocupes, no voy hacerte lo que me hiciste con Emilia.

- ¿De que estás hablando? – Él agarró mi brazo con fuerza y lo apretó. - ¿Me estás amenazando?

- No. – Solté mi brazo y abrí la puerta. – No te preocupes. No pasa nada entre nosotros.

- Buenas noches, Ámbar. – Benicio pasó por la puerta y yo la cerré inmediatamente.

- ¿Él te lastimó? – Escuché la voz de Simón y me volteé a él. – Tu brazo está lastimado.

- No. – Negué y puse mi brazo hacia atrás de mí. – No pasa nada, Simón. No te preocupes.

- Lo conozco hace mucho, Ámbar. – Simón se acercó. – No tienes que mentirme, ¿ok?

- Gracias, pero está todo bien. – Mentí. – Y tenemos que hablar. Aún no olvidé.

- Sí, quiero saber que hice. – Él me sonrió. - ¿Qué hice yo, Ámbar?

- El mensaje. – Dije y él balanceó su cabeza negativamente. – Por favor, no me digas que no sabés de que estoy hablando.

- Yo realmente no sé, no me regalaste tu número. – Él me miró fijamente. – Te estoy diciendo la verdad. ¿De qué mensaje estás hablando?

- Un mensaje hablando de nosotros. – Susurré y tomé mi móvil. – Mirá. – Lo extendí mi móvil y Simón frunció el ceño. - ¿Dijiste a alguien?

- No. – Él volvió a balancear su cabeza negativamente y me devolvió el móvil. – Yo no conté a nadie, Ámbar. Jamás haría algo así.

- Bueno, entonces, estoy en problemas. – Forcé una sonrisa incomoda. – No tengo ni idea de quien está haciéndome eso, Simón. ¿Estás seguro que no dijiste a nadie?

CUANDO NADIE VE | Fanfic Simbar (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora