"¿Que pasa si descubren algo que nadie puede enterarse?"
Sinopsis: Ámbar Benson tiene la vida perfecta: Un padre que le da todo que pide, un novio rico que la quiere, mucho dinero para hacer lo que quiera de su vida, además de frecuentar las mejores...
Fui a mi cuarto después de la charla con mi tío y me quedé despierta toda la noche. No podía dormir solo en pensar que mi padre estaba decepcionado conmigo y que Simón se perdería su oportunidad en la escuela que quería. Delfina no contestó mis llamadas y supe que ella ya estaba durmiendo. Cuando miré al reloj y vi que ya no podía esconderme, levanté de la cama y fui hasta mi closet. Tomé unas ropas y fui al baño. Me bañé, me arreglé y bajé las escaleras con mi mochila. Cuando llegué al primer piso, vi unos hombres de la policía parados en mi sala cerca de mi tío y de mi prima.
- ¿Qué pasó? – Cuestioné a mi tío y Luna puso la mano en mi hombro.
- ¿Qué quieren? – Mi padre preguntó, bajando las escaleras. – Soy Reynaldo Benson.
- Señor, tenemos una orden de arresto. – El policía reveló y yo abrí la boca sin entender que estaba pasando. – Por favor, acompáñanos.
- Debe ser un error. – Rey sonrió incómodo con la situación.
- No, no hay ningún error. – El oficial se acercó a mi padre y pidió que él pusiera sus manos detrás de su cuerpo. El otro oficial lo esposó.
- No, no hagan eso. – Pedí, empezando a llorar. – Por favor, él es inocente de lo que sea.
- Sabemos lo que estamos haciendo, señorita. – El oficial me respondió y llevó a mi padre.
- Papá. – Dije bajito sin creer en lo que estaba pasando. - ¡Papá! – Esta vez grité cuando la puerta de mi casa se cerró y lo habían llevado. – No. – Fui hasta la puerta y Luna me impidió de abrirla.
- Ámbar, no puedes hacer eso. – Luna dijo y me abrazó. – Prima, yo sigo aquí contigo.
- Mi papá. – Susurré y ella me abrazó más fuerte. Vi Simón parado también pareciendo no creer en lo que estaba pasando. Él caminó hasta mi tío y tocó su hombro.
- ¿Qué va a pasar conmigo? – Simón preguntó a mi tío y yo solté a Luna. - ¿Tendré que irme o puedo quedarme, señor?
- Puedes quedarte, Simón. – Bernie concedió el permiso para que Simón se quedara. – Sé que mi hermano volvería atrás y yo lo voy hacer exactamente como Rey lo haría.
- Pues, no creo que el tío Rey dejaría que Simón se quedara. – Luna encaró a su padre. – El tío Rey sigue siendo el dueño de la casa.
- Es una decisión tomada, Luna. – Mi tío encaró a su hija y yo resolví irme.
- No vayas a tardar en llegar a la escuela. – Luna dijo mientras yo subía las escaleras.
- No te burles de tu prima. – Bernie tomó el brazo de su hija y yo balanceé mi cabeza negativamente.
Fui a mi cuarto y me detuve frente al espejo. Mi padre había sido arrestado frente a mis ojos y yo ni sabía el motivo de la prisión. Me quedé sin reacción mientras me miraba al espejo. Yo había perdido la única persona que me restaba. Mi madre estaba muerta y mi padre en la cárcel. Escuché mi móvil sonando y fui hasta el dispositivo. Vi que era Delfina y no pude atenderla. No tenía fuerzas ni para hablar con mi mejor amiga. Vi un mensaje no leído y lo abrí.
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