Capítulo 11: El Ataque

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Ámbar


- Estoy esperando una respuesta. – Dije, siguiendo a encararlos.

- Prima, es que parece una pregunta tan tonta. – Luna me contestó, riéndose. - ¿Estás desconfiando de nosotros? Solo estábamos hablando de la competencia que habrá en la escuela. Lamentablemente no te quedaste de nuestro lado.

- Acaso, ¿Ya te habías olvidado de la competencia? – Simón preguntó y yo asentí. – Solo estábamos hablando de eso, bonita.

- Sí, prima, hasta me lastima saber que en algún momento desconfiaste de mí. – Luna me miró fijamente. – Yo soy como tu hermana y jamás haría algo para lastimarte.

- Ya lo sé, prima. – Suspiré. – Perdoname por haber desconfiado de vos.

- No, Ámbar, no te preocupes. – Luna sonrió. – Yo también me quedaría desconfiada si escuchara algo así.

- Mejor voy a buscar un vaso de agua. – Forcé una sonrisa. Estaba incomoda por haber desconfiado de los dos. – Buenas noches, chicos.

- Buenas noches. – Los dos repitieron en unísono y yo bajé las escaleras.

Fui hasta la cocina, me tomé un vaso de agua y volví a mi cuarto, durmiendo luego que me acosté en la cama.

Desperté en el otro día por la mañana y, después de bañarme y arreglarme para la escuela, bajé las escaleras. Todos ya estaban en el comedor. Yo me senté en una de sillas. Mi tío me saludó dándome buenos días y yo repetí, pero algo parecía raro aquel día. Parecía que yo tenía un malo presentimiento, que algo muy malo iba a pasar.

- ¿Qué te pasa, prima? – Luna preguntó y yo balanceé mi cabeza negativamente. – No seas así, Ámbar. No guardes para ti lo que te pasa.

- Es que no sé, Luna. – Fui sincera. – Solo siento que algo malo va a pasar hoy.

- Es solo un malo presentimiento, prima. – Luna intentó calmarme. – Mira, debe ser un examen sorpresa o algo así.

- No. – Negué, poniendo la mano en mi pecho. – Siento algo aquí. Algo muy fuerte.

- ¿Y que piensas que puede ser? – Simón cuestionó y tomó mi mano. - ¿Crees que es algo con tu padre?

- No sé, Simón. – Confesé y cerré los ojos. – Jamás sentí algo tan malo.

- Bueno, no te preocupes, niña mía. – Bernie sonrió y yo le forcé una sonrisa. – No, dame una sonrisa de verdad, Ámbar. – Él pidió y yo rodeé mis ojos, riéndome. – Así me gusta de verte.

- Señor, hay una llamada. – Mónica apareció en el comedor y llamó a mi tío para contestar la llamada.

- ¿Qué habrá pasado? – Mi prima interrogó y yo encogí los hombros. – Debe ser alguien queriendo hablar con el tío Rey.

- No pensemos en nada malo. – Simón me pidió y apuntó para la comida. – Tienes que desayunar, comer algo, Ámbar.

- Gracias por la preocupación. – Agradecí y le di un mordisco al pastel.

- Ámbar, tengo una noticia. – Bernie volvió nervioso al comedor. – Tenemos que hablar, sobrina.

- ¿Qué pasó, tío? – Me levanté de la silla y Bernie abrió sus brazos. Yo solo corrí hasta él y lo abracé. - ¿Qué pasó con mi papá?

- Rey estaba yéndose para dar una declaración a un delegado, pero sufrió un accidente antes que pudiera llegar. – Bernie dijo con dificultad.

- ¿Un accidente? – Luna preguntó sorprendida. Ella se levantó de la silla y se juntó al abrazo.

CUANDO NADIE VE | Fanfic Simbar (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora